Lo que habitualmente en estos años anteriores había sido un latiguillo -cargado entonces de argumentos- pasa a convertirse en leyenda. Y es que la próxima edición de la BCL posee un mayor que el de la Eurocup. Al menos si se atiende al que ahora mismo parece ser el único baremo con cierta fiabilidad: la clasificación de los clubes en sus respectivas ligas

El nacimiento de la Basketball Champions League (BCL) en el curso 16/17 se convirtió en un pulso de la FIBA a la Euroliga (y, por extensión, a la Eurocup), pero a la vez fue considerado por muchos como la aparición de una nueva competición continental cuyo nivel, por la entidad de sus participantes, dejaba mucho que desear. Argumento con cierta solidez, en especial a tenor de la calidad de varios de los conjuntos que entraron en liza aquel año.

De la nómina de 40 equipos pocos podían presumir de cierto pedigrí actual en el basket continental. Entre ellos el CB Canarias, quinto ese curso en la ACB y campeón de aquella edición inaugural de la BCL. Con el paso del tiempo el avance del torneo auspiciado por la FIBA ha sido lento pero siempre constante. El hecho de que Euroliga y Eurocup hayan sido por momentos cotos cerrados, y la formalización de contratos con clubes turcos y franceses ha dotado de mayor empaque a la Champions.

A la espera de lo que parece una irremediable y necesaria entente entre Euroliga y BCL, la tendencia de equilibrio parece haberse confirmado en este próximo curso 22/23. Al menos en lo que nómina de conjuntos admitidos se refiere si se atiende a su clasificación en las respectivas ligas nacionales de cierto nivel dentro del concierto europeo.

Con países como España, Grecia e Italia en los que se podría hablar de empate técnico en lo que a nivel se refiere, la BCL sale mejor parada en la comparativa de otras naciones. Incluso superando a conjuntos con plaza en la Euroliga. Así, los casos más evidentes son los de Israel y Lituania.

En el país hebreo el campeón fue el Hapoel Holon, rival del Canarias en la semifinal de la Final Four de Bilbao, y que repetirá en la BCL 22/23. Lo hará junto al Bnei Herzliya, el otro finalista; y el Hapoel Jerusalem, vencedor de la fase regular de ganadores y luego semifinalista en playoff. Todos ellos se clasificaron por delante del Maccabi Tel Aviv. En la Eurocup el representante de Israel será el Hapoel Tel Aviv, séptimo en la liga regular y cuartofinalista.

En Lituania, por su parte, repetirá en la BCL el Rytas Vilnius, el mejor en la fase regular de su país y luego campeón por delante del Lietkabelis, que jugará la Eurocup. El Zalgiris Kaunas, representante de la LKL en la Euroliga, concluyó tercero.

También es llamativa la diferencia de nivel entre los contendientes de la liga francesa. Con Mónaco y Asvel -ambos Euroliga- como finalistas, la BCL se queda con los dos semifinalistas, el Dijon y el Pau Orthez, así como con el Limoges, cuarto en la fase regular y cuartofinalista, mientras que el Strasbourg (séptimo) deberá jugar la fase previa. El JL Bourg y el Paris, undécimo y decimoquinto respectivamente del torneo galo, han logrado plaza en la Eurocup.

Entre los equipos turcos y los alemanes, la BCL también ha pescado mejor que la Eurocup. De esta forma, el torneo de la FIBA se lleva a Bonn y Riesen, segundo y cuarto en la fase regular y luego ambos semifinalistas; así como a los otomanos del Darussafaka y el Galatasaray, que también se quedaron a un paso de la final en su país. En los dos casos solo los superaron conjuntos de Euroliga: Alba Berlin, Bayern Munich, Anadolu Efes y Fenerbahce.

Sirve igualmente de comparativa la situación del Chemnitz 99 alemán y del Tofas Bursa turco, que habiendo sido sexto y noveno en sus correspondientes ligas nacionales se verán obligados a jugar las previas de la BCL. En cambio, el Hamburg (séptimo en Alemania) y el Turk Telekom Ankara (undécimo en Turquía) han obtenido plaza en la Eurocup.

Sí sale airosa la Eurocup en la comparativa de los equipos de Polonia y la Liga Adriática. La competición dependiente de la Euroliga cuenta con el Wroclaw, campeón polaco, mientras que la BCL tiene al Legia, el otro finalista. Ya en la otra competición Buducnost y Cedevita acabaron mejor (semifinalistas) que el Igokea (quinto y cuartofinalista). Aún así, insuficientes argumentos como para pensar que esta BCL 22/23 tiene algo que envidiarle a la Eurocup.