Lastrado por un mal arranque, zambullido constantemente en el fango de un juego trabado y feo, presa de un carrusel de errores en ambos lados de la pista, incapaz de quitarse de encima a un adversario cuya defensa deambuló siempre al límite de lo permitido, y desperdiciando cada una de las ocasiones que se le presentaron para romper el encuentro mucho antes del epílogo. Ayer el Lenovo Tenerife sudó de lo lindo para doblegar al UCAM Murcia. Un triunfo, quizá no tan agónico en su desenlace como el de la primera vuelta, pero sí sufrido a más no poder durante los 40 minutos. Un tormento al que puso arreglo Marcelinho Huertas.

Lo hizo el base en su primera aparición con nueve puntos para enderezar un inicio titubeante de los suyos. Y lo repitió cuando más grotesco (4-2 de parcial en seis minutos) se había puesto el partido en el arranque del cuarto periodo. Ahí, con la victoria por decidir, el paulista se sacó de la manga 10 puntos, provocó una pérdida al Murcia y además supo evitar el descarrilamiento de sus compañeros. Ayer, en un encuentro difícil de ver, Marce tuvo la clarividencia necesaria para dibujar un baloncesto bonito y a la vez efectivo. Ese que le permite, a sus casi 38 años, marcar diferencias dentro de la pista, y en este caso concreto, colocar a su equipo con 19 victorias en 24 encuentros disputados. Su aportación y la superlativa puntería en los tiros libres (26/28) resultaron determinantes.

Se le atragantó el inicio de partido al Lenovo Tenerife, que se topó con un rival muy intenso atrás. Desde la presión al base en tres cuartos de cancha, y luego muy sólido en el uno contra uno y con muchas manos cuando los locales trataron de invertir balones. Más de dos minutos tardaron en estrenarse los laguneros. Para ese entonces su rival ya había hecho daño en una defensa aurinegra muy blanda e incluso carente de balance tras canasta (2-9).

La prematura y obligada entrada en pista de Huertas fue un punto de inflexión. El brasileño puso a Bellas en dos faltas y maniobró más cómodo ante la marca de Pacheco, generalmente para resolver de manera personal (nueve puntos) –desde la parte alta de la bombilla– un pick and roll que el Murcia, una y otra vez, se negó a conceder en la continuación. Con Shermadini aislado, el Canarias dio con algunas opciones desde el exterior (triples de Salin y Rodríguez), pero ahí su adversario ya estaba en velocidad de crucero, aprovechando tanto las pérdidas locales (cuatro en seis minutos) como la enorme facilidad de Davis para penetrar por la calle central (14-22).

Tuvo que ser la irrupción de Doornekamp y Sulejmanovic la que le diera un punto más de intensidad a los isleños, que con el canadiense y el bosnio ganaron atrás y también en producción ofensiva (23-26). Con dos buenas acciones interiores de Shermadini el Lenovo amagó con terminar de cambiar la dinámica del choque (28-26), pero su reacción fue solo un espejismo. Los laguneros perdieron puntería exterior (0/5 tras un 3/4) y encajaron un 0-8 (28-34); y aunque Huertas siguió a lo suyo y Shermadini cargó de faltas a sus pares (33-34), la floja marca de Cavanaugh sobre Radovic (35-40) y varios malos ataques seguidos impidieron la remontada de los de Vidorreta.

Y es que desde la canasta para el 35-38 de Fitipaldo, el Lenovo Tenerife solo vivió exclusivamente de los tiros libres: tres de Huertas y dos de Cavanaugh. Casi cinco minutos sin anotar una sola canasta en juego. Sequía debida en buena medida a un elevado número de pérdidas, diez, la mitad de ellas protagonizadas por Huertas, cada vez más incómodo con los cambios y ayudas de los visitantes. Sin noticias del tiro exterior (13’34” sin anotar un triple), solo la implicación en el rebote defensivo (tres capturas y dos puntos de segunda oportunidad del Murcia en los dos primeros cuartos), evitó que los daños fueran mayores al descanso (40-42).

Mantuvo su acierto desde el 4,60 el Lenovo en el arranque del tercer acto (4/4), aunque Doornekamp, con un triple y un mate a la contra, permitió a los laguneros disponer de su máxima renta hasta ese momento (49-45) y ponerse en disposición de voltear, por fin, el encuentro. Pero tampoco, ya que el choque se metió en un reparto, a cuotas iguales, de canastas y errores (52-48 y 59-55), si bien el UCAM tomó algo de aire gracias a su producción desde el tiro libre (59-59) ante la mayor irregularidad local. Precisamente dos puntos más desde el 4,60 de Fitipaldo (para un 17/18 global) permitieron a los aurinegros afrontar en franquicia los diez últimos minutos del duelo (63-61).

Atenazados ambos conjuntos por un marcador tan apretado, el cuarto periodo se convirtió en un absoluto despropósito pese a que Huertas, finalizando en sendas ocasiones un 2x2, dio un mínimo impulso al Lenovo. El Murcia empezó a disponer de segundas opciones que no supo concretar, errores a los que respondió el conjunto lagunero desperdiciando situaciones liberadas desde el perímetro o bien recurriendo a lanzamientos precipitados. Así, el reloj corrió más de seis minutos con un raquítico 4-2. Favorable para los intereses canaristas (67-63) pero con la firme amenaza de un golpe rival sin capacidad de reacción.

En el alambre, un rebote ofensivo luchado por Cavanaugh derivó en falta sobre el norteamericano, que a la salida de fondo clavó un triple que, ante un marcador raquítico, resultó casi definitivo (70-63 a 3’47”). Huertas, con cuatro puntos y un robo (provocando ocho segundos de Pacheco) le dio la puntilla a la victoria canarista (75-66 a 2’13”), y aunque si bien el Murcia buscó devolver la remontada heroica de la primera vuelta (75-70), de nuevo la fiabilidad desde el tiro libre (9/10 en el cuarto y 26/28 en el total) le bastó al Lenovo para sacar adelante un partido casi tan sufrido y feo, como gratificante en su resultado final.