Con la intensidad y criterio que no tuvo en el primer partido de la eliminatoria, el Lenovo Tenerife ha recuperado su mejor versión para tumbar a lo grande al Joventut (103-76) y forzar el tercer y definitivo encuentro de la eliminatoria de cuartos. Mordiendo atrás y con acierto en ataque desde el salto inicial, el cuadro canarista mandó en el marcador en todo momento, con una renta de 15 puntos al término del primer cuarto (26-11), ventaja que fue de 20 coincidiendo con el intermedio (54-34).
La gran actuación, en especial en el inicio, de Kyle Wiltjer, autor de 37 puntos -21 de ellos antes del intermedio- para 44 de valoración resultó clave para que el Lenovo revertiera muy pronto las malas sensaciones con las que se quedó del partido del jueves. La acertada dirección de Huertas (que acabó con 12 puntos y 11 asistencias) y el acierto desde el perímetro de Salin (16 puntos con 4/7) fueron los mejores exponentes individuales de un equipo reconocible, que supo mover muy bien la bola (25 asistencias) para acabar con unos porcentajes de acierto estratosféricos: 19/28 (67%) en tiros de dos y 14/26 (53%) en triples.
Herido por la paupérrima imagen ofrecida tres días atrás, el Canarias salió a comerse al Joventut. Detrás con una agresividad como pocas veces se le ha visto, metiendo muchas manos y poniendo un listón muy alto en intensidad. Toda la que se había guardado en Badalona. En el otro lado de la pista el Lenovo sacó partida de uno de esos momentos en los que Wiltjer entra en trance, tanto a la hora de postear como desde el perímetro. Con el canadiense haciendo los ocho primeros puntos de su equipo, Duran lo tuvo que parar sin llegar a os dos minutos de duelo (8-0).
La Penya se agarró a las continuaciones cortas y la capacidad de posteo de Tomic (16-9), pero el Canarias insistió con su aplicación atrás -tanto para incomodar a los directores de juego verdinegros, como metiendo manos debajo del aro-, cerró su rebote e incluso se atrevió a correr cada vez que le fue posible, pese a que en ocasiones lo hizo con más revoluciones de las debidas. Aún así, con el buen hacer de los dos bases y un triple de Wiltjer (3/4 y 13 puntos en diez minutos) el cuadro aurinegro cerró el primer parcial con un contundente 26-11. Sin llegar a la contundencia con la que recibió los primeros golpes en el Olimpic, el Lenovo se había revuelto de una manera soberbia. Para recuperar la confianza perdida y para lanzar un claro mensaje a los verdinegros.
Los primeros compases del segundo acto se convirtieron en un toma y daca entre Wiltjer y Bassas (32-16), pero ahí el Canarias le puso una velocidad más al partido, siendo vertical con sus bases, y corriendo hacia atrás para evitar contras sencillas de su oponente. Con un triple de Salin la renta local llegó a la veintena (39-19, 14').
Con el tiempo muerto de Duran el Joventut apretó algo más atrás, y de la mano de Feliz amagó con meterse en partido (39-26), pero entre el minuto de Vidorreta y el soberbio día desde el 6,75 (llegço a estar con 9/11), los aurinegros devolvieron el partido a un estado de más tranquilidad (49-26).
Después de un recital ofensivo, con 49 puntos en 16 minutos y medio, al Canarias le costó mantener la misma fluidez ofensiva, pero en cambio no renunció a dar continuidad a sus prestaciones defensivas. Gastaron faltas los de Vidorreta, pero la mayoría de ellas para evitar canastas sencillas de la Penya, que solo pudo producir desde el tiro libre (8/8 en el segundo acto). Peaje más que justificado con el que los locales pudieron llegar 20 arriba al descanso tras una canasta final de Wiltjer, autor ya de 21 tantos (54-34).
Pese a que no logró dejar a su oponente por debajo de la treintena (como en sus dos victorias previas), el Canarias sí había calcado los 54 puntos. Guarismo sobresaliente al que llegaron los de Vidorreta gracias a una clarividencia en ataque, inédita en el duelo de Badalona y que a su vez derivó en una fatal hemorragia defensiva.
Con buena parte del trabajo realizado, el Canarias bajó un tanto las revoluciones y sacó la calculadora para que sus ataques siguieran siendo efectivos. Y ahí quien mejor hace las cuentas es Huertas. El brasileño resolvió primero por su cuenta, luego buscó dentro a Shermadini y a continuación hizo lo propio (triples y puerta atrás) con Salin. Más que suficiente para que todo siguiera igual...o incluso mejor (68-43 tras canasta de Doornekamp).
Con Shermadini en tres faltas, y casi a la desesperada, la Penya cargó el rebote ofensivo y trató de presionar la salida del balón, pero los aurinegros apenas pasaron apuros. Un 2+1 de Doornekamp y sendas asistencias de Guerra para Wiltjer debajo del aro mantuvieron intacto el colchón aurinegro antes de los diez minutos finales.
Un periodo, el cuarto, que prácticamente sobró ya que pese a la tímida presión de la Penya que provocó un par de parciales de 0-4, el Canarias supo evitar apuro alguno gracias a dos triples de Salin (85-64) y a un nuevo momento mágico de Wiltjer, esta vez a base de un trabajo sucio que le llevó varias veces al tiro libre. El canadiense también el ejecutor de un par de técnicas señaladas contra un Joventut que no supo digerir la superioridad canarista. El martes tercer y último episodio en el propósito canarista de repetir presencia en semifinales.
