Cuando Txus Vidorreta y sus ayudantes ponen la cruz sobre algún jugador del rival, rara vez el entramado defensivo de su plantilla deja tirados a los técnicos canaristas. Ayer volvió a demostrarse. Y es que sabían a la perfección en el Lenovo que si tanto Vitor Benite como Thad McFadden reeditaban los números ofensivos de sus últimas comparecencias, la eliminatoria se pondría cuesta arriba. El brasileño estaba en 18,75 puntos en los ocho encuentros más recientes y el de Flint en 22,3 en los tres previos al playoff.

Desde el salto inicial Salin se pegó como una lapa a Benite, que tras un mal arranque no fue capaz de ver aro a lo largo de los tres primeros cuartos. Luego, cuando quiso despertar, solo fue capaz de anotar cinco puntos. Casi al final del primer acto entró en escena McFadden, y ahí Vidorreta tiró de su especialista para estas lides, Charles Jenkins. El nacionalizado serbio respondió durante los seis minutos que estuvo en cancha. Suficiente para que Thad ya empezara a incordiarse. La puntilla llegó tras el descanso. Huertas le buscó las cosquillas al excanarista con varias de sus penetraciones, mientras que atrás, Fitipaldo, cual perro de presa, acabó de desquiciar al norteamericano, eliminado por faltas tras solo nueve minutos en pista, 0/2 en tiros de campo y un -10 de valoración. «Hemos dejado en cinco puntos a dos jugadores clave a nivel ofensivo en su estructura. Lo que venían de anotar era nuestra referencia, y aunque varias veces te penalicen con alguna canasta fácil, cuando hemos tenido que apretar los dientes el equipo ha estado extraordinario», se congratulaba Vidorreta de la manera en la que Benite y McFadden apenas pudieron respirar en el Santiago Martín.