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Liga endesa | 26ª Jornada

El primer ‘lloro’ seis años después

El Lenovo Tenerife ve cortada su racha en el Gran Canaria Arena para regocijo de la parroquia claretiana, que la ‘tomó’ con Huertas y Vidorreta

Parte de la afición del Canarias, ayer en el Gran Canaria Arena. | | E.D.

«¡Chicharrero el que no vote!» cantaba ayer de forma festiva el Gran Canaria Arena en los últimos instantes del partido de su equipo contra el Lenovo Tenerife y coincidiendo con la descalificación de Marce Huertas. Alegría justificada por el triunfo de los suyos en un derbi. Un duelo de rivalidad regional que les era esquivo a los claretianos en estos últimos cursos. Y es que el anterior lloro de los aurinegros en el recinto de Las Palmas de Gran Canaria se había producido hacía más de seis años. Desde entonces, el equipo lagunero había encadenado cuatro victorias en la cancha de su rival más acérrimo. Algunas de ellas de manera casi insultante. La alegría en la parroquia local estaba más que argumentada. Anoche, con el 71-57, el recinto de Siete Palmas fue una fiesta... para escarnio de los casi 200 seguidores canaristas –buena parte de la Peña San Benito– que quisieron arropar a los suyos en la isla vecina. Disfrutaron hasta el intermedio pensando que la historia podría repetirse. Se ilusionaron con el 75-72 y acabaron con la cabeza gacha.

Shurna y Diop celebran la victoria de ayer ante la mirada de Wiltjer. | | JUAN CARLOS GUERRA

Dos fueron los principales receptores de las críticas de las gradas ayer en el Gran Canaria Arena. Ya desde un inicio, el técnico Txus Vidorreta, silbado cada vez que se levantaba a cuestionar alguna decisión que hubieran tomado los árbitros. Más tarde le tocó a Huertas, que entre la férrea marca de sus pares en cada uno de sus ataques y el apretón de la grada acabó desquiciado. En su juego y con los colegiados. «¡Canta y no llores!», le corearon los seguidores amarillos cuando el base paulista tuvo que marcharse a los vestuarios tras haber sumado una antideportiva y una técnica. Acostumbrado a sonreír prácticamente siempre que tocaba derbi –había ganado ocho de sus diez duelos más recientes– esta vez a los canaristas les salió cruz. Llorar en un derbi tan de vez en cuando no debe ser malo.

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