Por primera vez este curso el Iberostar Tenerife ha encadenado dos derrotas en la competición nacional. La primera contra el poderoso Real Madrid, la segunda frente al colista. La de hace dos semanas dejó mordido al cuadro lagunero, que vio como se le escapó la opción de colocarse al frente de la Liga Endesa; la de la última jornada, en un tropiezo inesperado, ha herido en el orgullo a los aurinegros. Por ese motivo, el de hoy, el derbi regional ante el Herbalife Gran Canaria, parece el escenario ideal para que los canaristas se desquiten, regresen a la senda de la victoria y se consoliden en la zona alta de la tabla en el inicio de la segunda vuelta.

Pocos argumentos más poderosos hay dentro de la ACB que tumbar al mayor adversario isleño y además hacerlo a domicilio, en una cancha en la que los canaristas han ganado en sus últimas tres visitas. Hoy, el Iberostar Tenerife pretende que caiga la cuarta. Aunque con las gradas vacías el choque pierda algo de gracia ambiental. No se antoja sencilla la empresa para el bando tinerfeño, que de nuevo deberá multiplicarse para paliar la baja de Santi Yusta, que con una sobrecarga sufrida en estos últimos días no termina de dejar atrás el esguince de rodilla que arrastra desde hace un par de semanas. Stevic y Burjanadze, por su parte, son duda en el bando local, pero todo apunta a que los dos jugarán.

Mal haría el equipo canarista en fiarse de lo ocurrido en el choque de la primera vuelta celebrado hace apenas dos meses, cuando venció con rotundidad al Granca (99-80). Un Herbalife que por ese entonces iba camino de tocar fondo. Proa al marisco con un entrenador, Porfi Fisac, cuestionado por el entorno y también por el vestuario, pero sobre el que la entidad claretiana cerró filas y fortificó a base de fichajes. Primero con Stevic, después con AJ Slaughter, y finalmente con las llegadas de Kilpatrick y Clark, este último para sustituir al lesionado Costello. Además, el Herbalife ha recuperado para la causa a Javi Beirán, que de apartado ha pasado a realizar un importante trabajo de intendencia, promediando tras su vuelta solo cinco puntos, pero en cambio 6,33 rebotes y más de 11 créditos de valoración.

Una metamorfosis en toda regla con la que los amarillos han logrado escapar de la zona roja y albergar esperanzas de estar todavía a tiempo de arreglar la temporada. Un cambio que primero llegó para el Granca a modo de sacrificio defensivo, encadenando cinco partidos en ACB en los que apenas recibió 63,5 tantos. Luego, la mutación parece acercarse más a lo que profesa su técnico, un baloncesto a tumba abierta en el que llevar a la lona al rival a base de meter. La táctica, eso sí, no le salió bien al Granca este miércoles al caer 100-102 ante el Mornar en Eurocup.

También suma ahora Balcerowski –tras superar el Covid y unos problemas físicos–, que hoy será una buena piedra de toque para calibrar uno de los grandes termómetros del Iberostar, Gio Shermadini. De lo que sea capaz de producir el georgiano dependerán buena parte de las opciones de triunfo de un Canarias que igualmente debe esmerarse para moverse en números similares de acierto –un 44% en triples– con los que produjo habitualmente en la primera vuelta. En un encuentro que se presume a muchos puntos dado el estilo de juego de ambos, estar acertado es capital.