Una derrota a medias. El Lenovo Tenerife ha caído este domingo en su visita al Unicaja (75-71), tropiezo, sin embargo, con atenuante para los intereses canaristas, toda vez que los de Vidorreta logran salvar el average particular, lo que a falta de una jornada les hace depender de sí mismo para acabar cuartos y disfrutar del factor cancha en la eliminatoria inicial por el título, precisamente contra el conjunto malagueño.

Estuvo casi siempre incómodo el Canarias, maniatado en la dirección del juego (2x1 constantes muy lejos de canasta a los bases), lo que en parte fue clave para apenas contactar con Shermadini, en ocasiones tapado hasta por tres rivales. Nada menos que 10 pérdidas cometieron entre Gio y Huertas del total de 23 posesiones regaladas por los isleños. Llegaron a estar 13 abajo antes del descanso (32-19) y aunque un parcial de 2-22 les dio a los aurinegros una solvente ventaja (34-41), otro alarmante bache ofensivo (65-52) llevó a los laguneros a ir remolque de su rival hasta el final del choque.

Los tantos finales de Sastre y Doornekamp (13 entre ambos en el cuarto final) evitaron males mayores en un día en el que Shermadini y Huertas solo hicieron ocho puntos cada uno, para valorar 10 créditos entre ambos. Fran Guerra, con nueve tantos, cuatro rebotes, tres asistencias, dos robos y un tapón para 16 de valoración fue el más destacado del bando canarista.

Le costó entrar en partido al Lenovo Tenerife, en parte porque dio la sensación de arrancar algo frío, pero sobre todo porque el Unicaja supo colapsar por completo los ataques aurinegros, con muchas ayudas interiores, unos intensos 2x1 lejos de canasta para cortocircuitar a Huertas, y con una enorme actividad en las líneas de pase. Sin apenas lanzar a canasta, los laguneros también estaban siendo castigados con las veloces transiciones de su rival, que además volvía a hurgar en el rebote ofensivo (10-4).

Después de solo dos canastas en más de cinco minutos y aumentando de forma alarmante su contador de pérdidas (ya cinco), un triple de Abromaitis y las aportaciones cerca de canasta de las rotaciones (posteo de Guerra y penetración de Fernández) dieron algo de aire a los laguneros (13-11). La recuperación, sin embargo, fue solo un espejismo, pues los isleños volvieron a sus malos momentos en ataque, además de recibir dos triples (19-13) en un cuarto que cerraron con siete balones regalados.

Con Shermadini totalmente desconectado -sin poder continuar en el 2x2, tampoco recibir dentro, ni moverse con un mínimo de comodidad cuando sí le llegaba la bola-, al Canarias se le empezó a hacer de noche, en parte porque a Huertas le faltó la clarividencia de otras ocasiones para salir al rescate de los suyos. La traducción, más pérdidas y muchos malos tiros al borde de los 24 segundos; debes que tuvieron correlación en el otro aro, encajando los laguneros tanto por la verticalidad rival, un triple de Ejim y la actividad en la zona de Sima, que con un gancho llegó a poner a los suyos con un 32-19 (14').

Tocaba ahí fondo el Canarias, que entendió que, pese a no acabar con su rosario de pérdidas (acumuló 12 en menos de 17 minutos), para darle un obligado cambio de rumbo al duelo debía elevar sus prestaciones defensivas, A eso añadió el cuadro isleño un par de aciertos desde el perímetro (Fitipaldo y Salin) y alguna acción interior de Guerra (32-28 tras un 2+1). Lo probó Vidorreta sin cincos, aunque fue con la alternativa de Diagne con la que terminó el equipo isleño de confirmar su recuperación para llegar al descanso con tablas (34-34).

Esa tendencia positiva la mantuvo el Lenovo a la vuelta de vestuarios, con mucha presencia de Cook en el rebote ofensivo, algunas acciones de liderazgo de Huertas y una penetración, cual base, de Fran Guerra. De esta forma el Canarias alargó su parcial hasta un 2-22 en menos de ocho minutos para inclinar el partido de su lado (34-41).

Pero esa inercia desapareció de un plumazo... como en el duelo de Copa. El Canarias encajó muy rápido dos triples (40-41), y aunque insistió en el rebote ofensivo (42-44) no le dio para frenar la reacción de los locales, que lograron devolver el encuentro al estado de incomodidad en el que ya metió al Lenovo en los primeros compases de la contienda. Un 14-3 volvió a dejar en desventaja a los isleños (48-44).

Aunque los de Vidorreta trataron de agarrarse desde el tiro libre (48-47), el Unicaja tiró de la mano de Osetkowski (triple) y la verticalidad de Perry, traducida sobre todo en tiros libres, para alargar su ventaja hasta un 59-51. Todo mientras el Canarias se comía una bola tras otra para llegar a los mismos siete regalos del primer acto.

No logró salir del bache el Canarias, en un tramo en el que volvió a ser castigado desde el 6,75 (Díaz y Kravish para el 65-52), a la vez que empezó a hacer agua en su propio rebote (67-54). Momento crítico en el que Sastre fue salvador con una canasta bajo el aro y un triple desde la esquina (67-60, 34') para, pese a errar tres intentos seguidos desde el 6,75, mantener con vida a los aurinegros... al menos para luchar con garantías por salvar el average.

En esos parámetros se movió el duelo durante unos minutos (72-65) antes de que unos pasos de Shermadini y un triple de Kalinoski volvieran a poner contra las cuerdas a los canaristas (75-65). Un triple de Fernández a 54 segundos (75-69) le dio a la vida a los isleños, que pese a un campo atrás y una falta muy rigurosos de Fitipaldo, supo defender con solidez los dos últimos ataques de los locales. Tras rebote defensivo, fue Doornekamp al 4,60, y pese a tirar a fallar el segundo después de meter el primero, el canadiense también anotó para el 75-71. El Unicaja dispuso de algo más de tres segundos para llevarse el average, pero el triple de Perry no tocó aro. El Canarias sigue dependiendo de sí mismo para acabar cuarto. Con ganarle al Casademont Zaragoza este martes (20:00 horas, Santiago Martín) le valdría. La derrota del Unicaja en Bilbao también sería suficiente.