Ante un rival que espesó el encuentro durante no pocos minutos, sin apenas referencia exterior (Salin fue baja de última hora) y con sus interiores natos cargados muy pronto de personales. Nada detiene a este Lenovo Tenerife. Y es que el conjunto aurinegro ofreció anoche otro ejercicio de superación ante las adversidades, tirando de paciencia para acabar venciendo con solvencia al Bilbao Basket. Suma así, la escuadra de Txus Vidorreta, su vigesimosexto triunfo del curso con todavía cinco jornadas por delante. Los éxitos necesarios para que el cuadro lagunero se asegure ya ser cabeza de serie en la primera ronda de playoff. Un hito histórico para la entidad isleña; un logro más que previsible para lo que vienen haciendo este curso los canaristas, que anoche tuvieron a sus dos bases, Huertas y Fitipaldo, a sus hombres más determinantes. Entre ambos sumaron 42 puntos y 11 asistencias en una actuación desequilibrante y que enmascaró ciertas deficiencias en otros aspectos del juego. Así es este Canarias, un equipo al que sí le suele dar la manta para cubrirse bien cuando más refresca.

Pese al plácido triunfo final, no resultó sencillo el arranque para el Lenovo Tenerife. Se topó el cuadro insular, como era previsible, con un insistente Balvin, que primero ante Shermadini y luego frente a Guerra, posteó una y otra vez (7-6). Aún así, supo aguantar el tirón el cuadro canarista gracias a una notable actividad defensiva y a sendas buenas resoluciones de Fitipaldo y Huertas en el 2x2 lateral (11-6).

La entrada de Dos Anjos en el cuadro visitante dio continuidad a la presencia interior del Bilbao (12-11), que empezó a colapsar los ataques de los aurinegros, cambiando de defensas, negando la recepción en la zona y flotando a Huertas y Jenkins, que no estuvieron atinados desde el perímetro (solo 1 de 4 en diez minutos acusando la ausencia de Salin). Sin poder apenas producir en posicional, el conjunto isleño se agarró al partido gracias a su efectividad en los libres (9/10 en el acto inicial), aportación que sirvió para paliar algunas defensas que dejaron mucho que desear, con Miniotas anotando solo bajo el aro o Zyskowski superando hacia dentro con demasiada facilidad a Sulejmanovic (18-23 tras un parcial de 0-6).

Sin terminar de cogerle el tranquillo al partido, el Lenovo tiró, para salir del atolladero, de sus directores de juego, que bien resolvieron de manera individual o, en el caso de Huertas, asistieron (tres) para dar bajo el aro con Shermadini. Así, controlando casi siempre su rebote (con Cavanaugh estelar) y aprovechándose del flojo día en el tiro exterior de su rival (1/8), el cuadro lagunero fabricó un parcial de 12-2 que le permitió coger aire (30-25).

Bonanza, sin embargo, solo momentánea en medio de un partido que el Bilbao logró embarrar, generando malos tiros de los locales (que ni lo intentaron desde el arco y solo pudieron dar cinco asistencias hasta el descanso), a la vez que recurrieron a la contundencia interior de Balvin, que también se aprovechó de algunos desajustes de los aurinegros (30-30, 17’, tras triple de Hakanson).

Sin cinco puros en ninguno de los dos equipos por mor de las personales, en el tramo final del segundo acto volvió a ser desequilibrante la clarividencia de Huertas, que con un triple y una penetración volvió a situar a los suyos con la máxima renta hasta ese momento (37-32). Esas dos apariciones seguidas del paulista (para un total de 15 puntos y tres asistencias) y alguna que otra buena defensa, como el tapón final de Doornekamp sobre Zyskowski, valieron su peso en oro en medio de un duelo con un tanteador muy por debajo de lo deseado por los aurinegros para moverse en sus sensaciones habituales.

La fluidez ofensiva que pareció recuperar el Lenovo en el inicio del tercer acto (44-36 tras triple de Doornekamp) se vio ensombrecida con la tercera personal de Shermadini y Guerra en apenas dos minutos y medio. Pese a desperdiciar un par de acciones para despegarse, el Canarias tiró de aplicación colectiva atrás, y delante encontró a Guerra dentro y también tiró de un par de puertas atrás para al menos estabilizar su ventaja (52-43 tras canasta de Rodríguez).

De nuevo con un quinteto pequeño, fue la actividad de Sulejmanovic la que sostuvo al Lenovo. Y es que el bosnio, de cinco, no se achantó ante Dos Anjos y contuvo luego a Miniotas, se entregó atrás con ayudas (robo y mate) y además se hizo grande en el rebote de los dos aros para ser protagonista principal de un 13-2 (para el 65-47). Ni Mumbrú, con un tiempo muerto, pudo frenar a un conjunto canarista mucho más reconocible (28 puntos en el tercer acto) pese a no contar con un cinco dominante y seguir casi desaparecido desde el perímetro.

Con el duelo casi resuelto, al menos en la teoría, el Lenovo bajó el pistón. Más espeso en ataque (con Shermadini incómodo, vivió de cinco puntos de Huertas), los aurinegros se vieron superados por un Bilbao más vertical, con presencia interior (mate de Balvin) y alguna aportación exterior. Pero insuficiente para poner en peligro el colchón canarista, que con acciones esporádicas de Shermadini y la aportación de sus bases mantuvo diferencias (76-60, 36’). De sobra para permitir a los aurinegros un final sin forzar la máquina, con triple contra tabla incluido de Guerra, para certificar así su condición de cabeza de serie. Ahora, con cinco partidos todavía por delante, le toca hacerlo a los de Vidorreta con la tercera plaza.