Una oportunidad ganada a pulso. Una ocasión para no desperdiciar. Tras su brillante fase regular en la Liga Endesa, en la que se fue hasta las 27 victorias en 36 jornadas, el Lenovo Tenerife afronta a partir de hoy el momento de la verdad en la Liga Endesa 20/21. Ese tramo del curso en el que podría hacer historia, de forma particular clasificándose por primera vez para las semifinales, y también a nivel global de la ACB, toda vez que el reducido formato de eliminatorias por el título abren una pequeña rendija a la posibilidad de tumbar a los grandes como el Real Madrid y el Barça.
Llegan los de Vidorreta a esta ronda inicial por el título en privilegiada posición de cabeza de serie, también hito dentro del club aurinegro. Una condición, la de tener el factor cancha a favor, sin apenas peso específico por aquello de no habrá público en las gradas. Una ventaja que sí se traduce en que los canaristas han logrado esquivar de entrada no solo a Madrid o Barça, sino también a Valencia y Baskonia, sobre el papel los otros grandes contendientes al título. Delante estará el San Pablo Burgos, contra el que los tinerfeños ya han jugado este curso en cinco ocasiones, saliendo airosos en cuatro de ellas.
Pero mal haría el Lenovo Tenerife si cayera en la más mínima relajación en base a los antecedentes más cercanos frente a la escuadra de Joan Peñarroya. Y es que el Burgos se personará en este cruce, no solo con el reto personal de invertir la preponderancia isleña en sus duelos a lo largo de la 20/21, sino que lo hará sin ningún tipo de presión ni obligación. Sin renunciar ni mucho menos a plantarse también entre los cuatro mejores, los burgaleses ya tiene la temporada más que salvada gracias no solo a la Champions 19/20 lograda en octubre, sino al triplete que adorna sus vitrinas gracias a la consecución de la Intercontinental en febrero y la Champions de este ejercicio, alzada al aire hace menos de un mes. Arma de doble filo a la que debe estar muy atento el cuadro isleño.
Con el agrio recuerdo de no haber respondido hace un año en la Fase Final de Valencia después de ser cuarto en el momento de la interrupción de la liga regular, todavía dolido por la prematura eliminación de la Final Eight de Rusia, y tras haber recibido, en su último partido, un golpe de realidad frente a un Barça más poderoso en el físico, el Lenovo Tenerife parece obligado a recuperar las señas de identidad que tan buen rédito le han dado durante estos meses. En especial ante los conjuntos de la zona baja y los de su misma condición. Y el Burgos, precisamente, es de esos a los que el conjunto isleño puede mirar a la cara sin arrugarse lo más mínimo.
Sin ser el de hoy un duelo a vida o muerte, no dar el primer golpe dejaría contra las cuerdas a los canaristas, que se verían obligados luego a vencer el jueves en Burgos y también el choque de desempate, que se celebraría el sábado en el Santiago Martín. Es por eso que urge que el Lenovo recupere su frescura en ataque. Esa que le permite producir de manera constante en el pick and roll, bien definiendo los pívots –Shermadini y Guerra–, o bien haciéndolo los bases. Pero por encima de todo, el Canarias debe recuperar su amenaza desde el perímetro, aquella que le permitió alcanzar, por momentos, cotas cercanas al 45 por ciento de efectividad. Cifras notablemente mermadas en los últimos encuentros, no solo en la puntería, sino también en la cantidad de intentos desde el arco. Y ahí, los de Vidorreta se colapsan y se hacen previsibles. Es el camino a evitar para soñar con las semifinales.
Jasiel Rivero, baja en el bando burgalés
Uno de los factores que podría definir al menos este primer partido de la eliminatoria es la ausencia en el San Pablo de su principal referente cerca de aro, Jasiel Rivero. El cubano fue padre hace unos días y se ha quedado en Burgos preparándose para el duelo del jueves. Es la tercera vez que al caribeño se le resiste este curso el Santiago Martín. Ya en el compromiso liguero de hace unos meses acabó con solo cuatro puntos (2/7 en tiros), cinco pérdidas, y -6 de valoración. En el Sweet 16 de la Champions viajó, pero fue reservado por su técnico, mientras que ahora ni siquiera estará presente en la cancha de Los Majuelos. Una pesadilla menos para el Canarias, que si bien deberá atar en corto la producción ofensiva de Dejan Kravic –suele hacer buenos números ante los aurinegros–, no tendrá –sobre el papel– que sudar tanta sangre, ante la ausencia de Rivero, para cerrar su propio rebote, uno de los grandes debes canaristas en el presente ejercicio.