Liga Endesa

A La Laguna Tenerife se le hace largo el asalto al liderato

El cuadro canarista cae, con la cabeza alta, contra el Unicaja (84-81) tras disponer de una renta de 14 puntos en el tercer periodo (41-55)

Una batalla demasiado larga. Pese a llevar la delantera durante bastantes minutos (más de 29 frente a los ocho de su rival) y llegar a disponer de una renta de 14 puntos superado el ecuador del tercer acto (41-55), La Laguna Tenerife no pudo obrar la proeza de doblegar al Unicaja, y colocarse primero en la clasificación, en un partido que se le acabó haciendo muy largo (84-81). Un epílogo deficiente en el que los pupilos dirigidos en esta ocasión por Juan Gatti tiraron por tierra toda su fiabilidad previa. Y es que tras haber cometido solo cuatro pérdidas en los tres primeros parciales, los laguneros se fueron hasta los nueve regalos en el acto final. Concesiones que el cuadro local tradujo en varias contras para dejar KO a los laguneros. Aun así el Canarias apuró sus opciones y pese a verse con un desfavorable 80-73 con un minuto por minuto por jugarse, firmó varias canasta al límite (82-81) antes de que Kalinoski sentenciara con dos libres.

Una vez más fue Fran Guerra el gran referente ofensivo de los canaristas, sumando 23 puntos, cinco rebotes y tres asistencias para 30 de valoración. El grancanario estuvo secundado por Doornekamp: 13+5+3. Mal día, sin embargo para David Kramer, que lastrado por las faltas se quedó en solo cuatro tantos, así como para Gio Shermadini (cuatro tantos, todos de tiros libres) y de un Marce Huertas, que erró sus seis lanzamientos de campo y además perdió cinco balones. Borrones de dos piezas claves que condicionaron al Canarias en su frustrado asalto al liderato.

Poco más se le pudo pedir al Canarias en el arranque, acertado desde el perímetro y también en la continuación interior, donde Guerra se mostró infalible (0-7). Pero la gran virtud de los isleños fue su seguridad con el balón, logrando meter el partido en el ritmo que más le beneficiaba y evitando que el Unicaja corriera; y siendo sólido atrás, donde cerró bastante bien su propio rebote.

Con esta carta de presentación el cuadro isleño hizo que su rival tardara más de cuatro minutos en anotar su primera canasta en juego (4-9). Pese a una esporádica contra gratuita (solo una pérdida en todo el cuarto) y un triple liberado de Díaz (13-19), la solvencia interior de Guerra (nueve puntos en siete minutos), la dirección de Huertas y un triple de Abromaitis disparó a los isleños hasta el 15-24.

Sí empezó a sufrir el Canarias con los cortes de Kalinoski (19-24, 11') y más tarde con el 1x1 de Carter sobre la marca de Fitipaldo, aunque entre la aportación interior (esta vez de Shermadini) y un triple de Doornekamp, el cuadro isleño mantuvo su colchón de ventaja (23-31).

Pero ahí se le bajó la persiana a los de Juan Gatti. Mientras erraba un triple tras otro (algunos se salieron de dentro como los de Sastre y Doornekamp), el Canarias vio como su rival elevaba su cadencia anotadora. Pese al tiempo muerto del técnico argentino los laguneros no frenaron su caída (9-0 para el 32-31). Además, a la fiesta del despropósito ofensivo se unió Huertas errando dos tiros en los que no suele perdonar.

Ya sin la referencia interior del inicio el Canarias encadenó diez errores en el lanzamiento (seis de ellos en el triple). Y aunque mantuvo en números notables su contador de pérdidas (tres en toda la primera parte), ese desacierto y su escasa presencia en el rebote ofensivo (solo uno hasta el descanso), permitió que el Unicaja empezara a elevar su ritmo y descubriera algunas costuras en el balance defensivo de los aurinegros por medio de algunas contras.

El bache canarista se tradujo en un 13-0 y casi siete minutos sin anotar punto alguno. La sequía la rompió, tras casi siete minutos, Doornekamp con un triple para el 36-34 con el que se llegaría al intermedio. Mal menor toda vez que el balance lagunero del segundo acto fue más que deficiente, no tanto por los 19 puntos encajados (con enorme efectividad interior de su rival en su 7/9), sino sobre todo por su deficiente hoja de servicios en ataque: 3/15 en el tiro y habiendo sumado solo dos libres.

Se volvió a torcer la suerte canarista a la vuelta de vestuarios con la tercera falta de Kramer y el triple de Tillie (39-34), pero al contrario que el episodio del segundo periodo, la recuperación fue inmediata... y contundente. Punto de inflexión provocado por la misma senda marcada en el inicio del duelo, con un Fran Guerra colosal. El grancanario erró la primera por no ser contundente, pero luego impuso su ley. Lo hizo aportando desde el tiro libre, finalizando por la izquierda, y también sacando el balón para el triple de Sastre.

Con 11 puntos y una asistencia Guerra capitalizó un parcial que llegó a ser de 2-21 para alcanzar su máxima renta del encuentro con el 41-55 en menos de seis minutos. Parecía incluso que la brecha se podría agrandar en un balón dividido que parecía ser de los isleños, pero que, sin pedir el challenge, los colegiados le dieron al Unicaja para el triple de Osetkowski (44-55), que de cinco generó algún quebradero en la defensa tinerfeña.

Y como sucediera en el segundo periodo, al Canarias se le acabó la gasolina ofensiva, empezando a producir solo en tiros libres, y no con el acierto habitual (4/6). Eso permitió que el Unicaja arañara poco a poco su desventaja (también desde el 4,60 con un 6/6), dejando la renta isleña en solo siete puntos con un cuarto por jugarse (52-59).

La alarma sonó en el arranque de ese cuarto periodo, cuando el Canarias encadenó cinco pérdidas consecutivas, una más de las sumadas en los todos los periodos anteriores. Tres de ellas cuando Guerra se dispuso a postear. El Unicaja encontró el antídoto haciendo ayudas sobre el grancanario, generando miedo en el club isleño, que estuvo casi tres minutos para hacer su primer tiro del cuarto (triple de Abromaitis para el 57-62).

Pero el Unicaja le dio una vuelta de tuerca más a su actividad defensiva, y aunque el Canarias sacó rédito de entrada desde el tiro libre (59-64 y 64-67), se le volvió a hacer de noche para apenas producir en juego. Con el Unicaja ya lanzado solo un triple de Doornekamp mantuvo con vida a los tinerfeños (67-70), que no lograron frenar su sangría de pérdidas (nueve en el cuarto), a la vez que fueron incapaces de frenar a un inspirado Osetkowski, que como cinco abierto rompió por completo a Guerra (73-70).

Trató de responder el citado pívot grancanario (75-73), pero dos acciones seguidas de Taylor y la enésima pérdida le pusieron la puntilla al cuadro isleño (80-73) con apenas un minuto por delante. O al menos eso parecía, porque un triple de Sastre primero y una penetración de Fitipaldo después dieron vida a los laguneros (82-78) a 6 segundos del final. Pero es que en el saque de fondo Kramer provocó una falta -que bien podría haber sido antideportiva- que Abromaitis tradujo en un triple (82-81). Con solo dos segundos y medio el Canarias trató de robar, pero Kalinoski recibió y no erró desde el libre (84-81). El triple a la desesperada de Huertas ya estuvo fuera de tiempo.

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