Liga Endesa

El Lenovo, entre la continuidad y el rejuvenecimiento

El buen rendimiento durante casi todo el curso invita a confiar de nuevo en el núcleo duro de la última plantilla, si bien el bajón final hace necesario añadir piezas para dotar al plantel de mayor energía

Los jugadores del Lenovo Tenerife celebran una victoria en un partido de la Liga Endesa.

Los jugadores del Lenovo Tenerife celebran una victoria en un partido de la Liga Endesa. / E. Cobos (ACB Photo)

La continuidad ha sido uno de los mejores avales estos años del CB Canarias. Las excelentes prestaciones de buena parte del plantel canarista le llevan a renovar la confianza en ese núcleo duro. Sin embargo, el inexorable paso del tiempo hace obligado un rejuvenecimiento para evitar llegar de nuevo con el tanque vacío al final del siguiente curso.

Pese a que solo han pasado unos días desde que el Lenovo Tenerife le dio carpetazo a su temporada 22/23, desde hace mucho tiempo -como es habitual dentro del club- la entidad isleña, de la mano de Aniano Cabrera y Txus Vidorreta, viene trabajando en la configuración de la plantilla para el ejercicio 23/24.

Seis con contrato

Al margen de la vinculación del técnico Txus Vidorreta (le queda un año más), hasta seis jugadores poseen contrato en vigor para el ejercicio 23/24. Entre ellos los dos principales baluartes de estos últimos cursos: Marce Huertas y Gio Shermadini. El brasileño no ha bajado ni un ápice su rendimiento pese a haber llegado a los 40 años. De hecho fue, con 1.290 minutos, el que más tiempo estuvo en cancha de todo el equipo, demostrando que todavía le queda cuerda, al menos para rendir al máximo, con los Juegos de París 2024 en el horizonte, una quinta campaña como aurinegro. El georgiano, por su parte, parece estar más que hecho al equipo canarista y mantiene -con el aval de haber repetido como MVP de la ACB- su estatus de jugador capital.

Dos hasta 2025

También son fijos en los esquemas otros dos hombres cuya vinculación se extiende, incluso, hasta el término del curso 24/25: Tim Abromaitis y Jaime Fernández. El primero con altibajos y el segundo con un final de ejercicio muy discreto, han podido generar dudas, pero entre que el ala pívot no ocupa plaza de extracomunitario -fue además el único del plantel presente en los 58 partidos oficiales-, y que el segundo es cupo y, en su mejor versión, diferencial, deberían tener hueco asegurado. Más aún cuando ya están más que adaptados a la idiosincrasia de Vidorreta.

Fran Guerra

El pasado verano ya se especuló con una salida del grancanario en busca de mayor protagonismo, pero el pívot isleño decidió quedarse y se ha consolidado -en buena parte de los encuentros- como recambio de garantías de Shermadini. Incluso saliendo de titular en un buen puñado de encuentros. El estado de conjetura podría repetirse ahora, si bien que Shermadini vaya cumpliendo años juega a favor de que el protagonismo de Guerra aumente. Su condición de cupo le convierte en pieza fundamental.

Bruno Fitipaldo

Como Guerra, se habló de una posible salida en el verano de 2022. Ahuyentados los rumores, Fitipaldo arrancó la temporada con buenas actuaciones personales -sobre todo ofensivas-, demostrando que la llegada de Jaime Fernández no le había afectado. Sin embargo –y salvo su aportación en la eliminatoria de BCL contra el Manresa- su producción decreció de manera alarmante, hasta el punto de ser el jugador que, en números, más involucionó respecto al pasado ejercicio.

Un año adicional

Hay dos jugadores del Lenovo Tenerife 22/23 con un año más adicional en sus contratos. Joan Sastre y Moussa Diagne. Ambos cupos. Del balear, que también acabó en un tono muy discreto, ya ha expresado Vidorreta su intención de prolongar la vinculación para que la 23/24 no sea su última temporada como canarista. El senegalés, por su parte, ha estado siempre a la sombra de Shermadini y Guerra, jugando menos de 350 minutos entre todas las competiciones. El interior africano debería ser el primer interesado en salir hacia un lugar donde tuviera un rol más relevante.

