Con casi 27:25” por partido Aaron Doornekamp es pieza clave en los esquemas de Txus Vidorreta. Como lo fue hace cinco años en su primera etapa como aurinegro. Ahora, más si cabe, el canadiense pone toda su experiencia al servicio del Lenovo Tenerife.

¿Qué balance hace de lo que llevamos de temporada? Del equipo, y suyo en particular.

Ahora mismo, obviamente, estamos contentos con el lugar en el que nos encontramos como equipo. Perdimos un par de oportunidades en San Sebastián y contra el Baskonia, y como queremos ganar todos los partidos que jugamos, resulta frustrante perder. Pero creo que tenemos que estar contentos con nuestro papel hasta la fecha. ¿Sobre mí? No lo sé. Sí creo que puedo jugar mucho mejor, pero al mismo tiempo estamos ganando, y eso es lo que importa.

Esa posible mejora personal de la que habla podía implicar que participara más en el lanzamiento, aunque conociéndolo da la sensación de que eso es algo que no le importa demasiado...

Solo quiero ganar, eso debe ser lo importante. Ahora soy más veterano y he entendido que si no tengo que lanzar tantas veces puedo influir en un partido de otras formas, sin la necesidad de anotar, porque lo más importante es ganar. Cuando acabe la temporada miraré hacia atrás y no me importará si he anotado un montón, solo las victorias de nuestro equipo y haber hecho algo especial como grupo.

¿Dolió no haber podido ganarle al Real Madrid en la semifinal de Copa tras ir 18 arriba?

Sí, porque pensamos que tuvimos la oportunidad de hacerlo, pero la perdimos. No creo que ellos jugaran particularmente bien ese día, y pienso que debimos haber ganado ese encuentro. Fue frustrante porque teníamos el partido en la mano... Las dos últimas veces que nos hemos enfrentado a ellos, aquí en la Liga y en la Copa, creo que en ambas tuvimos el control del juego, pero acabamos perdiendo. El Real Madrid es un gran equipo, obvio, con muy buenos jugadores, y así lo han estado demostrando durante todo el año en la ACB, y aunque en la Supercopa fueron muy superiores, estas dos veces controlamos el partido y tuvimos la posibilidad de ganar. Pero cometimos errores que les dieron la ocasión de ganar, y a los grandes equipos como ellos no puedes darles esas oportunidades. Por eso fue frustrante.

Todavía tienen al menos una ocasión más para tomarse la revancha...

Sí, confío en nuestro equipo. No creo que no estemos mal contra ellos, pero son un gran equipo y el problema es que no hemos cerrado el juego. Seguramente ellos no han jugado lo mejor posible en estos dos partidos, pero pienso que tendremos nuestras oportunidades.

¿Y hay posibilidad de soñar con un título del Lenovo Tenerife este año?

Sí, eso es lo que queremos, ese es el objetivo. Pero hay muchas variables que influirán en ello. Necesitamos mantenernos sanos, sin lesiones importantes, por ejemplo en los compañeros que vuelven de las selecciones; y luego el otro elemento es el Covid, algo con lo debemos mostrarnos seguros y diligentes. Creo que si nos mantenemos sanos y seguimos mejorando y creciendo como equipo a medida que avanzamos la temporada, tendremos oportunidades.

Ese título en la BCL parece más accesible, pero en la Liga Endesa, ¿son las semifinales el techo del equipo?

No. Repito que siempre y cuando estemos sanos todo es posible. Es difícil decir exactamente dónde está nuestro tope viendo cómo lo hemos hecho en la primera mitad del campeonato. Y además, no hay un equipo que me guste y diga ¡oh, Dios mío, no podemos vencerlos! Confío en nuestro grupo y creo que podemos jugar contra cualquier equipo. Si logramos mejorar en algunos aspectos y somos capaces de cerrar los partidos contra los grandes equipos, tenemos oportunidades de hacer algo especial.

Este es su quinto año en España, y en tres de ellos, todos en etapas diferentes, ha estado a las órdenes de Txus Vidorreta. ¿Por qué?

Es obvio que me gusta Txus y fue fácil decidirme cuando habló conmigo antes de la temporada para volver. Creo que es un muy buen entrenador y me comprende. No necesito hablar con él para que sepamos lo que queremos. Lo respeto como técnico y es un entrenador muy ambicioso, y para mí eso es importante.

¿Tan ambicioso como usted?

