Un más que sólido arranque sustentado en una sólida versión defensiva, así como una excelente producción desde el exterior en el tercer cuarto (siete triples) han impulsado al Lenovo Tenerife hasta su sexta victoria liguera (79-70) a costa de un MoraBanc Andorra que pese a verse 20 abajo (64-44) nunca tiró la toalla. Los andorranos llegaron a colocarse a nueve ya dentro del acto final, pero en ningún momento pudieron acongojar a los isleños.

El liderazgo ejercido por Marcelinho Huertas (15 puntos y siete asistencias para 21 de valoración), los triples de Wiltjer (16 tantos), la solvencia interior de Guerra (11 puntos) y varias apariciones en momentos claves de Sastre (13 puntos con 3/4 en triples) fueron algunos de los mejores argumentos individuales de los de Txus Vidorreta. Regresó Gio Shermadini, al que se le vio todavía falto de ritmo aunque acabó aportando, en algo más de 16 minutos, tres puntos y cinco rebotes. Su vuelta significará que Julian Gamble no sea renovado hasta final de temporada.

Advertido y hasta escarmentado por sus recientes inicios para olvidar, el arranque del Lenovo Tenerife apenas tuvo peros. Intensos en el uno contra uno y controlando el rebote en defensa, en ataque los isleños buscaron con insistencia a Guerra y a Wiltjer, que sacaron tajada de varios miss match cerca del aro (6-0) a pesar, incluso, que el norteamericano erró dos ganchos seguidos.

Paciente en la circulación y sin volverse loco por producir desde el perímetro (solo dos triples lanzados en siete minutos), el cuadro canarista movió casi siempre el balón al límite de la posesión hasta dar con la mejor opción: desbloqueo de Guerra para la asistencia de Doornekamp, penetración de Fitipaldo o 2x2 de manual entre Bruno y Shermadini, que finalizó en mate la primera bola que tocó (12-3).

El Andorra pareció agarrarse con la entrada de Miller-McIntrye y un 2+1 de Paulí (14-8), pero en las rotaciones salió ganando el Lenovo. Lo hizo con la solvencia reboteadora de Sulejmanovic, que también supo finalizar. Pero sobre todo se benefició del enésimo momento mágico de Huertas. El brasileño saldó su primera acción ofensiva con un triple que ni tocó aro, pero a continuación enlazó varias aportaciones notables: robo, canasta, otra mano que acabó en recuperación, y finalmente un triple imposible, desde ocho metros y con la izquierda, y cuando expiraba el cuarto, para que el Canarias se disparara hasta el 21-8 tras los diez primeros minutos.

Una puesta en escena, esta vez sí, casi sin mácula (1/5 en triples), sustentada en el 9/12 en tiros de dos y en no haber cometido ni una sola pérdida, frente al 2/13 en tiros de campo y los cinco regalos de su rival.

Volvió a amagar con levantarse el conjunto del Principado (21-12) aumentando su nivel defensivo, pero ahí el Canarias, lejos de colapsar, dio otro estirón. De nuevo liderado por Huertas, que asistió para el triple de Sastre y se inventó una bomba desde detrás del tablero antes de que el propio Joan rompiera a su par para acabar en mate a dos manos y Salin, por fin, aportara desde el 6,75. Parcial de 10-0 para el 31-12 (15') que tuvo por momentos groggy al Andorra, sumido en un mar de pérdidas (11 al descanso) y sin apenas referentes, toda vez que no hubo noticias de sus dos recientes MVP: tanto Hannah como Noua llegaron al descanso sin anotar y con -4 cada uno.

Quizá por tener la sensación de haber roto el choque más pronto de lo esperado, el Lenovo pasó por un pequeño bache que dio aire a los visitantes (31-20). Pero la insurrección de los de Ibon Navarro apenas duró unos momentos, no tanto porque el cuadro lagunero volviera a producir con brillantez delante (en cinco minutos solo anotó dos canastas más), sino más bien porque supo recuperar el sacrificado tono defensivo que tan buenos réditos le dio en el tramo inicial del encuentro. Suficiente para llegar al intermedio con un colchón superior a la decena (35-22).

Llevó el Lenovo su renta a los 16 en el comienzo del tercer periodo gracias al triple de Salin (38-22), pero como en episodios anteriores el Andorra se resistió a tirar la toalla. Impulsados por la verticalidad de Miller-McIntrye (seis puntos en el periodo) y la versatilidad ofensiva de Jelinek (siete tantos más), los visitantes llegaron a colocarse a ocho (41-33).

Ahí el Canarias lo fió todo a su acierto exterior, toda vez que Shermadini demostró, en el uno contra uno dentro de la zona, estar todavía sin el punch necesario para que sus ganchos sean imparables como de costumbre. Hasta en tres ocasiones acertó Wiltjer desde el 6,75 para mantener la renta en guarismos de cierta tranquilidad (47-36), aunque cuando al festival se unieron algunos de sus compañeros fue cuando el Lenovo pudo moverse en guarismos similares de los de la primera parte.

Anotó Doornekamp saliendo del bloqueo, más tarde Sastre desde una esquina y de nuevo el propio exterior balear justo antes de la bocina del tercer acto. En total, 7/14 en esos diez minutos (3/12 en los dos cuartos anteriores) desde el arco para los aurinegros, lo que unido a un par de aportaciones más de Huertas hizo que los locales se dispararan hasta los 20 de ventaja con solo un acto por delante: 64-44.

Todo apuntaba, esta vez sí, a un partido más que decidido, aunque el suspense se alargó todavía unos minutos más, toda vez que un 2+1 de Diagné y una nueva irrupción de Miller McIntrye con siete puntos casi seguidos volvió a generar esperanzas en el Andorra (65-54, 33').

Y como en situaciones similares, el Canarias no perdió la calma y, sumando a cuentagotas, se mantuvo alejado de cualquier peligro. Una penetración de Huertas y otra canasta de Wiltjer llevaron el electrónico hasta el 70-56. Con Guerra muy activo debajo del aro ajeno y Huertas al mando de las operaciones, el arreón final de Hanhah (nueve puntos en apenas dos minutos) apenas surtió efecto (74-65) ante un cuadro canarista que le puso la puntilla al duelo con un triple de Sastre y una canasta final de Wiltjer. Seis triunfos en nueve encuentros. Balance más que notable que acerca a este Lenovo a la que sería su quinta Copa del Rey consecutiva.