Al Lenovo Tenerife se le atraganta este formato de Final Eight y vuelve a caer a las primeras de cambio. Ni en medio de un guion totalmente previsible, ni disponiendo de diez puntos de renta (54-44) e incluso desperdiciando una prórroga a la que su rival llegó mermado de efectivos. El conjunto canarista no supo escapar a la evidencia y cayó doblegado por el Strabourg (86-88). Sabía el equipo de Vidorreta que se iba a topar con un rival tremendamente físico, tanto en el interior como en sus hombres pequeños. Conocía también la escuadra isleña que la mayor virtud de su oponente se encuentra en las segundas opciones. Y ni con esas supo dar con la tecla por mucho que llegara al ecuador del tercer cuarto con una notable ventaja. Los aurinegros empezaron a colapsar en ataque, se desquiciaron ante los numerosos contactos de los galos (sobre todo los exteriores), no evitaron que su rival corriera y, lo más sangrante, fueron incapaces de cerrar la sangría debajo de su propio aro, donde el equipo francés tuvo 18 segundas opciones de las que produjo 17 puntos adicionales. Un camino hacia el abismo que se confirmó en los segundos finales con el triple errado por Yusta para forzar un segundo tiempo extra.

Con Rodríguez pegado a Colson y Doornekamp al cuatro el Lenovo salió muy centrado, metiendo balones a Shermadini (4-0) y cerrando bien su rebote. Solo su nulo acierto en el tiro exterior (0/4) impidió que los aurinegros pusieran tierra de por medio frente a un rival que por momentos pudo disponer de alguna segunda opción y también pudo correr (5-6). Las rotaciones dieron un punto más a los isleños, muy sólidos atrás, pacientes delante y, sobre todo, igualando el nivel de intensidad de su rival: parcial de 11-2 (16-8). Pero como en el arranque, los de Vidorreta no dieron continuidad a su buen momento, con algunas lagunas atrás, un par de pérdidas, espesura delante (con Fitipaldo sufriendo una barbaridad ante Lansdowne) y alargando su divorcio con el 6,75: 0/6.

Ahí se vio acogotado el Lenovo (16-14, 10’), que sin embargo aguantó la acometida gala. Lo hizo apretando los dientes en su lado de la pista, y con paciencia delante. Una tranquilidad que dio sus frutos, por fin, desde el arco con dos triples de Yusta y otros tantos de Doornekamp para arreglar, de un plumazo, su 0/7 hasta ese momento (30-21, 16’). Con ese colchón a los isleños no les importó entrar en un intercambio de golpes (32-28) del que acabaron sacando rédito gracias a la garra de Sulejmanovic y, sobre todo, los muelles y la buena mano de Yusta, autor de 12 puntos en el segundo acto. Sin noticias de Shermadini desde el inicio, Huertas ejerció de líder anotando y repartiendo juego (cinco asistencias) para que el Canarias llegara a la media parte con su máxima diferencia: 44-34. Una ventaja labrada a pulso por acierto propio (11/15 en tiros de dos), y también por su capacidad de secar a Colson, que tras 16 minutos en pista solo sumó dos canastas en siete intentos.

Tampoco le importó al bando aurinegro que Colson y Bohacik (cuatro puntos cada uno) salieran desatados a la vuelta de vestuarios (48-42), ya que los laguneros recurrieron de nuevo a su calidad exterior (Rodríguez y Doornekamp) para mantenerse 10 arriba (54-44). Pero como en episodios anteriores a los tinerfeños les faltó algún minuto más de acierto para encarrilar el duelo. Con situaciones nada claras en el tiro y alguna pérdida marcada por la precipitación, el Canarias le dio aire a un Strasbourg, que a base de redoblar esfuerzos atrás para ahogar los ataques aurinegros y así correr, de insistir en el rebote ofensivo y del acierto exterior de Jefferson fue reduciendo poco a poco su desventaja. Cambio de dinámica que llevó a los de Vidorreta a encajar un 0-11 que devolvió a los franceses la delantera (54-55) pro primera vez desde el 5-6.

El atasco de los canaristas fue tal que solo anotaron dos libres en los últimos 6’20” del tercer acto (56-57). Ya en el cuarto final la sequía se alargó casi minuto y medio más (56-60 tras un 2-16) en un momento crítico para el Lenovo, que aumentó sus carencias para cerrar su rebote, donde los franceses se lanzaron de cabeza, sacando partido incluso tras tiro libre. Con Guerra fuera del partido y Shermadini muy bien tapado, Vidorreta apostó por jugar sin un cinco nato y recurrir a la garra de Sulejmanovic. El bosnio respondió anotando debajo del aro y reboteando para paliar los errores desde el 6,75. Huertas, con una bandeja, apagó las primeras alarmas (65-62, 35’).

Tuvo bola el Canarias para irse de cinco, pero erró, y aunque por fin Huertas pudo encontrar a Shermadini en la continuación (69-66), la extrema defensa sobre el base brasileño incomodó a los aurinegros, que entre un par de malos tiros y un error desde el 6,75 de Doornekamp, respondido en la esquina inversa por Wainright, vieron como se volvía a invertir el signo del marcador (69-71) a minuto y medio del final. Huertas igualó con dos libres, aunque luego no fue capaz de sacar partido (errando un tiro desde cuatro metros) de una gran defensa aurinegra. En el siguiente ataque, Wainraight anotó bajo el aro antes de que Salin respondiera, de nuevo desde el tiro libre (73-73), con 22 segundos por jugarse. Vidorreta apostó por defender la última y el falló de Jefferson llevó el partido a la prórroga.

En el tiempo extra la dinámica no varió. El Strasbourg intensificó su defensa sobre Huertas, también apretó en línea de pase y provocó que Shermadini solo produjera desde el tiro libre (75-78). Con Sule posteando el Canarias volvió a ponerse en franquicia (79-78), pero dos triples de Jefferson y Wainright (79-84) fueron una daga casi mortal (por el camino Salin erró desde el 6,75) a poco más de un minuto del final (79-84). Huertas redujo con una penetración y tras una buena defensa, Shermadini apretó desde el libre (83-84). A 20 segundos Maille no falló desde el 4,60 (83-86). Vidorreta pintó un triple que Yusta no acertó, y aunque con siete segundos por jugarse Cavaliere no acertó para sentenciar, el enésimo rebote ofensivo galo (19) dio la puntilla al conjunto tinerfeño, que además acabó con Shermadini y Doornekamp lesionados.