No somos la misma persona, pero sí tenemos la misma visión de hacer algo especial cada vez que se nos presenta la oportunidad, así que creo que ahí es donde conectamos. Lo respeto y me gusta como juegan sus equipos, y también me gusta como armó Aniano este equipo, por lo que venir aquí parecía una muy buena oportunidad. Pero repito, no una oportunidad para mí individualmente, es la oportunidad de hacer algo especial como grupo.

Sin Vidorreta en el banquillo, ¿lo hubiéramos visto de vuelta en la Isla?

Es algo complicado de decir porque ahora es algo hipotético. Tengo una buena relación con Aniano y todo el mundo en el club es muy bueno conmigo. Me tratan increíblemente bien; a mí y a mi familia. No sé cuál hubiera sido la situación, pero obviamente que Txus fuera el entrenador me ayudó a tomar una decisión más rápida. Agradezco la oportunidad que me brindaron.

¿Es realmente Aaron Doornekamp tan serio fuera de la pista como parece dentro de ella?

¡No, no, no, no! Obviamente juego duro y parezco serio porque quiero ganar, incluso en los entrenamientos, pero fuera de ahí no. Soy una persona diferente a la que le gusta reír y divertirse. Y creo que eso es lo que hace que nuestro equipo sea especial, ya que por ejemplo después de los partidos nos juntamos siete u ocho chicos para jugar a las cartas y pasar mientras nos gastamos bromas. Incluso este pasado fin de semana, que lo tuvimos libre, creo que 11 de los jugadores nos reunimos como grupo en un espacio abierto y disfrutamos todos juntos. Me gusta bromear con los chicos y que ellos bromeen conmigo.

¿Pero no cree que en ocasiones protesta demasiado a los colegiados?

Sé que buena parte del tiempo me siento frustrado conmigo mismo y hay momentos en los que estoy protestando a los árbitros. Pero es que en situaciones así, cuando pasa algo, es complicado abstraerme. Te sientes tan metido en el juego y deseas tanto ganar que a veces tus emociones te dominan; luego, un par de partidos después, te pita el mismo árbitro y le reconoces: oye, perdí la cabeza... Ellos saben que nadie es perfecto y entienden que los chicos se frustran. Es parte de su trabajo dirigirnos mientras jugamos a una gran velocidad; saben que somos apasionados y queremos ganar y, a veces reaccionamos de maneras que probablemente no les gusten.

¿Es su carácter pasional una de sus principales características? Es un usted un jugador muy expresivo...

Sí. Creo que puedes decir cómo me siento durante un partido solo por mi expresión facial. Es parte de quién soy y de cómo juego y es difícil para mí controlarlo.

Con 35 años ya cumplidos, ¿cuántos partidos se ha perdido desde que llegó a España hace cinco temporadas?

Pues este año fue la primera vez. Entre ACB y Champions League me perdí cinco o seis, no recuerdo. Fueron 16 días, y es realmente frustrante.

¿Y cuál es el secreto?

La mayoría de nosotros llegamos temprano cada día y hacemos rutinas individuales que nos ha marcado nuestro preparador físico Xisco, algo con mucha importancia para prevenir lesiones. El club ha crecido mucho y eso se nota también en el cuidado que recibimos en los viajes. Además, trato de comer sano, pero creo que lo más importante son los hábitos de hacer ejercicios antes de los entrenamientos. Cuando me lesioné fue por un golpe que recibí por encima de la rodilla y se me hinchó todo. Fue un accidente extraño que no sé exactamente cómo sucedió, solo que fue algo que no pude evitar. Sin embargo, hay muchas lesiones que sí, y creo que en buena parte es porque aquí están haciendo un muy buen trabajo de prevención para que todos los chicos estemos fuertes.

Usted llegó a España con 30 años. ¿No tiene la sensación de que fue demasiado tarde?

Si y no. Me gusta mucho como se juega en la ACB. Es un baloncesto inteligente, de habilidad, de jugar rápido y pasar, y en el que el balón es importante. Pero creo que los años que pasé en Italia y sobre todo en Frankfurt –Alemania– fueron necesarios para que creciera como persona y como jugador, tanto individualmente como parte de un equipo. Me hubiera gustado venir antes, pero esa experiencia me vino muy bien.

Es uno de los mejores jugadores de la Liga Endesa en el apartado más/menos de la estadística. ¿Se considera una especie de pegamento para el equipo?

