En medio del varapalo deportivo y anímico que ha podido suponer para el Lenovo Tenerife la pérdida durante al menos seis semanas de su principal referente ofensivo, Gio Shermadini, el calendario le pone al menos encima de la mesa un comodín al conjunto lagunero. Un bonus en forma de partido prácticamente imposible, de esos cuya derrota está casi justificada y que menos duele en el cómputo global de la fase regular. Un enfrentamiento que coincide con la visita a un Real Madrid que asusta, pero que le puede venir como anillo al dedo al conjunto isleño para reordenar roles y saber cómo convivir este tiempo sin el pívot georgiano. Un test de nivel idóneo para que el resto de los disponibles den un paso al frente y asuman galones de cara a lo que está por venir.
Sin Shermadini, la mayoría de los focos apuntarán a Fran Guerra, que desde el curso pasado ya ha dado muestras de ofrecer minutos de suma calidad, pero cuya aportación –y control de las faltas para no ver perjudicada la rotación– se hace ahora más necesaria. En su caso, la prueba adquiere si cabe mayor exigencia al tenérselas que ver con Tavares y Poirier, ante los que ya ha dejado patente su calidad en ataque, pero frente a los que ha sufrido en labores defensivas. Pese a la rápida reacción de la entidad canarista fichando a Julian Gamble, lo lógico es que hoy, después de solo dos entrenamientos, el norteamericano apenas –si es que lleva a saltar a la cancha– cuente con protagonismo en los esquemas de Vidorreta. Esa limitación obligará a una mayor participación cerca de canasta de Sulejmanovic y Wiltjer, y a la vez al técnico a trampear su defensa para disimular el déficit de centímetros respecto a los postes madridistas.
También pinta como previsible otra situación habitual en los episodios previos entre el Lenovo y el Real Madrid: una defensa asfixiante ordenada por Pablo Laso sobre los bases canaristas encarnada en Jeff Taylor, que este curso cuenta con el refuerzo en dichas lides de Adam Hanga. De lo cómodos que estén los directores de juego aurinegros en los inicios de sus ataques dependerá mucho la fluidez ofensiva de los isleños, en lo que Vidorreta considera uno de los factores claves para tratar de asaltar el WiZink Center. Y es que sin una importante referencia interior y limitadas las alternativas para explotar el 2x2, la producción exterior del CB Canarias se antoja determinante. Ahí no han estado nada finos los isleños, que solo recuperaron las buenas prestaciones del pasado ejercicio mediado el choque del sábado pasado contra el Bilbao, cuando tras un 2/10 inicial desde el 6,75, se agarraron a un 10/18 como mejor argumento para liquidar a su rival.
Esta tarde, el Lenovo Tenerife tendrá delante a un equipo que ha arrancado el curso en modo apisonadora, tal y como ya comprobaron los aurinegros en la Supercopa. Y es que la hoja de servicios de los de Pablo Laso contempla seis victorias en otros tantos encuentros, remontándole 19 puntos al Barça en cuarto y medio para llevarse el primer título del curso, ganando con cierta solvencia sus tres duelos ligueros, y pasando por arriba el jueves al vigente campeón de la Euroliga, el Efes. Para romper la racha, el Lenovo debe estar hoy casi perfecto.
Una defensa que asfixia en el acto final
ejos de ser un equipo arrollador en ataque, el Real Madrid se ha ido metamorfoseando hasta el punto de convertirse en un conjunto sin apenas fisuras atrás y sin depender en exclusiva de la intimidación de Tavares, que tras un arranque irregular tras el Afrobasket ya ha cogido velocidad de crucero. La llegada de Hanga y Yabusele son solo dos ejemplos de lo que han ganado los blancos músculo e intensidad, una aportación a su nueva idea baloncestística que los de Laso ya traducen en números. Así, en sus seis encuentros oficiales, los merengues promedian apenas 68,5 puntos en contra, haciendo que sus rivales se muevan en porcentajes de acierto más que discretos. De hecho, ninguno de sus adversarios ligueros ha alcanzado, siquiera, el 40 por ciento en lanzamientos de campo. Pero cuando más aprietan los blancos es en los momentos delicados de los choques. Así, y obviando el duelo del jueves en Euroliga (al que se llegó con un 68-48 al final del tercer acto), el Real Madrid promedia apenas 14,2 puntos en contra en el cuarto periodo: Lenovo y Obradoiro le pudieron hacer 17, pero el Andorra se quedó en 14, el Barça vio como se le escapaba la Supercopa tras anotar solo 12, y el Burgos apenas fue capaz de sumar 11. Esta vez más que nunca, al Lenovo le tocará sufrir frente a los blancos hasta la bocina final.
