Liga Endesa

El Lenovo cumple con su tradición en Santiago

El conjunto lagunero recupera su mejor imagen y vence con una superioridad insultante al Obradoiro para consolidarse en la cuarta plaza (58-78)

Bolmaro trata de avanzar ante Thomas Scrubb en una acción del partido de este sábado.

Bolmaro trata de avanzar ante Thomas Scrubb en una acción del partido de este sábado. / ACB Photo

El Lenovo Tenerife se reencuentra a sí mismo. En una clara demostración de que lo del miércoles en Murcia fue solo un accidente -con seguro a todo riesgo-, el conjunto lagunero ha cumplido este sábado con lo que ya es casi una tradición: vencer al Obradoiro y hacerlo además con una insultante superioridad (58-78). Es el décimo triunfo seguido de los laguneros (el 18º en 21 partidos en el total histórico) contra el conjunto de Moncho Fernández. Esta vez los aurinegros llevaron la delantera de principio a fin en un duelo que solo no fue completamente redondo para los isleños por un discreto acierto en el tiro de tres: 6/20 antes del último cuarto.

Un gran trabajo defensivo (dejó en 21 puntos a su rival al descanso, al que llegó 14 arriba) y una aportación colectiva sublime en ataque (23 asistencias y 20/27 en tiros de dos) fueron más que suficiente para que los aurinegros aumentaran poco a poco su renta, dejaran sentenciado el duelo con poco más de un cuarto por jugarse (32-54), e incluso, mientras se gustaban, rozaran la treintena de ventaja (49-78) antes de que Robertson maquillara el marcador en los instantes finales. Con cuatro jugadores en dobles dígitos, Sasu Salin fue el máximo anotador canarista al irse hasta los 18 puntos, con cuatro triples y 6/6 en libres. Buen encuentro también para Cook, con notable presencia ofensiva: 17 puntos y cuatro rebotes.

En solo 40 segundos de partido el Lenovo Tenerife ya había dado un golpe encima de la mesa gracias a dos triples (el segundo con un adicional) de Sasu Salin (0-7). Y pese a que en los siguientes ataques el cuadro lagunero no estuvo del todo fino de cara al aro, su aplicación defensiva -sin importarle gastar faltas- y, por encima de todo, su entrega colectiva para cerrar su rebote (solo uno en todo el primer cuarto y sin consecuencias) le permitió a los de Vidorreta mantener la delantera. Casi cinco minutos tardaron los locales en hacer su primera canasta en juego tras seis errores en el tiro (4-10).

Robertson era casi el único referente ofensivo de los gallegos, pero su producción no fue del todo preocupante, gracias básicamente a la rotación defensiva de los canaristas. Hasta tres jugadores -Salin, Fitipaldo y Fernández- se alternaron para tratar de incomodar al escolta norteamericano, que apenas gozó de tiros cómodos desde el perímetro.

Con uno de los teóricos problemas atados en corto, el Canarias hizo de las primeras rotaciones un nuevo punto de inflexión. Acelerón que comandaron Huertas y Guerra, tanto con el brasileño anotando -pese a la marca de hombres grandes como Westermann y Phil Scrubb- y a continuación surtiendo el propio paulista, en el 2x2, al pívot grancanario. De esta forma la renta aurinegra aumentó hasta los 11 al término del primer cuarto (11-22), con Marce y Fran acumulando 10 puntos y 14 de valoración. Sin estar del todo atinado desde el tiro de tres (3/9), su acierto superlativo cerca de canasta (6/7) explicaba la ventaja lagunera.

Apretó los dientes en el segundo acto el Obradoiro, que trató de ahogar la sencilla circulación canarista con continuos 2x1 sobre sus bases, y si bien el Lenovo solo lo notó en la necesidad de tener que amasar un poco más sus ataques, varios de sus tiros no entraron. Se agarró así la escuadra gallega al partido (20-25, 16').

En medio de una espesura cada vez mayor, el Canarias tiró de criterio defensivo, volvió a cerrar su rebote y delante se encomendó al músculo de Cook, tan efectivo penetrando desde cabecera, como aprovechando puertas atrás y también desde el perímetro. Gracias a siete puntos del alero norteamericano la renta isleña se disparó hasta los 14 al descanso (21-35).

Con 21 puntos encajados después de 20 minutos (9+12), el Lenovo estaba prácticamente calcando sus cifras de una semana antes contra el Joventut (11+10). Guarismos incontestables atrás, y más que suficientes -pese a que la presencia ofensiva de Shermadini fue testimonial- para dar sensaciones de enorme superioridad pese a no estar el cuadro lagunero soberbio desde el arco: 5/16, compensado con un 9/11 en tiros de dos.

Alargó Cook, ya a la vuelta de vestuarios, su buen momento en ataque con cuatro puntos más, lo que unido a varias acciones positivas de Shermadini (dos libres, rebotes y tapón) le dio al Canarias una nueva máxima renta (23-41), obligando a pararlo a Moncho Fernández. Solo el 0/3 en triples evitó que el Lenovo rompiera aún más la contienda. Pero incluso con su pelea desde el 6,75, los isleños también sumaron de tres en tres: 2+1 de Shermadini y tres libres de Salin (26-47).

El choque, ya roto, se alocó y descolocó por momentos, y aunque el Obradoiro se empeñó en errar un triple tras otro (llegó a ser 1/11 en este cuarto), su presencia en el rebote ofensivo (cinco en el tercer acto) y su mordiente defensiva en campo contrario le dieron algo de aire (30-47). Solo un momento de exceso de revoluciones, ya que el Canarias volvió a enfriar el juego y disipó cualquier duda con las asistencias de Guerra y los puntos de Salin (32-54, 30').

Y por si existiera alguna duda, otro arreón comandado por Shermadini y Fernández terminó de tumbar al Obradoiro (38-62) sin haberse jugado ni tres minutos del cuarto periodo. Lejos de bajar su intensidad, el Canarias empezó a gustarse, encontrando a Cook debajo del aro y también produciendo desde el perímetro para alcanzar un 49-78 con únicamente dos minutos por jugarse. Solo los nueve puntos finales de Robertson maquillaron un resultado que pudo ser escandaloso. Decimosexto triunfo aurinegro en 22 jornadas para consolidarse en la cuarta plaza de la Liga Endesa.