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Kyle Wiltjer Jugador del Lenovo Tenerife

«Mi mejor versión es la de ganarle a buenos equipos»

«Debo mejorar en defensa, pero aún estoy aprendiendo lo que quiere el entrenador en los dos lados de la pista», afirma el jugador del Lenovo Tenerife

Kyle Wiltjer sostiene un balón en el Santiago Martín. María Pisaca

Está como loco con su reciente paternidad, a la vez encantado con lo que se ha encontrado en la Isla y hablando maravillas de sus compañeros de equipo. El domingo, ante el Baskonia, dio una muestra de lo que puede ser capaz dentro de un baloncesto de Txus Vidorreta -donde prima la figura del cuatro abierto- que le puede venir como anillo al dedo.

¿Qué sensaciones le dejan estos casi dos primeros meses en la Isla?

Me siento muy feliz por estar aquí y jugar en un club realmente bueno. Tenemos un entrenador increíble y unos compañeros nada egoístas, por lo que el baloncesto es sencillo para mí. Solo me tengo que preocupar de ser un buen profesional y trabajar duro; espero que ganemos muchos partidos.

Da la sensación de que su estilo de juego, como cuatro abierto, encaja a la perfección con el baloncesto de Txus Vidorreta...

Sí. Me gusta abrirme al perímetro y crear espacios en la cancha. En algunos partidos tal vez no tenga muchos tiros porque mi defensor se quede conmigo, por lo que Fran, Gio o Julian tendrán mucho sitio para hacer daño. Y a su vez, si son ellos los que lo está haciendo bien, me pueden pasar el balón y yo tirar. Para mí es un sistema increíble porque en cada partido sabes que, de una manera o de otra, estás ayudando al equipo a intentar ganar.

Entre esas situaciones defensivas en las que no pueda recibir y la calidad de otros compañeros, ¿es consciente de que probablemente no tenga tantos tiros como en Turquía?

No. Pienso que nuestro equipo es muy difícil de defender porque tenemos muchos buenos tiradores y otros grandes jugadores, así que en algunos partidos sí puede que haga algunos lanzamientos menos. Pero también creo que habrá otros en los que pueda tirar bastante, porque si estás abierto, con los bloqueos, el balón llegará a ti. Como ya he dicho, aquí nadie es egoísta y compartimos el balón, incluso si estás en una situación para tirar pero ves a otro compañero abierto, también pasas la pelota. Somos un equipo divertido.

¿El de este pasado domingo es el Wiltjer que se puede aspirar a ver de manera habitual y el que usted desearía que se viera?

Ganar contra buenos equipos es la versión que quiero ser. Lo único que importa esta temporada es ganar, no me importa si hago cero o 20 puntos. Mientras ganemos estaré satisfecho de hacer lo que sea necesario para lograr la victoria; seré feliz con ello. Pero también sé que debo mejorar en aspectos como el rebote, en la defensa... Continuamente todos los jugadores siempre podemos mejorar, así que tenemos que seguir trabajando, seguir escuchando al entrenador, perfeccionar nuestras debilidades, y ya luego fortalecer nuestras habilidades.

También es verdad que ciertos momentos de la primera parte del Buesa Arena se le vio demasiado desatado y haciendo algún tiro de más...

Sí, puede ser, pero es un tema de confianza. Como dice Sasu [Salin] si vemos que la pelota entra un par de veces, la canasta se hace cada vez más grande. Y cuando eres un buen tirador y empiezas a anotar te sientes con mucha confianza. Hay que saber cuándo ser agresivo y cuándo ayudar desde fuera para que el equipo pueda ganar.

Ya que habla de Salin, ¿quién es mejor tirador, él o usted?

Siempre quiero pensar en mí mismo para hacerlo mejor, pero desde luego que Sasu es uno de los mejores tiradores que he visto en mi vida. Es complicado decirlo, pero Sasu es un jugador fantástico.

Uno de los aspectos en los que quizá más necesite mejorar es en defensa. ¿Está de acuerdo?

Por supuesto, pero la defensa es solo una de esas cosas en las que siempre puedes mejorar. Aquí el sistema defensivo es diferente al de mi último equipo. A veces la afición solo ve los sistemas en ataque, pero en defensa también los hay, y yo todavía estoy aprendiendo lo que quiere el entrenador en ambos lados de la cancha. Solo trato de mejorar cada día.

¿Por todo esto de lo que habla y por ser el último en llegar al equipo, fueron las primas semanas complicadas para usted?