Elgin Cook

Aunque en su anuncio oficial el club no especificó que su vinculación fuera por más de un ejercicio -suele ser costumbre en el club lagunero no fichar a un extracomunitario por más de un curso-, la relación entre ambas partes va más allá de la 22/23. "Elgin tenía una cláusula de corte para la próxima temporada que podíamos aplicar tanto nosotros como él, pero el jugador debe estar contento en la Isla que le ha dicho a su agente que la retire; y nosotros también lo vamos a hacer", reconocía Vidorreta a finales de febrero. Y lo cierto es que si bien por momentos ha dado la sensación de que el alero ha estado infrautilizado, su físico y su potencia defensiva le dan al Canarias algo diferente que nadie más aporta dentro del plantel.

Sergio Rodríguez

Uno de los que sí acaba contrato este verano es Sergio Rodríguez, el único tinerfeño de la plantilla. Apenas estuvo en cancha 165 minutos, y con el plantel al completo -más aún tras la llegada de Bolmaro- fue casi siempre el descartado. Como Diagne, y con menos de 30 años, lo lógico es que busque una salida para relanzar su carrera en la ACB. Aún así, su condición de cupo lo convierten en pieza apetecible.

Aaron Doornekamp

Solo superado en minutos por Huertas (1.285, únicamente cinco menos que el brasileño), es otros de los soldados de Vidorreta, con el que ya ha coincidido cinco temporadas. Pese a tener ya 37 años su entrega defensiva y su polivalencia (ayudando en el rebote, siendo una amenaza desde el perímetro y pudiendo incluso jugar como tres) le hacen casi imprescindible para el siguiente proyecto.

Sasu Salin

También en el escaparate el pasado mercado estival después de sus exhibiciones triplistas, Salin apunta a seguir en la Isla, donde ya está más que acomodado. Al margen de haber avanzado previamente en las negociaciones de renovación, paradójicamente su discreto final de temporada tras una lesión muscular, hace que el Canarias gane enteros en la continuidad del que también es uno de sus grandes especialistas en la defensa del perímetro.

Leandro Bolmaro

Su llegada fue un subidón en todos los sentidos, pero el argentino nunca llegó a dar con la regularidad deseada. Ni a lo largo de las semanas ni dentro de un mismo encuentro. Entre esta irregularidad, el hecho de parecer no estar del todo cómodo en los sistemas de Vidorreta, y que su ficha seguramente se dispare hasta cotas prohibitivas, su continuidad parece casi descartada.

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Al margen de la continuidad de parte de la plantilla, las piezas que lleguen deben cubrir ciertas carencias, sobre todo en lo físico; jugadores capaces de llegar "a final de temporada con las piernas frescas", tal y como señalaba Vidorreta de su verdugo en cuartos, el Unicaja. Y uno de los elegidos para paliar esas carencias es Dusan Ristic, cuyo nombre adelantó la cuenta Basket Aurinegro a principios de marzo. El pívot serbio de 2,13 metros y 27 años -tras un curso y medio en el Fuenlabrada acabó esta campaña en el Galatasaray- es un interior que posee similitudes con Shermadini, con mucha presencia en el rebote e incluso algo más rápido que el georgiano, añadiendo a su repertorio la capacidad de abrirse y lanzar de tres.

Pero más allá de una posición concreta el mayor quebradero de cabeza de los laguneros podría venir en una condición concreta de aquellos que salgan y los que entren: ser cupo. Con la necesidad de inscribir en acta al menos cinco jugadores de este tipo en los partidos de la BCL, la teórica salida de Rodríguez y Diagne dejaría a los laguneros con solo tres fichas de formación: Fernández, Sastre y Guerra. Eso obligará a Aniano Cabrera a acudir a un mercado nacional ya de por sí bastante limitado. Sobre la mesa, la posibilidad de recuperar al ala pívot búlgaro -pero cupo- Kostas Kostadinov, que ha ido a más (promedia 6,6 puntos y 3,2 rebotes en casi 17 minutos) y que en unos días se juega el ascenso a la ACB con el Palencia. Alberto Cabrera y Mark Ivankovic, ambos cedidos este curso en el Zornotza de LEB Plata, son otras dos alternativas, pero de perfil más bajo.

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