Sobreponiéndose a un arranque titubeante (0-7), con una gran actuación colectiva y en lo que acabó siendo un festín anotador –115 puntos, su registro más elevado desde que toma parte en la BCL–, el Iberostar Tenerife cerró a lo grande el día de Reyes apalizando al Dinamo Sassari. Lo hizo limpiando su orgullo y desquitándose de la derrota sufrida en el choque de al primera, pero sobre todo con una actuación que le permite no solo asegurar su pase a la siguiente fase de la competición –quinta vez en otras tantas participaciones que supera la fase de grupos–, sino hacerlo como primero del Grupo A, una condición que le podría hacer esquivar a los isleños a alguno de los cocos del torneo.

Pasaporte certificado en un partido en el que hasta siete jugadores canaristas acabaron en dobles dígitos de anotación, con una aportación sublime del banco (58 puntos) y haciendo valer su poderío ofensivo en el juego interior. Y es que entre Guerra, Cavanaugh y Shermadini hasta los 51 tantos y 18 rebotes y 69 de valoración. Pero es que además de gustarse en la parcela atacante, los laguneros lograron asfixiar los principales peligros de su rival: con un gran trabajo de los bases, apenas hubo noticias de Spissu, y en medio de una gran labor colectiva los italianos apenas generaron desde el arco (3/6 al descanso y 4/13 en total) y su daño en el rebote ofensivo se invirtió por completo respecto al choque de Cerdeña: 21 puntos de segunda opción para los isleños y solo ocho para los visitantes. Datos claves para un regalazo de partido.

Tres pérdidas, 0/3 en tiros de campo y un 0-7 en contra fue el saldo en los tres primeros minutos para un Iberostar un tanto dormido y superado por la intensidad atrás de los italianos. Pero entre Doornekamp cargando el rebote ofensivo y la aportación interior de Guerra el cuadro lagunero no se descentró y fue estabilizándose, ayudado también por un rival que vio como le penalizaron sus excesivos contactos (con o sin balón de por medio) hasta el punto de que en apenas cuatro minutos ya había entrado en bonus.

El conjunto isleño sacó partida de su buena mano en el 4,60 (7/7 en el primer cuarto) y del estado de gracia de Guerra, que incluso se atrevió con un triple para irse a los 10 puntos en menos de seis minutos (16-11). Una mayor implicación defensiva (colectiva, en el 1x1 y hasta en el saque de fondo de su oponente), una notable circulación de balón, las primeras rotaciones con Shermadini haciendo el mismo daño dentro que Guerra, y el control del rebote de su aro confirmaron el cambio de tendencia en el choque, hasta el punto de que el Iberostar fabricó un parcial de 27-5 (27-12, 9’). Cuatro minutos y medio estuvo el Sassari sin anotar en juego.

Arregló por completo el Iberostar su mal arranque. Detrás, pero básicamente delante, con un acierto superlativo que fue ratificado con la entrada en cancha de Huertas y Salin (36-21). Nada menos que un 13/16 en tiros de campo firmaron los de Vidorreta en ese intervalo del choque... aunque ese ciclón no les sirvió a los tinerfeños para terminar de tumbar a su oponente. Los de Pozzeco apretaron atrás alternando individual con zona y provocaron a los locales malas selecciones en el lanzamiento, sobre todo en el triple, donde los aurinegros llegaron el descanso con un pobre 3/12.

Pudiendo correr y moviendo con fluidez cuando le tocó atacar en posicional, el Sassari firmó un 3-15 que le metió de lleno en el choque (39-36 y triple errado para empatar) frente a un Canarias en el que Doornekamp y Salin se metieron (tres cada uno) en problemas de faltas. Solo un inmaculado acierto desde el 4,60 (con 17/17 al descanso) permitió a los laguneros mantener la delantera con cierta holgura a la finalización de la primera mitad pese a la impronta de Bilan (13 puntos) cerca de canasta.

Pero fue el punto débil del Canarias en los dos cuartos iniciales, el triple, el que se convirtió en el sostén aurinegro a la vuelta de vestuarios. Lo fue frente a un Sassari mucho más vertical e intenso, y que muy cerca estuvo de meter al Iberostar en su espiral de juego alocado con el que trató de reeditar lo sucedido en la primera vuelta tras el intermedio. Así, liderados por Fitipaldo (10 puntos en cinco minutos) los isleños anotaron cuatro de los cinco primeros intentos que realizaron desde el 6,75 para mantener a buen resguardo su ventaja (66-56, 26’). Y cuando el punto de mira volvió a fallar desde el arco aparecieron Shermadini y Cavanaugh (73-58 y 79-65) para producir tras rebote ofensivo. Nada menos que 10 puntos de segunda oportunidad (19 hasta ese momento) sumaron los isleños en un tercer acto que cerró Salin con un triple (82-67).

Una gran puesta en escena colectiva en el cuarto final (con Shermadini muy activo en la continuación y corriendo) llevó al Canarias a rubricar un 17-4 con el que sentenció, definitivamente, el encuentro (96-71), dejando para los minutos finales una sola incógnita, el darle la vuelta al -20 (92-72) del choque en Cerdeña y poder despreocuparse por completo de lo que ocurra en la última jornada. Con el partido ya en su terreno y lanzado ofensivamente (con un gran 30/32 en libres), un poco de actividad defensiva le valió a los de Vidorreta para conquistar, y de sobra, su objetivo en un choque que alcanzó su mayor renta con el alley oop final de Huertas sobre Guerra para el 115-85 definitivo.