Siempre es difícil llegar a un nuevo equipo, y además yo soy de los pocos fichajes. Mi única intención desde el principio es acoplarme al equipo sin egoísmos, pero es verdad que resultó algo complicado después de un viaje tan largo. Pero cuando mis piernas se sintieron mejor y comencé a dormir por la noche, todo fue más sencillo. Todos los demás compañeros del equipo realmente me ayudaron a aclimatarme muy bien.

¿Por qué Tenerife?

En una isla soleada y hermosa, tenemos un gran entrenador y un equipo realmente bueno. Los dos últimos años he estado jugando en la Basketball Champions League y siempre se oía hablar del Tenerife y de su juego inteligente. Como dije antes, es un equipo sin egoísmos. Además, siempre he querido volver a España desde que terminó mi temporada en Málaga porque creo que la ACB es una de las mejores ligas del mundo y una competición increíble. Quería ser parte de uno de sus mejores equipos.

Aquí ya había algunos jugadores que igual le ayudaron a decidirse...

Seguro. Pero no solo Sasu, sino también Gio e incluso Aaron, con quien juego en la selección de Canadá. Pude llamarles y preguntarles ¿qué tal vez si ficho en el equipo, sería positivo? Y solo tenían cosas muy buenas que decir sobre el equipo.

Con el que se le ha visto conectar muy bien también es con Julian Gamble. ¿Se conocían?

No, pero tenemos algunos amigos en común. Es como si nos conociéramos de lejos, pero nunca habíamos hablado antes. Nos llevamos muy bien. Él es solo un ejemplo de que en este equipo tenemos jugadores increíbles y que cuando llega un chico nuevo todos ayudamos. Los españoles y los extranjeros. En la cancha y fuera de ella en cualquier momento.

Su padre nunca lanzó triples, pero en cambio usted...

No, no, nunca. Él era un jugador grande, más grande que yo. Pero en el final de su carrera se había fijado que los jugadores altos se estaban convirtiendo en buenos tiradores. Quiso que yo pudiera lanzar bien y por eso me envió a dos campus de tiro. Es gracioso porque junto a él trabajé el juego en el poste, algunos ganchos en salto y cosas así, pero lo cierto es que nunca me enseñó a lanzar.

Pero no da la sensación de que solo por asistir a esos dos campus de tiro haya adquirido esa facilidad actual...

Bueno, son habilidades. Algunas personas pueden saltar muy alto, otras pueden driblar muy bien, y yo puedo lanzar muy bien. Pero eso es fruto de un trabajo muy duro desde que era pequeño; mientras crecí pude aprender muy buenos fundamentos. Ahora ya es algo natural, pero sí, he trabajado muy duro para ello, lanzando después de todos los entrenamientos o cada día que estoy en casa en los Estados Unidos. Es mi punto fuerte y quiero asegurarme de que cada vez lo puedo hacer mejor.

Su padre jugó tres temporadas en España. Esta es la segunda suya. ¿Cuántas tiene previsto quedarse?

Él siempre me dijo cosas buenas de este país, del que está enamorado. Incluso habla perfectamente el idioma y me presiona para que yo también lo aprenda. La verdad que aquí tanto mi esposa como yo estamos encantados. Tenerife es lugar hermoso y ojalá pueda quedarme 10 años.

En los últimos años Kyle Wiltjer ha adornado su brazo izquierdo con un buen número de tatuajes. Cada uno con una simbología respecto «a una parte» de su vida. Uno de los más grandes, una rosa, ya que «a Portland se la conoce como la ciudad de la rosa»; también una hoja de arce como guiño a Canadá; o un 503, el prefijo telefónico de su estado, Oregón. Sin embargo, la mayoría de marcas de tinta que recorren su extremidad tienen mucho que ver con su familia, como la fecha de su boda. Uno de los últimos, un trazo a semejanza de electrocardiograma. «Es el del latido del corazón de mi hija el día antes de que naciera», explica sobre su pequeña Airiah, nacida el 17 de abril, y que también aparece «llevada por unos pájaros». En su antebrazo, el rostro de Sade, la cantante de R&B, y también «un ángel» en recuerdo de «Ryan, un hermano que perdió mi esposa». Aún le queda hueco para alguna impregnación más. «A ver si algún día logro parecerme a Fran», comenta entre risas para referirse a su compañero Guerra. La incógnita es por qué solo en el izquierdo. «El brazo derecho lo mantengo a salvo para mis tiros», responde con una sonrisa pícara.

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