MUNDIAL DE CLUBES

El 'enemigo' oculto de Infantino: tormentas eléctricas, amenazas de tornados y suspensiones incalculables

La meteorología está complicando el desarrollo fluido del Mundial de Clubes, un problema que se repetirá en el Mundial 2026

El Pachuca-Salzburgo, parado temporalmente por tormenta eléctrica.

El Pachuca-Salzburgo, parado temporalmente por tormenta eléctrica. / AP

Miami

El fútbol desembarcó en la tierra del soccer para disputar el nuevo Mundial de Clubes de la FIFA, un proyecto ambicioso, global y que despertó reacciones de todo tipo desde su anuncio. Estados Unidos prometía show, novedades y lujo de todo tipo, pero también críticas y problemas que Infantino debía resolver de la manera más contundente posible. Eso sí, el abogado suizo-italiano se ha encontrado con otro enemigo que sí se esperaba durante el desarrollo del torneo, pero no con tal violencia: la lluvia.

Sí, han leído bien. Entre los problemas que se está encontrando el Mundialito, como el bajo nivel de algunos equipos o la falta de asistencia en ciertos estadios, las fuertes tormentas que azotan algunas partes de Estados Unidos están obligando a la FIFA a aplicar su protocolo de seguridad para estos casos.

El Ulsan-Mamelodi, especial también por la lluvia

El primer partido que tuvo que ser detenido por problemas meteorológicos fue el Ulsan HD - Mamelodi Sundowns, con victoria para los sudafricanos por 0-1. Apenas 1.000 aficionados se dieron cita en un Exploria Stadium de Orlando que se vació por completo (algo no muy complicado) cuando se activó el protocolo que se utiliza en ligas profesionales como la NFL, MLS o MLB.

Los hinchas de Mamelodi celebran el triunfo de su equipo en el Mundial de Clubes.

Los hinchas de Mamelodi celebran el triunfo de su equipo en el Mundial de Clubes. / Phelan M. Ebenhack / AP

A través de un monitoreo en tiempo real mediante sistemas de detección de rayos, este dispositivo contempla hasta 15 kilómetros alrededor del estadio. Si se detecta un incidente en este rango, se para inmediatamente la actividad deportiva y se evacúan las gradas al momento. Como mínimo, han de guardarse 30 minutos de suspensión desde el último rayo observado dentro del radio de peligro para reanudar el juego.

El granizo se sumó en el Pachuca-Salzburgo

En el Pachuca-Salzburgo también se ha vivido una situación similar. Esta vez no sucedió en Orlando, fue en el TQL Stadium de Cincinnati, Ohio. En el minuto 56, con la momentánea victoria del equipo de Red Bull (0-1), se tuvo que detener el partido por tormenta eléctrica. Tocaba aplicar de nuevo el citado protocolo.

El mensaje de retraso del partido por el tiempo en el Pachuca-Salzburgo

El mensaje de retraso del partido por el tiempo en el Pachuca-Salzburgo / AP

Rápidamente, se vació el estadio mientras las autoridades pertinentes pedían a los habitantes de la zona que se refugiasen de inmediato: estaba por venir una potente tormenta eléctrica, acompañada de granizo, que iba a afectar a carreteras y algunas redes eléctricas.

No falló el radar, y a los pocos minutos llegó la lluvia, que formó una cortina de agua al instante. El chaparrón era imponente y apuntaba a ser mucho más duradero que el vivido en Orlando en el Ulsan-Mamelodi, una prueba de fuego para los comentaristas del Pachuca-Salzburgo, que tuvieron que mantener conectada a la audiencia hablando de la actividad del deporte rey. Visto lo visto, puede ser que ya tengan temas preparados por si sucede en nuevos partidos.

Los jugadores de Pachuca y Salzburgo abandonan el campo por la lluvia inminente

Los jugadores de Pachuca y Salzburgo abandonan el campo por la lluvia inminente / AP

Con el paso del tiempo, se podían escuchar fuertes truenos. Curiosamente, los presentes se lo tomaban con humor, vitoreando cada fuerte estruendo que envolvía el TQL Stadium. Eso sí, la superficie de césped se iba convirtiendo poco a poco en una charca inmensa. En algunos condados, se habló incluso de alerta de tornados. Al final, el partido se reanudó con un gol de Pachuca de falta directa, pero fue el Salzburgo el que se llevó el triunfo (1-2) gracias a un tanto de Onisiwo.

Nada nuevo en Estados Unidos

La elección de las sedes de EE.UU., que también acogerá el Mundial 2026, siempre ha entrañado riesgos para los torneos internacionales. Durante la pasada Copa América se vivieron episodios similares. En la previa a un duelo entre Chile y Canadá se activó el protocolo por alerta climática. El cuadro sudamericano tuvo que suspender sus entrenamientos.

Los incidentes se repitieron durante el encuentro. Justo al finalizar en el Soldier Field Stadium la primera mitad, en la que Chile le ganaba a Colombia 2-0, se desató una tormenta con relámpagos y truenos. Una amenaza cumplida que también se produjo en otros encuentros del torneo.

Desde los altavoces se informó a los 50.000 espectadores presentes en el campo para su desalojo. “Damas y caballeros, se acerca tormenta peligrosa al área, por favor buscar refugio debajo de las gradas del estadio”, anunciaban los organizadores. Un protocolo habitual, pero incómodo, en el que pueden verse envueltos, sobre todo, los equipos que juegan en el sur de la costa Este.

También se vivieron situaciones parecidas en el Mundial sub-20 de 2023 disputado en EE.UU., así como en partidos de las grandes ligas. De hecho, Orlando es una de las ciudades que más actividad de este tipo registra.

Como curiosidad, el Hard Rock Stadium de Miami, el estadio del Inter de Messi, donde debutó el Real Madrid ante el Al Hilal (1-1), cuenta con un sistema de alertas automáticas para la evacuación progresiva y refugios designados en pasillos interiores.

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