Liga Endesa

Un débil Lenovo Tenerife queda al borde del KO

En un paupérrimo encuentro ofensivo el club isleño cae ante el Unicaja (59-72) y ahora está obligado a ganar los dos próximos partidos para pasar a semifinales

Una versión desconocida en el peor momento posible. Un diezmado Lenovo Tenerife ha caído de forma clara frente al Unicaja (59-72) en el estreno de los cuartos de final, tropiezo que se explica por el negado día en el tiro del conjunto lagunero (12/33 en tiros de dos, y 2/14 en los tres primeros cuartos desde el 6,75), que afrontó el trascendental duelo con el hándicap añadido de tener a varios de sus jugadores tocados por un virus estomacal. Y es que la gastroenteritis que inicialmente parecía haber afectado solo a Jaime Fernández hizo estrago también en varios integrantes más del plantel canarista, caso de Fran Guerra.

Desacertado desde el inicio, el Canarias solo estuvo en partido, y a duras penas, durante el primer acto (9-13), el tiempo que le aguantaron las fuerzas para que, por medio de una gran entrega defensiva (seis robos), pudiera equilibrar sus ya nefastas prestaciones de cara al aro: 3/16 en el cuarto inicial y 6/28 al descanso.

Siempre a remolque, los laguneros, cada vez más diluidos atrás, no dieron la impresión de tener argumentos para meterse en un duelo que poco a poco se fue inclinando del lado del Unicaja, que terminó de romper la contienda en el tercer periodo gracias a una renta de 20 puntos (30-50). Solo el acierto final desde el perímetro (con Fitipaldo, autor de 13 puntos, como líder), evitó que la derrota canarista fuera más abultada.

Salió de entrada el Lenovo con dos bases (Huertas y Fitipaldo), quizá para no pasar por los problemas de hace una semana en la presión a los manejadores. Evitaron los aurinegros apuros en sus ataques, pero la ejecución final de los mismos dejó mucho que desear pese a intentar buscar dentro en ventaja a Shermadini. El Canarias empezó a errar tiros y dejarse balones por el camino, lo que permitió que su rival corriera, al margen de hacer daño en el rebote ofensivo (2-7).

Así, el Lenovo vivió casi seis minutos con una sola canasta en juego, racha que rompió Bolmaro, desde la esquina, y al límite de la posesión, para el 7-7. Pero el triple del argentino no le sirvió como punto de inflexión a los de Vidorreta, que siguieron negados de cara a canasta, errando tiros de diversa factura. Desde el perímetro y, sobre todo, cerca del aro. Hasta un 2/12 en el lanzamiento elevó el Canarias su racha de despropósitos en ataque.

La serie la rompió Guerra tras rebotear en su propio fallo (9-13), si bien fue atrás donde el Lenovo tuvo que redoblar esfuerzos para agarrarse al choque. Y es que cuando logró llevar el duelo a un cinco contra cinco, su actividad superlativa le permitió recuperar varios balones. Hasta un total de seis, la mayoría de ellos, eso sí, luego desperdiciados, bien por exceso de revoluciones, como le ocurrió a Bolmaro; e incluso por miedo, como le sucedió a Jaime Fernández, en la contra y debajo de canasta, para haber dejado la desventaja en dos puntos al término del primer cuarto (9-13).

Diez minutos iniciales que el Canarias cerró con un impensable cualquier otro día 3/16 en tiros de campo (2/11 en lanzamientos de dos). Una tendencia que no solo se mantuvo en el arranque del segundo acto, sino que incluso se hizo más patente. Una pérdida gratuita, un tapón recibido, un triple encajado en llegada y otras dos acciones negativas más conformaron la carta de presentación canarista en el arranque del segundo parcial (9-18).

Nueve puntos de desventaja que en condiciones habituales serían mal menor, pero que en este duelo se estaban convirtiendo en un abismo, ya que a la mala puntería de su puesta en escena el Canarias añadió mucha indecisión en la circulación de balón ante un rival que supo colapsar cada vez más los ataques aurinegros.

Con Huertas algo desquiciado y sin noticias de Shermadini (ni un alicaído Guerra), Diagne puso más corazón que cabeza en un serie que ya era de 4/22 (3/15 en tiros de dos). Insuficiente. El Unicaja, sin estar sobrado, olió la sangre y empezó a castigar tanto desde el perímetro como en el rebote ofensivo para dispararse y alcanzar una renta que llegó a ser de 14 (15-29, 17').

Irreconocible por completo, el Lenovo volvió a regalar algún balón que otro, y solo una fugaz aparición de Salin (dos libres y triple) le permitió recuperar un poco de terreno (20-29). Una mejoría que quedó en nada con las dos acciones finales de Thomas bajo el aro para llegar al descanso con 20-32.

Con su 3/13 en el segundo cuarto el Canarias alcanzó el intermedio con ridículo 6/28 de cara a canasta. Borrón que más que por el mal día en el triple (2/11) estaba marcado por su horrendo 4/17 en tiros de dos. El mejor equipo de la fase regular desde dentro del arco, con un 58% por ciento de efectividad, se había quedado en un raquítico 23% en los 20 minutos iniciales de una serie que en muy pocas ocasiones perdona un error grosero de este calibre.

A la vuelta de vestuarios el Lenovo econtró por fin a Shermadini (dos mates seguidos), pero en cambio perdió la solidez previa en su lado del campo, permitiendo que su rival corriera y anotara llegando con demasiada facilidad. Como lo hizo Sima sacando de punto a Shermadini para el 26-42 (24'). Con Diagne como casi única aportación (30-42), el Canarias no logró bajar las revoluciones de su rival, que golpeó de nuevo a la carrera y tras rebote ofensivo para romper definitivamente el duelo (30-50, 27').

Los isleños, sin poder salir de la espiral totalmente negativa en la que se metían cada vez que lanzaban desde el 6,75 (0/3 en el tercer acto para un total de 2/14 después de 30 minutos) solo fueron capaces de producir, a cuentagotas, desde el tiro libre (6/8 en el tercer acto). Ganancia mínima toda vez que un par de despistes defensivos permitieron que el Unicaja mantuviera casi intacta la renta adquirida (36-54, 30').

Un triple de Fitipaldo para abrir el periodo final fue solo un canto de cisne para el conjunto canarista (39-54), cada vez más débil atrás ante un Unicaja que volvió a hurgar en la herida mirando aro sin apenas consumir segundos de sus posesiones, y también moviendo a placer cuando de atacar en posicional se trataba. Así, dos triples de Perry le pusieron la puntilla a un duelo (45-68, 35') al que le sobraron los últimos cinco minutos.

Esfumada la ventaja del factor cancha, el Lenovo Tenerife tendrá que recuperar, si o sí, su mejor versión el jueves en el Carpena. Es la única vía para forzar el tercer duelo y seguir soñando con las semifinales.

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