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Liga Endesa | 24ª Jornada

Feliz regreso a la normalidad en el Santiago Martín

Por primera vez en más de dos años el recinto del Lenovo se acercó al lleno

Alguna gitana que otra, varios críos también disfrazados, pero sobre todo mucho aurinegro y respaldo a lo que viene desde abajo. Los condicionantes de un día especial. | maría pìsaca

Más de dos años han tenido que esperar el Lenovo Tenerife y los suyos para vivir un partido sin apenas cortapisas. Al menos en lo que a aforo en el Santiago Martín se refiere. El pasado 6 de junio los 1.000 privilegiados que pudieron acceder al recinto de Los Majuelos vibraron con la victoria histórica en semifinales contra el Barça; y en noviembre, los poco más de cuatro millares de seguidores canaristas también vibraron con el derbi frente al Granca en la enésima exhibición de Gio Shermadini. Ayer, sin la trascendencia de esas dos victorias, el disfrute también fue máximo. Y es que por primera vez desde el 3 de marzo de 2020 (en el duelo de BCL contra el Oostende), no hubo restricciones de aforo en el pabellón lagunero.

El feliz regreso a la normalidad

El del duelo contra el Obradoiro estaba llamado a ser un día de fiesta. Alicientes para ello había de sobra. La afición respondió a las promociones del club y las gradas se poblaron más de lo habitual desde un rato antes del inicio de la contienda. Ocasión perfecta para que la Peña San Benito y el Frente Los Pollos Amarillos desplegaran sus banderas gigantes, esas que aguardaron tanto tiempo para una ocasión especial. También, y coincidiendo con el Domingo de Piñata, se dejó ver alguna que otra mascarita. Antes del choque el CB Canarias mostró igualmente su repulsa hacia la guerra entre Rusia y Ucrania, un posicionamiento respaldado de forma unánime por la parroquia canarista por medio de un sonoro aplauso.

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Partido de la Liga Endesa: Lenovo Tenerife - Monbus Obradoiro María Pisaca

Como incontestable fue el respaldo a la cantera aurinegra. Y es que el club lagunero aprovechó la ocasión para llevar a cabo su tradicional presentación de toda su cadena de filiales, con especial mención al equipo infantil que apenas dos semanas atrás se proclamaba subcampeón de la Minicopa Endesa. Todo en medio de un partido sin excesiva brillantez, pero sí con buenas dosis de emoción en la que un excelso Marcelinho Huertas fue el encargado de desequilibrar la balanza. Gracias al brasileño el día de fiesta en el Santiago Martín tuvo un final feliz.

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