Al Iberostar Tenerife se le hizo larga la pugna por el liderato. Pese a cuajar un partido más que notable, atacando con criterio (83 puntos en 35 minutos) y logrando que su rival apenas pudiera correr, el conjunto lagunero acabó sucumbiendo (en lo que supone su primera derrota liguera del curso como local) frente a un Real Madrid que, en el epílogo, tiró de garra defensiva –por momentos quizá más de la que marca el reglamento– para construir un parcial de 1-12 que a la postre resultaría definitivo (83-92).

El cuadro isleño nunca le perdió la cara al choque, y gracias a su acierto exterior (11/18 en los tres primeros cuartos) y también a momentos de excelente actividad atrás, llegó a tener al Real Madrid contra las cuerdas avanzado ya el tercer periodo (66-56). Sin embargo, en el momento de la verdad los blancos apretaron los dientes atrás liderados por Tavares (el Canarias se colapsó y solo hizo 13 puntos en el cuarto acto), y tiraron de calidad delante, donde se encomendaron a la anotación de Carroll. Sin el acierto exterior previo, y sufriendo de nuevo para cerrar su propio rebote –los de Pablo Laso se hicieron con un total de 16 capturas en tablero ajeno– a los canaristas no les quedó otra que hincar la rodilla pese a haber hecho méritos, durante más de 35 minutos, para encaramarse a la primera plaza de la Liga Endesa.

Arrancó el partido moviéndose por los derroteros esperados a tenor de las virtudes de ambos. El Canarias trató de meter balones dentro para que Shermadini le buscara las cosquillas a los interiores blancos (2+1), pero sobre todo explotó su buena mano desde el 6,75, anotando sus tres primeros triples (12-6); mientras que los madridistas cargaron el rebote ofensivo por medio de Tavares y Garuba (12-8).

Con Shermadini vaciándose en cada balón en ambos aros, el Madrid también sumó desde el arco (Causeur), pero el Canarias redobló prestaciones desde el 6,75 con dos nuevos triples (5/6) para el 20-15. Pero los de Laso también insistieron en esta faceta gracias a una fluida circulación (Garuba y Alocén), a la vez que apretaron atrás para forzar dos pérdidas de los locales y, por consiguiente, correr y anotar con facilidad –precisamente lo que no quería ni por asomo Vidorreta– para culminar un parcial de 2-10 con el que se cambió el signo del electrónico (22-25).

Ante el paso al frente defensivo de los visitantes (con Taylor sobre los bases la circulación fue más espesa), el Iberostar perdió la fluidez del inicio. Situación comprometida en la que el Iberostar se agarró a la mejor versión posible para Fran Guerra. El grancanario asistió primero para la puerta atrás de Fitipaldo, luego pivotó para sacar dos libres y finalmente entró desde atrás para machacar y prácticamente monopolizar un parcial de 8-0 (30-25).

No fue suficiente, sin embargo, para los de Vidorreta, que sufrieron la sensación de miedo que instauró atrás Tavares, no tanto para taponar sino para hacer rectificar tiros y condicionar más de un pase. Con más errores que aciertos y su rival golpeando de nuevo desde el perímetro, el Canarias encajó un 0-8 (30-33). Ahí cortó la hemorragia Huertas, tremendamente acertado tres veces seguidas en la finalización del 2x2 toda vez que la continuación de Shermadini estuvo bien tapada (39-37).

Con los dos equipos sumando desde el arco (8/12 al descanso para los locales y 7/15 para el Madrid), el Iberostar pareció tener las de ganar (45-42). Pero en cambio, los laguneros no terminaron de atar en corto a Thompkins, efectivo tanto en las funciones de cinco, como posteando a Sulejmanovic y también hurgando en el rebote ofensivo para que el Madrid volviera a producir de segunda oportunidad (ocho puntos al descanso) y solo irse uno abajo al intermedio (45-44).

La irrupción en pista de Carroll (inédito en la primera mitad) con cinco puntos seguidos y una canasta de Alocén yéndose de Fitipaldo permitieron al conjunto merengue tomar la delantera (47-51). Pero solo de forma efímera, porque entre que Shermadini no se arrugó ante Tavares (cinco puntos seguidos) y el propio Bruno sacó de quicio en la presión a Alocén, el Canarias empezó a volar. Lo hizo con varios robos para correr, incluido una recuperación de Shermadini en saque de banda lateral para finalizar a la contra en mate (59-54).

Ni los puntos de Carroll y Alocén (59-56) achantaron a los isleños, que pisaron todavía más el acelerador, tanto atrás con el habitual 2x1 en el que Shermadini hizo valer sus centímetros, como por su aportación desde el arco. Así, con los triples de Sulejmanovic y Yusta el Iberostar tocó techó con el 66-56 en lo que significó culminación de un parcial de 19-5.

Con Taylor de nuevo sobre los directores de juego canaristas, el Iberostar se vio más acogotado, pero al menos pudo mantener algunos momentos su renta (72-66). Solo hasta una nueva aparición de Carroll, imparable desde el perímetro primero y luego, con los cambios en los bloqueos, también en las penetraciones (74-76, 32’). En el enésimo ejercicio de recuperación, los dos triples de Cavanaugh y una canasta sobre la bocina de posesión de Shermadini devolvieron la delantera a los locales (82-80) con poco más de cinco minutos por delante.

Pero ahí el Canarias se atascó. O más bien lo atascó el Real Madrid, que puso sobre la mesa su versión más aguerrida en defensa... sabedor de que iba a tener permiso para ello. Una implicación en su lado de la cancha que derivó en varios lanzamientos forzados de los locales, en especial desde el perímetro (2/7 en ese acto, errando sus cuatro últimos tiros), y a lo que se unió la presencia de un Tavares que de nuevo, directa o indirectamente, volvió a marcar diferencias cerca de las dos canastas. Con los blancos circulando la bola con más inteligencia y paciencia que nunca, un triple de Laprovittola y otra canasta de Carroll (18 puntos tras el descanso) terminaron de sentenciar al Iberostar (83-92). Un Iberostar al que, tratando de poner a resguardo su renta, se le eternizó el tramo final del cuarto periodo; pero que justo a continuación vio como los segundos corrían más de lo normal y fue presa de la ansiedad (dobles de Yusta tras haber recuperado un balón clave) cuando quiso remontar. Se esfumó el sueño del liderato; voló la condición de invicto como local. Sin embargo, a ayer al Canarias le puede quedar la satisfacción de haberle peleado de tú a tú al todopoderoso Real Madrid.