Basketball Champions League

Julio Anaya, un árbitro panameño a la conquista de Europa

El panameño Julio Anaya fue el colegiado principal del partido del miércoles La Laguna Tenerife-Saint Quentin

Tras dirigir la final de los Juegos de París, se ha trasladado a Portugal con la principal intención de acabar pitando el Eurobasket

Julio Anaya, durante el partido del miércoles entre La Laguna Tenerife-Saint Quentin.

Julio Anaya, durante el partido del miércoles entre La Laguna Tenerife-Saint Quentin. / Andrés Gutiérrez

Acostumbrados en la BCL a nombres de colegiados como Yohan Rosso, Martins Kozlovskis, Ademir Zurapovic, Wojciech Liszka o Gatis Salins, que en una designación el CB Canarias se tope con un tal Julio Anaya, choca. Al menos de primeras. Y es que la presencia del panameño en duelos del Viejo Continente tiene una explicación... o mejor dicho, varias.

Primero, porque FIBA Europa no podía despreciar la posibilidad de contar, en su nómina, con un colegiado que, pese a tener solo 33 años, ya acumula 13 años de experiencia internacional, es fijo en los mejores torneos de su continente, ya ha dirigido en tres Mundiales (dos masculinos y uno femenino), y que además estuvo presente en los recientes Juegos Olímpicos, donde fue designado, entre otros tantos duelos, para la final entre Estados Unidos y Francia.

Y porque en la hoja de servicios de Anaya ya se han cubierto varios de los retos soñados para cualquiera, este panameño ha querido ampliar miras, salir de su país y "buscar un techo más alto" en un "escenario" que le "demande seguir mejorando". "Estaba en un punto en donde necesitaba algo más para no quedarme una zona de confort y qué mejor que la BCL para seguir trabajando", explica el colegiado centroamericano.

Ese techo más alto del que habla Anaya tiene un foco bien dirigido a medio plazo: el Eurobasket 2025, al que califica como "un evento bastante importante". Y ahí es donde ha aparecido la Federación de Portugal, que ha visto en Julio un notable valor a añadir a su competición. "Llegamos a un acuerdo para que ellos me habilitaran mi visa y así trabajar allá, de árbitro, de informador y de formador de jóvenes", explica el trencilla centroamericano, que, entre líneas, admite que "entrar en la ACB" hubiera conllevado "un proceso mucho más complicado".

Pese a que su presencia en Europa se reduce todavía a apenas dos meses, expresa Anaya que su "adaptación ha sido buena". En Portugal, porque la "acogida ha sido muy buena" en un escenario donde "el idioma no es una barrera", y donde solo ha "tenido que cambiar algunos detalles" en su forma de pitar; y en la BCL porque "a muchos de los árbitros" ya los conoce "de anteriores torneos internacionales".

En su objetivo de sumar puntos para poner otra pica en Flandes, Anaya contará a su favor con la experiencia ganada en una de sus últimas vivencias de máximo nivel, los Juegos de París. Un torneo "intenso" y en el que vio "una competitividad por parte de los jugadores" sin precedentes en su "carrera". Entrega que junto a "la responsabilidad de que aquello fuera un escenario justo, donde el arbitraje no empañara el desarrollo de un torneo al máximo nivel", le mantuvieron plenamente ocupado, más incluso que el verse rodeado de estrellas de primer orden.

Jugadores de nivel top e incluso de mayor edad que el propio Anaya, para el que el DNI fue algo secundario. "En el Mundial de China 2019 sí sentí la necesidad de tener que encontrar mi sitio, pero ya el año pasado, cuando comenzamos con un Estados Unidos-Serbia en la fase de grupos, nos propusimos ser duros hasta el final, y así hicimos", explica. Más allá del respeto, el colegiado centroamericano también considera prioritario "mantener ciertas distancias" con jugadores y técnicos, más aún en unos tiempos en los que "con las redes sociales se le da mucho más importancia a cualquier foto". "Estamos al lado de súper estrellas en la NBA y en la Euroliga, pero nosotros somos árbitros; no nos pueden mover como fanáticos", especificó.

Es precisamente la NBA de las pocas aristas que le quedarían por tocar a Anaya, y si bien en verano ya estuvo dirigiendo algunos amistosos de la G-League, ese salto lo ve un tanto lejano. “Es un embudo muy grande y repleto de árbitros americanos, por lo que el no estar allí dificulta mucho entrar; aquí estamos bien", explica Julio, que a su vez tiene palabras de elogio para el arbitraje español. "Es de los mejores que hay, y el simple hecho de que la ACB sea una de las competiciones más prestigiosas, lo avala", argumenta antes de piropear a compañeros de gremio como Antonio Conde -coincidió con él en la final de los Juegos- y a la tinerfeña Ariadna Chueca.

La del miércoles no fue la primera experiencia de Julio Anaya en Tenerife, puesto que el panameño ya sabía lo que era pitar en la Isla en otras dos ocasiones. Lo hizo con motivo de la Copa del Mundo femenina en 2018, dirigiendo, por ejemplo, un España-Senegal y el "Bélgica-Francia de cuartos". Hace poco más de año y medio regresó para ser el principal tanto en una de las semifinales como en la final de la Copa Intercontinental en la que el CB Canarias se llevaba el título tras doblegar al Sao Paulo. Dentro de la rueda de la BCL, y con su actual estatus, volverá más pronto que tarde.

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