Son los propios jugadores los primeros interesados en investigar qué técnicas –básicamente alimentarias– usar para tratar de alargar su vida deportiva. La mayoría, eso sí, acaba poniéndose en manos de un especialista en la materia para garantizar los resultados. Y uno de los más prestigiosos a nivel nacional es Aitz Landaida Larizgoitia. Durante más de una década trabajó en el Bilbao Basket, y ahora lo hace de manera independiente tratando a varios deportistas de élite –futbolistas y baloncestistas, principalmente–, sacando tajada de sus grandes conocimientos en osteopatía y en psiconeuroinmunología (PNI). Algunos de sus pacientes son Marce Huertas, el realejero Sergio Rodríguez, al que le ha “cambiado algunos hábitos”, y ahora con más intensidad, Dejan Todorovic, con el que trabaja casi a diario en la recuperación de su lesión de rodilla.

En la misma línea de los propios deportistas, Aitz considera que “la alimentación” es un pilar básico, pero siempre dentro de un camino marcado “por la experimentación y ver en primera persona lo que funciona”. Y ahí, el especialista vasco es partidario de “reducir número de ingestas diarias”. “Cuando ingerimos cualquier alimento nuestro sistema inmune se pone en marcha, por lo que si comemos cinco o seis veces al día impedimos el descanso y la relajación del aparato digestivo”, explica el vizcaíno. Así, es partidario Landaida de esa “separación de horas en las comidas” para favorecer “un movimiento básico, el migratorio motor a nivel intestinal”, ese que “permite una especie de autolimpieza hacia el exterior”. “Si ese movimiento no se realiza nunca es cuando aparecen las alarmas en forma de dolorcitos y lesiones”, añade.

Pero advierte Aitz, huyendo de extremos, que tampoco le termina de convencer el ahora habitual ayuno intermitente. “Ese ayuno no es ni una moda, ni una dieta, ni algo que le haya dado a la gente por hacer ahora; existe desde que el ser humano está en la tierra, cuando solo se comía cuando realmente llegaba el hambre”, explica al respecto el especialista vasco antes de apuntar una teoría. “Si ceno un poco pronto realmente ya estoy ayunando toda la noche. El comer debe ser una recompensa real, un acto que me haga sentir feliz al realizarlo. Si tienes que sufrir para llegar a la siguiente comida, ese ayuno no tiene mucho sentido”, argumenta.

Paralelamente al número de ingestas, Landaida hace hincapié en otro factor clave, la calidad de los alimentos. “Debemos olvidarnos de los productos procesados y volver a nuestros inicios comiendo carnes, pescados, mariscos, verduras, frutas, huevos, tubérculos como la papa, la batata, la yuca... En definitiva, todo lo que se consumía antes de la revolución industrial. El cuerpo no reconoce igual un plátano que un bollo de mantequilla de una pastelería, aunque tengan las mismas calorías. Uno es buena información y el otra es mala. Y ahí, aunque parezca que el deportista está en plena forma, es donde también llegan las molestias y las lesiones musculares”, comenta igualmente.

Quizá pueda chocar la tendencia de Aitz con la de esos jugadores que han dejado de lado la carne en su dieta. “El problema no es la carne en sí”, deja claro el osteópata, que incluso recomienda su consumo, “sin abusar, pero sin miedo”. “Pero de la buena”, matiza. ¿Y qué se define como carne buena? “La de pasto, la ecológica, la de un animal que se ha movido en libertad. Esa carne tiene unas cualidades espectaculares, y eso se ve en el color y en su grasa, que aparece infiltrada dentro del músculo, no en el borde; es una grasa supernecesaria”, explica Landaida, para el que “las proteínas de esa carne no se van a encontrar en otro sitio”. Características tan diferenciadoras como complicadas de adquirir con facilidad en el mercado. Es por ello que el especialista entiende “a los jugadores que eliminan la carne de su dieta”, pero deja claro que “antes de prohibirla hay que priorizar la calidad”.

Pero más allá de lo que tiene que ver con la alimentación, Aitz Landaida también pone énfasis “en el descanso” como factor que favorece la prolongación de una carrera deportiva. Se refiere el especialista vizcaíno no solo a las horas de sueño, sino al “entorno en el que se mueve el jugador”. “No es lo mismo estar a la Play Station hasta las 12 de la noche que hasta las tres de las madrugada. Algo está fallando si al día siguiente tienes que ir a entrenar. Por para mí es importante apagar pronto las pantallas, los teléfonos, dejar la televisión... Eso también es descansar. Y con una buena alimentación y un buen descanso, el cuerpo responde bien”, concluye a modo de resumen.