El Lenovo Tenerife incide en sus deficiencias. Un mal partido en general, condicionado de nuevo por una puesta en escena que dejó que desear y un epílogo para olvidar, ha provocado la primera de derrota aurinegra este curso en la Basketball Champions League, al caer por 80-69 ante el MHP Riesen. Un tropiezo más que relevante ante el que debe ser su contendiente por la primera plaza del grupo, un rival que supo imponer su estilo de juego ante un rival, el de Txus Vidorreta, siempre muy incómodo y remolque desde el salto inicial.

Pese a recuperarse de un deficiente segundo cuarto (43-28) y opositar incluso con firmeza a la victoria (55-52, 29'), los canaristas reincidieron una y otra vez en los que fueron sus mayores debes a lo largo de los 40 minutos. Así, el cuadro alemán encontró un filón en los triples liberados, también en la gran cantidad de pérdidas (18) de los isleños, pero sobre todo en los 19 rebotes ofensivos permitidos por los aurinegros. De ellos produjo el conjunto germano un dato brutal: 28 puntos de segunda opción. De la quema escapó Kyle Wiltjer, autor de 24 puntos y cuatro rebotes.

Pese a toparse con un escenario más que previsible -un rival muy móvil delante y agresivo detrás- el Lenovo Tenerife no logró dar con la ecuación -pese a intentarlo de entrada con Doornekamp de cuatro- para al menos evitar el daño de su rival. Los de Vidorreta ya pusieron encima de la mesa sus dos principales defectos: varias pérdidas y permisividad en su rebote (5-0). Apenas pudo lanzar en el tramo el cuadro canarista, que tardó más de cuatro minutos en estrenarse (5-3) gracias a un triple de Sastre. El mallorquín se asoció bien con Gamble (7-5), pero la aportación de ambos fue insuficiente ante un adversario que aprovechó otro par de pérdidas (seis en el primer cuarto) y algunos triples más que liberados (13-8 y 16-11).

Sin cinco nato para tratar de hacer frente a la capacidad atlética de lo alemanes, entre los tiros libres y la impronta de la segunda unidad (Smith cumplió atrás), el Lenovo volvió a meterse en el choque (16-15), si bien un triple imposible de Simon sobre la bocina del cuarto fue el ejemplo perfecto de lo torcido que seguía el choque para los isleños (19-15).

Con Guerra superado como cinco por Darden en el cinco y algún balón regalado en saque de fondo, la vuelta a la pista de Smith y la insistencia -pese a cierta irregularidad- de Wiltjer en el poste bajo, el Canarias volvió a agarrarse al duelo (24-19). Solo un espejismo, ya que el MHP Riesen puso ahí la directa. Primero con un nuevo triple afortunado -esta vez de Hulls-, pero sobre todo gracias a su actividad una y otra vez en el rebote ofensivo y a su rapidez en las contras ante un Lenovo tan errático para mirar la canasta como lento en las transiciones. Con una movilidad superlativa, los locales se dispararon hasta el 31-19 (15').

Respondieron los isleños liderados por Wiltjer (12 puntos al descanso y aportando desde el poste y desde el arco) para el 33-26, pero entre un triple de Radebaugh (tras la enésima segunda opción), y tres acciones sin apenas oposición defensiva -tanto en posicional como en transición- el Lenovo se vio 15 abajo (43-28) poco antes del descanso. Solo un 2+1 de Wiltjer evitó una sangría mayor (43-31). Hasta 11 rebotes ofensivos (por solo uno de los laguneros) y nada menos que 17 puntos de segunda de los locales opción fueron, en los 20 primeros minutos, un lastre mayúsculo para los aurinegros, que además cargaron en su mochila una decena de pérdidas. A ello añadieron un pobre 3/5 en triples. Raquítica presencia exterior con Salin haciendo su primer tiro tras 12 minutos en cancha.

Una canasta interior de Guerra y un robo de Salin le dieron aire al Lenovo en el inicio del tercer acto (43-35), pero entre una pérdida de 24, otro rebote regalado y un par de canastas sencillas, el Riesen mantuvo a salvo su colchón (47-35). Con los triples de Salin, la versatilidad de Wiltjer y los libres a cuentagotas de Gamble (2/4 en el cuarto), el cuadro canarista se agarró al encuentro (53-48, 26').

Aún así, los de Vidorreta no terminaron de dar el paso al frente necesario al desperdiciar, pese a una mejora en defensa (el Riesen solo rascó un rebote ofensivo en todo el tercer acto), varios ataques consecutivos a la vez que Gamble prolongó su pelea con el tiro libre (55-52, 29'). Un triple de Hulls sin que los isleños gastaran su última falta antes del bonus para cerrar el periodo, tres libres de Radebough, una técnica a Vidorreta, de nuevo la aportación exterior de los alemanes y otro puñado de rebotes regalados devolvieron el choque al escenario del primer tiempo (72-59).

Sin apenas margen de error, tres puntos de Wiltjer (72-62) fueron un simple chispazo, para un Canarias que, como en el duelo del sábado frente al Joventut, se descompuso por completo. Negado en ataque en un rosario de despropósitos y sin anotar durante casi cuatro minutos cuando más lo necesitaban, los aurinegros hicieron agua debajo de su aro y recibieron un 6-0 para rozar el escarnio (78-62). Un triple de Salin, una canasta de Gamble y una bandeja final de de Fitipaldo al menos evitaron que la diferencia, de cara al a lucha por el el primer puesto, acabara siendo todavía más preocupante. Un mal menor que no maquilla las sensaciones de un equipo en el que varios de sus integrantes, desde el técnico hasta varios de sus jugadores -esta vez Doornekamp y Salin- acabaron desquiciados con la labor arbitral.