Puede, pero a mí lo que me gusta es ganar. Si te fijas en los jugadores que han dominado el más/menos, como Tavares o Doncic hace unos años, por lo general están en los mejores equipos y normalmente tienen un gran impacto en el juego. Pero nuestro objetivo es ganar los partidos y si tu equipo anota más que el otro cuando tú estás en la cancha, obviamente es una situación positiva. Pero no es algo esté en mi cabeza. No pienso ¡Oh, estamos ganando por dos cuando estoy en la cancha! Solo intentas jugar de la manera correcta para nuestro equipo porque sabes que a la larga es lo bueno.

Pero este suele ser un valor muy importante para los entrenadores...

Es posible, sí. Pero la estadística también puede mentirte. A veces mi más/menos puede ser muy alto o muy bajo y no tiene por qué ser indicativo de mi juego. Puede decir, Aaron tuvo -13 en el último partido y estuvo absolutamente horrible; o acabó con +18, debía haber jugado. Simplemente puede suceder que en ese momento las cosas estaban yendo bien o mal, no tiene por qué medir tu nivel de juego. Si es cierto que si la muestra de esos números es más grande, entonces sí puede ser una buena medida de tu juego.

Pero pocos jugadores pueden presumir que estén en cancha 30 minutos o más realizando apenas tres o cuatro tiros por partido...

Hay partidos en los que me doy cuenta de que no voy a tirar demasiado, pero a la vez me siento tranquilo porque sé que Marce, Bruno Gio y Fran están jugando mucho el dos contra dos en la zona, y eso es muy productivo para nosotros. Pero como dije antes, a veces, sin lanzar puedes aportar más cosas al juego de tu equipo que haciendo grandes anotaciones. Lo importante es ayudar a ganar, que es todo lo que queremos.

En sus años en España le hemos visto jugar tanto de tres como de cuatro. ¿Qué posición le gusta más?

Es algo que no me importa. Si juego de cuatro trato de actuar más como un base, con un baloncesto más rápido, lanzando y abriendo la cancha. Y si juego al tres puedo hacer lo mismo y también llevar a mi rival al poste. Para mí no hay una gran diferencia entre las dos posiciones. Y luego en defensa, como cuatro debes rebotear y ser más físico ya que los rivales van a intentar postearte. Pero dependerá de a quién cubras y qué le guste hacer. Así que para mí, donde sea necesario que juegue, allí lo haré.

En la última década ha jugado Eurochallenge, FIBA Europe Cup, Champions, Euroliga y Eurocup. ¿Hay gran diferencia por ejemplo entre la Eurocup y la Champions?

Esa diferencia existe entre los mejores equipos de la Eurocup y los mejores de la Champions, ya que los primeros están intentando alcanzar la Euroliga. No es que nosotros, como club, no podamos ser tan buenos como algunos de esos equipos, pero sus presupuestos son probablemente mucho más grandes y creo que tienen objetivos más grandes. Donde sí hay gran diferencia es entre los equipos de la parte baja de la Champions y de la Eurocup. Pero por ejemplo, miras a AEK y podría jugar siempre la Eurocup, y luego ves otros equipos de Champions que han estado en Eurocup e incluso Euroliga; aunque el Galatasaray ya está fuera este año. En lo económico, la BCL es rentable para todos los equipos, mientras que la Eurocup solo es beneficiosa si puedes llegar a la Euroliga. Es complicado analizarlo.

El miedo a ofender diciendo algo inapropiado

Después de casi cinco años jugando en España, todas las comparecencias públicas de Doornekamp se siguen produciendo en su lengua nativa, el inglés. Como tantos otros extranjeros, a Aaron le cuesta lanzarse con el español. “Puedo entenderlo”, admite si bien en su caso el aprendizaje es casi obligado. “Me está ayudando mucho que mi hijo de cinco años esté aprendiendo a leer en español, ya que cada noche lo hago con él”, admite el alero canarista, que tampoco tiene tapujos de “hablar un poco con mis compañeros del equipo”. “Aunque se ríen cuando digo algo mal, no me importa”, comenta del canadiense. Pero todo cambia de cara al exterior. “Me falta confianza para hablar, ya que si bien puedo entender mi gran problema es el cambio de los verbos, como pasar del futuro al pasado; es difícil. No quiero decir algo de forma incorrecta y sacarlo de contexto. Me siento más cómodo hablando en inglés porque sé que no estoy ofendiendo ni diciendo algo inapropiado”, argumenta el exterior aurinegro. Dentro de la cancha, eso sí, su idioma es universal.