A veces la categoría y el estado de gracia de un equipo no se calibran por la cantidad de puntos que es capaz de anotar, por los rebotes que captura o por secar las vías ofensivas de su rival. En ocasiones, esa solvencia queda marcada por su capacidad para adaptarse a cada situación inesperada, y tirar de planes alternativos para salir del atolladero. Y eso fue lo que ayer hizo el Iberostar Tenerife. No se precipitó cuando su rival colapsó su ataque de entrada (7-15), redobló esfuerzo para que el daño en las transiciones defensivas fuera nulo, y fue como un jabato a defender su propio rebote para evitar la sangría ante uno de los mejores conjuntos de la competición en esta faceta.

Contra el BAXI Manresa el Iberostar corrió –hacia atrás y también hacia delante– y reboteó casi como nunca, pero sobre todo supo sobrevivir sin uno de sus mayores sustentos, el tiro de tres puntos. Apenas tres triples anotaron los aurinegros (el primero llegó cerca del descanso), no en una mala hoja de servicio (ya que solo lanzó nueve veces desde el arco), sino más bien en una metamorfosis que les llevó a hacer daño de otra manera. Y ahí aparecieron Huertas y Shermadini a modo de Robin y Batman. El brasileño supo leer el encuentro para dar con alternativas de anotación en el aro rival (39-30 al descanso), mientras que el georgiano terminó de desequilibrar la balanza en una segunda mitad de ensueño en la que convirtió prácticamente todo aquel balón (25 puntos) que le llegó a sus manos. Fue, en definitiva, un triunfo de paciencia y mucha inteligencia, pero igualmente de una enorme calidad, esa de la que viene disfrutando el conjunto lagunero a lo largo de este curso.

Firmó el Iberostar uno de sus inicios mas erráticos en lo que va de temporada. Y es que fallaron los isleños sus seis primeros lanzamientos (dentro con Shermadini y también desde el arco con tiros liberados), básicamente por la espesura generada a causa de la férrea y activa defensa de los manresanos, que negaron la continuación en el bloqueo directo y además provocaron hasta cinco pérdidas (entre ellas una de 24 segundos y otra de tres en zona) en el primer cuarto.

Mal lo vio Vidorreta cuando en menos de tres minutos ya cambió a su base y a su pívot, aunque su equipo todavía tardó otro minuto más en anotar su primera canasta (2-4). Todo en medio, tal y como era previsible, de un ritmo vertiginoso impuesto por los de Pedro Martínez y que obligó a los isleños a una velocidad más en su transición defensiva (2-9). El Manresa llevó el partido a su terreno y descolocó por completo a los locales (7-15, 7’).

Pero poco a poco el Iberostar se estabilizó. Recogió el guante de su rival y también corrió gracias a la movilidad de sus interiores (llegó a jugar por momentos sin un cinco puro), volvió a encontrar un filón en las finalizaciones de Guerra (pese a su falta de contundencia inicial) y además ganó en intensidad defensiva gracias a la garra de Butterfield, tan activo en el uno contra uno, como participativo en el rebote de su aro. Ahí, debajo de canasta, también labró el Canarias la remontada, ya que apenas concedió segundas opciones a su rival: una al final del primer cuarto y tres en total al descanso. Sin noticias del tiro de tres (0/4), pero con paciencia y también acierto desde el 4,60 (6/7), el conjunto lagunero logró darle la vuelta al marcador (16-15).

La igualdad y el intercambio de canastas, sin que el ritmo de partido descendiera lo más mínimo, se mantuvo en el arranque del segundo acto (24-25). No estuvieron del todo fino los isleños en el tiro durante este tramo, pero en cambio su aplicación defensiva apenas tuvo peros. Ahí, la segunda personal de Fitipaldo propició la irrupción de Huertas. El brasileño tiró de manual (16 de valoración en el segundo acto) para desatascar a su equipo, en ocasiones conectando con Shermadini, pero habitualmente finalizando él mismo, toda vez que el Manresa trató de negar por completo la continuación del pívot.

Con el añadido del primer triple del partido de los laguneros (Salin a 1’55” del descanso), el equipo tinerfeño fabricó un 13-5 (30-13 en un parcial más extendido) que le colocó en una situación de mayor tranquilidad (37-28) justo antes del intermedio. Solventado el sofocón inicial, minimizado el número de pérdidas (dos en el segundo periodo) y adaptado por completo a la propuesta de su rival, el Canarias sacó rédito de su mayor calidad individual, pero también de evitar que su rival produjera corriendo (ningún punto a la contra) ni de segunda oportunidad: 6-0 en este apartado para los aurinegros.

A la vuelta de vestuarios el Canarias le dio una vuelta de tuerca al partido. Sin renunciar a correr, de entrada buscó varias veces dentro a Shermadini. El georgiano recibió con comodidad y ahí no perdonó para hacer seis puntos seguidos (45-30) y permitir al cuadro lagunero amagara con encarrilar la contienda. Fue solo el primer arreón, ya que tras un intercambio de canastas (50-36), el MVP de la Liga Endesa volvió a la carga gustándose en varias acciones: posteo para un 2+1, buena defensa, alley oop y hasta canasta desde seis metros. Con 15 puntos de su firma en solo siete minutos el interior aurinegro puso a los suyos 20 arriba (62-42).

Solo un par de errores en ataque y algunas canastas interiores de los visitantes hicieron que el choque no acabara de sentenciarse por completo (65-53, 31’). Pero en el esfuerzo definitivo –detrás cerrando su rebote (solo ocho capturas en todo el partido de su adversario) y delante con la combinación entre Huertas y Shermadini– los canaristas pusieron la puntilla. Entre una activa defensa y las penetraciones del brasileño, y la superioridad interior del pívot (bien anotando o bien sacando faltas para firmar un 9/9 en tiros libres), el Iberostar volvió a acercarse a la veintena (82-65) en un duelo que ya no tuvo más historia. Con la de ayer el Iberostar firma ya 16 victorias, esta vez ante un rival directo de la zona media, por lo que encarrila un poquito más –pese a que por delante queden otros 16 encuentros– su presencia en playoff. Alternando la versatilidad en su libreto mostrada ayer, con el acierto exterior de costumbre, solo habrá dos dudas en las semanas venideras: cuándo certificarán los isleños su presencia en esa lucha por el título, y si lo harán o no como cabezas de serie.