Liga Endesa

El Lenovo regala el liderato

En un aciago día en el tiro (3/19 en triples), endeble en el rebote y sin deseo en defensa, el club isleño cae en Murcia en un final indecoroso (85-64)

Diagne y Sastre observan a Luther realizar un mate.

Diagne y Sastre observan a Luther realizar un mate. / ACB Photo

Cada vez que al Lenovo Tenerife le buscan las cosquillas el cuadro lagunero acaba fuera de partido. Eso es lo que le ha sucedido este viernes al conjunto isleño, que ha caído por un claro 85-64 frente a un UCAM Murcia con mayor deseo e intensidad cerca del aro y que sacó tajada a su planteamiento de un juego físico que incomodó por completo a los aurinegros de principio a fin.

Hasta 20 rechaces en su propio aro dejó escapar el Canarias, que en la mayoría de las ocasiones salió perjudicado en balones sueltos y acciones de uno contra uno. Ya fuera por llegar tarde a la defensa individual (McFadden hizo 11 puntos en un abrir y cerrar de ojos) o bien por no saber contener las acometidas interior de su adversario, faceta en la que los cincos se mostraron especialmente displicentes. Una endeblez patente sobre todo tras el descanso, cuando los isleños encajaron 56 puntos.

Las bajas prestaciones atrás fueron uno de los argumentos principales en la cuarta derrota canarista del curso, pese a que los de Vidorreta lograron esquivar su tradicional mal arranque en el Palacio de los Deportes de Murcia (15-23, 13'). Mediado el segundo cuarto los isleños entraron en barrena y pese a que se agarraron al duelo -en buena medida gracias a los tiros libres- hasta ya bien entrado el tercer acto (50-47), la continuidad en sus regalos defensivos y su horrible día en el lanzamiento exterior (3/19, con Salin en 0/6 hasta su estéril acierto final) le condenaron a una derrota que acabó siendo, por marcador y sensaciones, hasta indecorosa. Marce Huertas, autor de 19 puntos y seis asistencias, fue de los pocos que se salvó de la quema.

Como en sus dos últimas visitas a Murcia, la puesta en escena del Lenovo Tenerife fue bastante deficiente, errando sus cuatro primeros tiros y sufriendo ya -como era relativamente previsible- para impedir segundas opciones de su rival. Con Pustovyi haciendo daño en ambos lados de la cancha (5-2), el cuadro canarista supo no perder la cabeza para evitar un nuevo desastre en el mismo escenario, apretó algo más atrás, y delante se agarró a la determinación de Fitipaldo y a la paciencia colectiva para darle la vuelta al signo del electrónico (7-12).

El Murcia se enganchó al encuentro gracias a su acierto en el tiro libre (11-12), pero la entrada de Huertas supuso un punto de inflexión para el conjunto de Vidorreta. Mientras atrás el cuadro canarista supo mantener su solidez -salvo algunas acciones en las que Radovic se sintió muy cómodo yendo hacia dentro- delante el base paulista marcó el ritmo que quiso, básicamente decidiendo él mismo toda vez que la defensa local negó las continuaciones con Shermadini.

Hasta ocho puntos seguidos en menos de tres minutos -entre el final del primer acto y el inicio del segundo- del brasileño mantuvieron en franquicia a los aurinegros (13-20). Una ventaja que llegó a ser de ocho puntos en la enésima construcción ofensiva de Huertas, esta vez asistiendo para un mate de Gio (15-23). Tras poco más de dos minutos de cuarto, a Sito Alonso no le quedó otra que pararlo.

El tiempo muerto reactivó a los locales, pero sobre todo colapsó en ataque por completo al Lenovo. El cuadro lagunero comenzó a cometer un error tras otro (pérdidas y tiros errados), lo que permitió al Murcia fabricar un parcial que llegó a ser de 11-0 (26-23). Con la persiana totalmente bajada a la hora de lanzar en juego el Canarias sobrevivió de forma única y exclusiva desde el tiro libre. Una producción mínima, pero paradójicamente suficiente para volver a tomar el mando en el marcador (26-28) pese a que la presencia de los murcianos en el rebote ofensivo seguía siendo tremenda: 13 al descanso.

La serie de despropósitos canaristas en juego continuaron con un tiro que se le salió a Cook, una falta en el rebote que dio dos libres a Trice, y una pérdida por falta de intensidad en el último ataque del cuarto y tras tiempo muerto. Desde el 15-23 la única aportación de los tinerfeños fue desde el tiro libre (7/10), toda vez que su hoja de servicios en tiros de campo fue nula: 0/11.

La sequía ofensiva del Canarias la cortó, después de más de ocho minutos, Huertas con un triple, pero esos tres puntos, junto a otra canasta casi a continuación, del brasileño fueron insuficientes para equilibrar un momento desatado de Thad McFadden, casi inédito hasta el interrnedio, pero que en 2'17” anotó 11 puntos de diferentes facturas (40-37).

Logró al menos el Canarias meter el partido en un intercambio de canastas (50-47), pero ahí los laguneros ya estaban muy incómodos con el encuentro físico planteado por su rival. Entre que los aurinegros fueron incapaces de contener la intensidad y deseo en el interior de Radovic, y varias acciones desconcertantes en ataque (en especial dos seguidas de Guerra, que duró 15 segundos en cancha), los locales volvieron a dar un estirón para colocarse nueve arriba antes del último cuarto (58-49).

Lejos de mostrar mejoría, el Lenovo arrancó el acto final con dos pérdidas seguidas y una técnica para el 61-49. Dos libres de Shermadini significaron el último intento de los laguneros por mantenerse con vida (61-53), pero de nuevo su displicencia atrás -el propio Gio ejerció de casi espectador en varias acciones interiores de los locales- y otros cuatro triples que se fueron al limbo le dieron la puntilla a los de Vidorreta (71-55).

Fuera de partido en ataque (Diagne perdió los nervios y se encaró con Davis), y con una permisividad similar en defensa, el Lenovo cerró el choque con una imagen impropia, casi indecente, y además con su máxima desventaja: 85-64. Con el liderato regalado, la clasificación matemática para la Copa deberá esperar al menos hasta el domingo... siempre y cuando los aurinegros recuperen su verdadera identidad.