El de hoy será para el Barça su séptimo encuentro en apenas 13 días. Una barbaridad a estas alturas de temporada y, sobre el papel, una rendija para que el Lenovo pueda meterle mano. Sin embargo, el equilibrado reparto de minutos evita el agotamiento culé.

Los 112 puntos que le hizo el Barça al Lenovo Tenerife el lunes es el dato más llamativo del primer duelo de semifinales entre el conjunto azulgrana y el aurinegro. Pero antes de que los culés estallaran en ataque, el partido lo empezaron a encarrilar los de Jasikevicius gracias a su gran actividad defensiva. La misma que, como en episodios anteriores de este curso, ha cortocircuitado al Canarias. Esta vez, con el mérito de haberlo hecho tras otros 85 encuentros a sus espaldas.

Con un total de 86 compromisos el Barça es el conjunto de la ACB que más partidos lleva esta temporada, toda vez que su presencia en la Final Four de la Euroliga le hace sumar dos más que el Real Madrid, que no estuvo en la cita de Colonia, que tampoco tuvo que llegar al tercer partido de su serie de cuartos, pero que ya acumula en sus piernas el segundo choque de semis frente al Valencia. Guarismos de NBA que solo pueden soportar plantillas largas. Y la del Barça, con 15 profesionales en nómina, lo es.

Pero más allá de poseer ese fondo de armario vital para rotar y dar descanso a piezas claves en semanas con hasta tres encuentros, mucho tiene que ver la gestión de los minutos por parte del entrenador. Y ahí Jasikevicius parece llevar una calculadora en la cabeza. Ninguno de sus jugadores promedia más de 25 minutos en cancha, pero realmente el dato que más llama la atención es que absolutamente todos sus jugadores, los 16 que este curso ha tenido a sus órdenes, promedian más de 10 minutos. Algunos han tenido un papel muy intermitente en las convocatorias, caso de Pustovyi, Westermann e incluso Claver, pero cuando el técnico lituano les cita entre los 12 su presencia en cancha está casi garantizada.

Como ejemplo, lo sucedido en el duelo del lunes, cuando en el minuto 16 Saras ya había sacado a cancha a todo su plantel. Pese a tratarse de un duelo de semifinales, lo abultado del marcador tras el descanso permitió que la rotación fuera todavía más larga, hasta el punto de que Bolmaro, con 21:27, fue el que más tiempo jugó. Del resto, una decena de azulgranas superaron los 11 minutos en cancha y solo Westermann se quedó en algo más de nueve. El mejor ejemplo posible del reparto equilibrado global de un Barça que, pese a la acumulación de encuentros, no entiende de cansancio ni fatigas. Si hoy el Lenovo quiere forzar el tercer choque de la eliminatoria tendrá que hacerlo desde el acierto. Lograr que los de Jasikevicius acaben con la lengua fuera, pese a que el de esta noche sea su séptimo partido en apenas 13 días, parece un imposible.