Una victoria más, esta vez con premio añadido. El Lenovo Tenerife ha sumado su vigesimoquinto triunfo del curso tras superar con suficiencia al Bilbao Basket (86-67) tras una primera parte muy espesa (32-32, 19' y 37-32 al descanso), pero con una segunda en la que fue mucho más reconocible. Sin Salin (baja de última hora), con una discreta aportación exterior y con los postes cargados de faltas, el cuadro lagunero tiró de mucha paciencia para acabar sacando de la cancha a su rival, que recibió un parcial de 49-35 tras el descanso. Con la aportación de los dos bases, con 24 puntos de Huertas y 18 de Fitipaldo (más 11 asistencias entre ambos), la garra en los dos aros de Sulejmanovic (ocho puntos y seis rebotes para 15 de valoración) y la aportación puntal tanto de Guerra como de Shermadini pese a las personales, le dio de sobra a los canaristas para no pasar apuros en otro resultado positivo más, este con el añadido de que garantiza a los isleños ser cabezas de serie en la ronda de cuartos.

No resultó sencillo el arranque para el Lenovo Tenerife, que se topó, como era previsible, con un insistente Balvin, que primero ante Shermadini y luego frente a Guerra, posteó una y otra vez (7-6). Aún así, supo aguantar el tirón el cuadro canarista gracias a una notable actividad defensiva y a sendas buenas resoluciones de Fitipaldo y Huertas en el 2x2 lateral (11-6).

La entrada de Dos Anjos en el cuadro visitante dio continuidad a la presencia interior del Bilbao (12-11), que empezó a colapsar los ataques de los aurinegros, cambiando de defensas, negando la recepción en la zona y flotando a Huertas y Jenkins, que no estuvieron atinados desde el perímetro (solo 1 de 4 en diez minutos acusando la ausencia de Salin). Sin poder apenas producir en posicional, el conjunto isleño se agarró al partido gracias a su efectividad en los libres (9/10 en el acto inicial), aportación que sirvió para paliar algunas defensas que dejaron mucho que desear, con Miniotas anotando solo bajo el aro o Zyskowski superando hacia dentro con demasiada facilidad a Sulejmanovic (18-23 tras un parcial de 0-6).

Sin terminar de cogerle el tranquillo al partido, el Lenovo tiró, para salir del atolladero, de sus directores de juego, que bien resolvieron de manera individual o, en el caso de Huertas, asistieron (tres) para dar bajo el aro con Shermadini. Así, controlando casi siempre su rebote (con Cavanaugh estelar) y aprovechándose del flojo día en el tiro exterior de su rival (1/8), el cuadro lagunero fabricó un parcial de 12-2 que le permitió coger aire (30-25).

Bonanza, sin embargo, solo momentánea en medio de un partido que el Bilbao logró embarrar, generando malos tiros de los locales (que ni lo intentaron desde el arco y solo pudieron dar cinco asistencias hasta el descanso), a la vez que recurrieron a la contundencia interior de Balvin, que también se aprovechó de algunos desajustes de los aurinegros (30-30, 17', tras triple de Hakanson).

Sin cinco puros en ninguno de los dos equipos por mor de las personales, en el tramo final del segundo acto volvió a ser desequilibrante la clarividencia de Huertas, que con un triple y una penetración volvió a situar a los suyos con la máxima renta hasta ese momento (37-32). Esas dos apariciones seguidas del paulista (para un total de 15 puntos y tres asistencias) y alguna que otra buena defensa, como el tapón final de Doornekamp sobre Zyskowski, valieron su peso en oro en medio de un duelo con un tanteador muy por debajo de lo deseado por los aurinegros para moverse en sus sensaciones habituales.

La fluidez ofensiva que pareció recuperar el Lenovo en el inicio del tercer acto (44-36 tras triple de Doornekamp) se vio ensombrecida con la tercera personal de Shermadini y Guerra en apenas dos minutos y medio. Pese a desperdiciar un par de acciones para despegarse, el Canarias tiró de aplicación colectiva atrás, y delante encontró a Guerra dentro y también tiró de un par de puertas atrás para al menos estabilizar su ventaja (52-43 tras canasta de Rodríguez).

De nuevo con un quinteto pequeño, fue la actividad de Sulejmanovic la que sostuvo al Lenovo. Y es que el bosnio, de cinco, no se achantó ante Dos Anjos y contuvo luego a Miniotas, se entregó atrás con ayudas (robo y mate) y además se hizo grande en el rebote de los dos aros para ser protagonista principal de un 13-2 (para el 65-47). Ni Mumbrú, con un tiempo muerto, pudo frenar a un conjunto canarista mucho más reconocible (28 puntos en el tercer acto) pese a no contar con un cinco dominante y seguir casi desaparecido desde el perímetro.

Con el duelo casi resuelto, al menos en la teoría, el Lenovo bajó el pistón. Más espeso en ataque (con Shermadini incómodo, vivió de cinco puntos de Huertas), los aurinegros se vieron superados por un Bilbao más vertical, con presencia interior (mate de Balvin) y alguna aportación exterior. Pero insuficiente para poner en peligro el colchón canarista, que con acciones esporádicas de Shermadini y la aportación de sus bases mantuvo diferencias (76-60, 36'). De sobra para permitir a los aurinegros un final sin forzar la máquina, con triple contra tabla incluido de Guerra, para certificar así su condición de cabeza de serie. Ahora, con cinco partidos todavía por delante, le toca hacerlo a los de Vidorreta con la tercera plaza.