Entrevista | Marcelinho Huertas Jugador del Lenovo Tenerife

Marcelinho Huertas: «Es un orgullo ver que te has ganado la admiración de la gente»

Puro cerebro cada vez que ejecuta una acción, Huertas abre su archivo personal para hablar de cómo le surgió la opción de venir a España, cómo fue su primer partido, y cómo ahora, casi dos décadas después, le sorprende el cariño que despierta en todas las aficiones.

Huertas persigue a Gianella en su primer partido en España

Huertas persigue a Gianella en su primer partido en España / DIARI SEGRE

Santa Cruz de Tenerife

¿Se acuerda cómo surge la posibilidad de venir a España?

Estaba ya en mi segundo año de profesional en Brasil, y en aquel momento, por medio de sus socios en mi país, nos llama un agente español, Miquel Solá, y nos comentan la posibilidad de venir a España. Fue algo que me sorprendió porque no me imaginaba que fuera a surgir algo tan rápido. Todo se acelera de tal manera que aquel verano vengo con la selección a una gira en Alicante, donde va a verme Aíto [en aquel momento entrenador del Joventut], nos sentamos, hablamos y dejamos prácticamente todo cerrado.

Pero es que usted juega el verano anterior, el del 2003, la Liga de Verano con el Breogán...

Sí, igual allí ya me vieron, aunque ese año siguiente que hice creo que llamé mucho la atención, porque incluso varios scouts de la NBA bajaron a Brasil a verme, y también estuve 45 días entrenando en Chicago para el predraft. Pero como me quedaba un año más para ser elegible, preferí quitar mi nombre del draft y vivir un año en Europa y ganar algo más de experiencia. Así fue como llegué a la Penya.

¿Fue una buena decisión olvidarse ese verano de la NBA y venirse a España?

Bueno, eso nunca se sabe. En cada momento tienes que estar convencido de tus decisiones y ser fiel a ellas. Dejar pasar la oportunidad de venir a un equipo como el Joventut para seguir creciendo y aprendiendo, y sin tener ningún tipo de garantía de que podría ser drafteado, era algo que luego quizá ya no se me presentara. Me lo planteé en mi cabeza y creo que fue una decisión acertada; nunca me arrepentí de ella.

Su primer partido fue en Lleida un 2 de octubre de 2004. ¿Qué recuerda de él?

Me acuerdo que estaba Nacho Yáñez [risas] y que fue un partido que ganamos sobre la bocina con un tiro de Jamie Arnold. La verdad que todavía tengo en mi memoria las imágenes de este partido, como alguna canasta que metí, alguna asistencia que di... Son momentos especiales que te quedan marcados mucho tu carrera.

En aquella Penya de la 04/05 había gente como Rudy Fernández que todavía sigue en activo, pero también otros como Carles Marco, Álex Mumbrú, Paco Vázquez y Brent Scott que ahora son entrenadores. ¿Será usted el siguiente? ¿Marca tener a alguien como Aíto de técnico?

[Risas] Todo el mundo sabe que Aíto, a los jugadores jóvenes, siempre les ha dado protagonismo y le ha gustado enseñarles. Pero no solo aspectos de técnica individual, sino que da mucho valor a lo que se hace fuera de la pista, a nivel cultural, como los libros que leías, si estabas aprendiendo idiomas... esas cosas con las que sumas valores. Él siempre ha tenido claro todo ello, y no únicamente para el intelecto del jugador, sino que a la hora de estar en la pista es muy importante tener una cabeza desarrollada. Y para mí, que llegaba de Brasil, solo y con 20 años, fue un lujo tener un entrenador como él.

Joventut, Bilbao, Baskonia, Barça y Canarias. ¿Con qué etapa se queda?

Con todas. Todas tienen su valor y su momento. La trayectoria de un jugador no solo se basa en lo que puede ser considerado más o menos exitoso, sino en vivir cada momento y disfrutar del día a día para seguir aprendiendo. He tenido momentos increíbles en todas esas etapas, pasando por equipos en los que he ganado muchísimos amigos, y es precisamente esto lo que nos llevaremos para siempre. La gente se irá olvidando de lo que hiciste, pero lo que quedará toda la vida son las relaciones; y para mí, haber estado bien en todos los sitios y haber dejado una buena huella, es lo más importante. Todos los sitios tienen un hueco especial en mi corazón.

¿Y si le pregunto por un partido en concreto de estos mil?

