Los puntos de Fitipaldo, Shermadini y Huertas (casi 45 de media entre los tres) son la punta de lanza de un Iberostar Tenerife que viene firmando un arranque liguero mágico gracias a un balance de ocho triunfos y una sola derrota. Con 84,2 tantos por encuentro los isleños están en promedio de realizar sus mejores números ofensivos desde que volvieron a la élite, allá por el curso 12/13.

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Produce en ataque.

Una prolijidad atacante hasta cierto punto paradójica a tenor del libro de estilo de su técnico, Txus Vidorreta, tendente a posesiones largas (lo que reduce el ritmo de juego y, por extensión, las posibilidades de irse a un tanteador alto) y a montar un férreo entramado defensivo que colapse al rival. Hasta ahora, sin embargo, los aurinegros venían mostrándose especialmente peligrosos en la media posta rival, tanto por su notable acierto en el tiro de dos (55,4% de acierto) como a sus sobresalientes prestaciones en el tiro libre, donde son el club que más lanza y convierte de ACB.

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Y aprieta en defensa.

Pero el jueves el Iberostar demostró, por fin, estar en disposición de ampliar su abanico de recursos. Y lo hizo, durante no pocos minutos, con una aplicación defensiva casi inédita este curso. Una entrega, sobre todo lejos del aro, que se tradujo en 16 recuperaciones, tarea en la que colaboraron un total de ocho jugadores. La manera de apretar al base de Fitipaldo, o la capacidad de Shermadini para ayudar en el 2x1 lejos del aro ayudan a comprender un guarismo soberbio en tanto en cuanto los laguneros habían promediado siete robos en sus ocho duelos anteriores. Una cifra que cobra aún más valor al compararla con el mejor de la ACB en esta faceta, el Baskonia, que recupera 10,1 bolas por jornada.

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Solo un antecedente.

Pero es que, además, estos 16 ataques frustrados del rival no tienen apenas parangón en los nueve cursos que el Iberostar Tenerife enlaza recientemente en la élite nacional. Solo otra vez más, al inicio del curso 13/14, el conjunto canarista totalizó en un solo encuentro 16 robos, factor clave ese entonces en el triunfo contra el CAI Zaragoza por 60-66.

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La huella de Martínez.

Al igual que ocurre con Vidorreta ahora, aunque a la inversa, esos excelentes guarismos defensivos se convirtieron casi en una constante en aquella época.. Y lo fueron con Alejandro Martínez en el banquillo, un técnico al que se le identifica con un baloncesto de marcador cariz ofensivo. Así, el Canarias fue el quinto equipo que más balones robó en las campañas 12/13 y 13/14, y mejoró su hoja de servicios en la 14/15 para ser el mejor ese curso (8,9 recuperaciones de media), comandado por un Luke Sikma que lideró este apartado en lo individual: 1,91.

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Precedentes discretos.

Más recientemente, con Vidorreta en el banco, el Iberostar ha sido un equipo de la zona media-baja de la tabla en recuperaciones (11º, 16º, 9º y 12º). El año pasado, sin ir más lejos, en solo un partido (visita al Zaragoza) los aurinegros alcanzaron los dobles dígitos (10) en robos. Tras ofrecer el domingo una pequeña muestra frente al Betis (10), el chispazo del jueves en Manresa debe suponer la confirmación de que a esta plantilla no solo se le caen los puntos de las manos, sino que está en capacidad, de una manera colectiva, para morder atrás. Que el Gran Canaria sea el siguiente en comprobar lo afilados que pueden ser los colmillos de este Canarias.