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Liga Endesa

El Lenovo tumba al Real Madrid a lo grande

El cuadro lagunero firma un sublime epílogo (parcial de 37-10 tras el 30-42) para acabar ridiculizando al cuadro blanco (72-59)

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Partido Lenovo Tenerife - Real Madrid Carsten W. Lauritsen

Un final de película en medio de un ambiente de fábula ha permitido al Lenovo Tenerife doblegar a lo grande al Real Madrid (72-59). Una victoria cargada de aspectos significativos, como el de romper una racha frente al cuadro blanco que se prolongaba durante más de cinco años, también el de no darse por vencido cuando estuvo 12 abajo (30-42, 25') y totalmente negado de cara al aro; y por su puesto, su explosión ofensiva en el tramo final del choque, con 42 puntos en menos de 15 minutos dentro de un parcial de 37-10 que noqueó al Madrid. La aportación de Fitipaldo en el cuarto acto (12 puntos) y, por encima del resto, la entrega superlativa de un Sulejmanovic que no entiende de miedos (ocho puntos y 12 rebotes), resultaron capitales en el triunfo de los canaristas.

Sorprendió Vidorreta con un quinteto nada usual, no tanto por la presencia de Sastre en el dos, sino por sacar a Guerra en el cinco inicial. Situación extraña, pero que el Lenovo resolvió de manera más que aseada, especialmente por su presencia desde el arco (triple inicial marca de la casa de Wiltjer y de Doornekamp) para el 8-7, y también por una puesta en escena un tanto fría de un Madrid en el que solo Llull (con ocho puntos) parecía enchufado (11-13, 6').

Sin el equilibrio necesario (2/5 desde el arco y 1/1 en tiros de dos), el Canarias comenzó a sufrir con la rotaciones. Y es que ahí Vidorreta ya había puesto las cartas boca arriba, toda vez que el tercer choque de su equipo en apenas cinco días -y con el primer duelo de cuartos de la BCL a la vuelta de la esquina- pareció ser el elegido para efectuar esas rotaciones de las que ya había hablado entre líneas. Así, el recambio del cinco fue Sulejmanovic, que si bien sacó productividad de su mayor movilidad, sufrió lo indecible ante la intimidación de Poirier y la presencia del galo cargando el rebote ofensivo.

Punto de inflexión que, tras un triple de Todorovic después de varios ataques locales deslavazados (14-13), permitió al Real Madrid poner tierra de por medio gracias a un parcial de 0-9 en el que Heurtel tuvo mucho que ver y que rubricó Tavares (14-22). Estuvo casi cinco minutos sin ver aro el conjunto lagunero, que salió del hoyo a base de constancia, un triple de Wiltjer y la verticalidad de Fitipaldo (21-24).

Por fin, después de más de 15 minutos de encuentro, Vidorreta decidió sacar a pista a Shermadini, cuya conexión en el pick and roll con Fitipaldo equilibró la alargada sombra en los dos aros de Tavares, e hizo posible que el Madrid no lograra abrir brecha pese a que los blancos se mostraron siempre muy superiores en el rebote: 14 a 23 al descanso y siete capturas ofensivas de los visitantes.

El intercambio de canastas fue mal menor para los aurinegros (28-32, tanteador que no se movió en los últimos dos minutos previos al intermedio), que sin embargo no pudieron opositar a algo más por culpa de que su mirilla desde el perímetro siguió desenfocada: 2/11 en el segundo cuarto y 5/19 al descanso. Tampoco se quedó atrás el Madrid en su despropósito desde más allá del 6,75, hasta el punto de alcanzar el descanso con un 4/17 (1/8 en los segundos diez minutos). Y a toda estas, sin noticias de Marce Huertas, inédito consumido ya media encuentro.

Alargó su sufrimiento el Canarias, a la vuelta de vestuarios, para cerrar su rebote, a la vez que tampoco fue capaz de romper su mala racha exterior (28-34). Ya con Marcelinho en pista -cuya salida fue respondida por Laso sacando de inmediato para su defensa al también inédito Taylor-, los locales trataron de agarrarse a un mayor equilibrio en su juego gracias a la dirección del brasileño. Y pese a que Guerra pareció prender la chispa necesaria sacándole una antideportiva a Yabusele (30-34), el Lenovo no terminó de dar con la tecla para cambiar la dinámica del duelo.

Con Taylor soplando en el cogote a Huertas y Tavares imponiendo el pánico colocando un tapón tras otro (cuatro en el tercer periodo) o bien condicionando numerosos tiros y pases, al cuadro lagunero se le hizo de noche. El Madrid no lo desaprovechó y corrió varias veces seguidas para un 0-8 que le puso 12 arriba (30-42).Desesperado ya Marce (0/4 en tiros y dos tapones recibidos), el Lenovo prolongó su divorcio con el aro (durante casi siete minutos estuvo sin anotar en juego) hasta el triple de Salin (33-42) tras un 0/9 en lanzamientos en medio cuarto.

Entre el acierto de finés y la entrada en cancha de Sulejmanovic, el Canarias vio una tenue luz al final del túnel. El bosnio no se arrugó ante Tavares y con varias acciones de raza y coraje en los dos lados de la pista metió de lleno a los aurinegros en el encuentro (39-43). Una recuperación frenada por el nulo acierto en el tiro libre (tres fallos seguidos), pero mantenida con vida de cara al último acto, gracias a otra canasta, fruto de su insistencia, de Sule (41-43).

Despercidió el Canarias una ocasión para recobrar la delantera (triple fallado por Salin), pero ahí los de Vidorreta ya habían olido la sangre de un Madrid que empezaba a dar síntomas preocupantes. No perdonó Salin a la segunda (46-45) y aunque Llull tiró de oficio (48-50), los locales ya habían entrado en convulsión. Una penetración a cámara lenta de Sastre y una bomba sin miedo de Fitipaldo fueron la lanzadera definitiva para los locales pese al tiempo de Laso (54-50).

Casi dedicado a las funciones de asistir hasta ese momento, Fitipaldo destapó su mejor versión de cara al aro con dos triples seguidos de los suyos, tras bote, al que se sumó un tercero de Salin (64-52). Ahí el Madrid se desquició (técnica a Llull) y fue incapaz de encontrar el más mínimo hueco en la defensa de un conjunto lagunero que ya se estaba gustando. Así, un mate de Guerra para el 67-52 (37') rubricó un escandaloso 37-10. Esta vez, lejos de regalar 10 minutos, los isleños fueron los que sacaron tajada de los momentos de debilidad de su rival.

Con un Santiago Martín puesto ya patas arriba, solo los puntos finales de Yabusele evitaron una victoria local escandalosa. Solo un pequeño adorno, casi innecesario en medio de una enorme fiesta aurinegra. Merecida después de 15 derrotas seguidas y, sobre todo, por la creencia e insistencia de un plantel que ni 12 abajo y 30 puntos anotados en casi 25 minutos de juego, nunca agachó la cabeza. El premio, una victoria de enorme mérito que da a los canaristas un enorme empujón, tanto en la clasificación, como en lo anímico para afrontar estas próximas semanas.

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