Es muy difícil, es muy difícil. Son muchos con una historia y alto grado de importancia... Tendría que pensarlo muy, muy bien, porque afortunadamente son muchos.

Ha estado en Barça y Baskonia, dos de los clubes punteros de España y Europa. ¿Nunca se le presentó la ocasión de fichar por el Real Madrid?

Pues he de decir que hubo esa oportunidad, sí. Fue cuando yo todavía estaba en Brasil, por abril de 2004, justo antes de irme a Estados Unidos para entrenarme de cara al draft de la NBA. Y apareció esa posibilidad, pero era solo por tres meses, y acabé decidiéndome por la NBA.

¿Y por qué no cuajó lo de la NBA en ese momento?

En aquel momento no tenía la garantía de que ningún equipo me fuera a elegir, y como me quedaba otro año como elegible, decidí no arriesgar...

Posteriormente sí pudo cumplir ese sueño de jugar en la NBA, pero en medio, en la temporada 07/08, se marcha a Italia para militar con la Fortitudo. ¿Qué ocurrió en aquella salida?

Pffff... Bueno, estaba cedido en Bilbao y acababa contrato con el Joventut. Yo renuevo dos años con Bilbao, pero la Penya fue al tanteo. Ellos tenían a Ricky Rubio y a Demond Mallet, y me veía en una situación en la que no sabía qué rol ni protagonismo podría tener. Lo veía como algo no conveniente para mi desarrollo tras un año tan bueno en Bilbao. Creía que no tenía mucho sentido que la Penya fuera al tanteo cuando no me habían dicho nada de sus intenciones conmigo; y además el Bilbao no estaba en disposición de pagar ningún tipo de buy-out. Por eso la única opción que me quedaba era salir de España.

¿Se arrepiente de ese año?

Bueno... Arrepentirme no, porque fue lo que tenía que pasar. Fue algo que tuve que tragarme. Sobre el papel parecía una buena oportunidad, yendo a un equipo de mucha tradición en Europa y en crecimiento. Pero deportivamente acabó siendo un año desastroso, con muchísimos problemas... Fue duro.

En estos más de 15 años en España, lo único que le ha quedado por ganar supongo que ha sido la Euroliga...

Sí, es lo único que me queda pendiente aquí en Europa. He jugado tres Final Four, llegando muy bien el equipo [Barça] a dos de ellas, pero en ambos casos la final se nos acabó escapando. Sabemos cómo es este tipo de competiciones.

Hace 19 años desde que llegó a este país. ¿Se siente ya un poquito español?

Sí, sí, bastante. Creo que incluso la gente me considera un jugador nacional aunque no sea seleccionable. Llevo tanto aquí y conozco a tantos jugadores, entrenadores del basket actual, que sí me considero medio español. De hecho lo soy en realidad, porque algunos miembros de la familia de mi padre, en concreto mis bisabuelos, son españoles; eran de una zona entre Almería y Murcia. Él tiene pasaporte y yo lo podría sacar también. Algo hay.

¿Y en su día no se llegó a plantear sacar ese pasaporte para ser cupo?

Creo que no hubiera cambiado nada, porque además ya había jugado con Brasil. Seguiría siendo considerado como Europeo.

No le hablo de cuándo, pero ¿cómo cree que acabarán recordando a Marcelinho Huertas en España? ¿O cómo le gustaría que lo hicieran?

No lo sé... Cada uno tendrá una imagen de cada jugador. Lo que siento es que ahora, en la recta final de mi carrera, cuando voy a los campos rivales noto que existe muchísimo respeto hacia mí. Y eso es algo que te llena de orgullo porque ves que te has ganado la admiración de la gente mayor y de los niños. Vaya donde vaya siempre hay mucho cariño de la gente, y eso significa mucho para mí. Que muchos padres me pidan sacarme una foto con su hijo cuando a lo mejor el niño no sabe ni quién soy, son de las cosas que te llenan.

La calidad se puede desde siempre tener, pero ese respeto se gana...

Sí. Y no es fácil, porque no es solo por la forma de jugar, sino por un todo: el tipo de profesional que eres, qué imagen das, cómo tratas a los rivales y a los aficionados... Es mucho más que la calidad como jugador, que es lo que llama la atención en un primer momento. Creo que la gente se ha dado cuenta de qué persona soy, y la buena imagen que proyecto.

Tracking Pixel Contents