UN TÉCNICO DE LEYENDA
Adiós a Ancelotti: las luces y las sombras de la segunda etapa del entrenador con más títulos del Real Madrid
Sergio R. Viñas | Francisco José Moya
El Real Madrid despedirá este sábado (16.15 horas), en la visita de la Real Sociedad al Bernabéu, al entrenador que más títulos ha ganado de toda su historia (15). Carlo Ancelotti dirá adiós por segunda vez al club al que le ha jurado amor eterno, antes de poner rumbo inmediato a su siguiente reto: ser el primer seleccionador extranjero de la historia de Brasil.
El Santiago Bernabéu brindará una despedida con todos los honores al técnico que, junto a Zinedine Zidane, más Copas de Europa le ha brindado. Una de ellas, la de 2014, la levantó también como jugador Xabi Alonso, quien se convertirá en su sucesor, debutando oficialmente en tres semanas en el Mundial de Clubes.
El madridismo, cicatrizadas las heridas de un epílogo de dolor y frustración, recordará a 'Carletto' como un caballero tranquilo, que sublimó el arte de manejar la mano izquierda. Con muchos más claros que oscuros, sobre todo en una segunda etapa que deja con un legado de dos dobletes Liga-Champions y la transición del Madrid de Cristiano al de Mbappé.
Ancelotti y el Real Madrid habían separado sus caminos en 2015, después de una etapa inicial de dos años marcada por la Décima, la Champions ganada en Lisboa al Atlético con el archifamoso gol de Ramos. Seis años después, tras la segunda salida de Zidane, Florentino Pérez y José Ángel Sánchez no encontraban un entrenador que encajara en sus planes.
‘Carletto’, entonces en el Everton, llamó al segundo de ellos para, en teoría, preguntarle por la opción de conseguir algún jugador cedido. En realidad, se estaba dejando querer. “¿Quieres volver? ¿Puedes volver?”, le dijo la mano derecha de Florentino. En horas, el Everton dio visto bueno a la operación y Ancelotti regresó al banquillo del Bernabéu.
Aquella primera temporada, la 2021-22, será recordada por siempre en el madridismo como la de la Champions de las remontadas. La 14ª Copa de Europa del Real Madrid fue un antes y un después en el relato de supervivencia extrema que ha ido creando el club blanco en esta competición.
El PSG, el Chelsea y el Manchester City creyeron haber eliminado al Madrid, pero los blancos, liderados por un Benzema superlativo, siempre se levantaron de la lona y acabaron ganando la ‘Orejona’ derrotando al Liverpool en la final. En Liga, el Barça en el que Xavi reemplazó a Koeman a mitad de curso nunca fue rival, acabando a 13 puntos del campeón blanco.
La segunda temporada del segundo ciclo de Ancelotti marcó un patrón que se iba a repetir en el bienio final: de (casi) todo a (casi) nada. La victoria en la final de Copa contra Osasuna (tras un 0-4 en el Camp Nou en semifinales), y la inexistencia de alternativas convincentes, permitió a Ancelotti continuar con un Madrid que en Champions quedó apeado por el Manchester City y en Liga se vio claramente superado por el Barça de Xavi.
La noche clave de aquella Liga fue la que se recordará por siempre como el clásico del gol de Kessié. Se pasó en un abrir y cerrar de ojos de la victoria blanca, con un gol anulado a Marco Asensio, a un triunfo azulgrana (2-1). Los seis puntos virtuales de ventaja del Barça pasaron de golpe a 12 a falta de otras tantas jornadas. Un muro ya inabordable para los jugadores de Ancelotti.

Kessié celebra el gol que subiría el 2-1 en el marcador del clásico del Spotify Camp Nou del 19 de marzo de 2023 y que encarriló la Liga para el Barça de Xavi. / JORDI COTRINA
La tercera temporada de Ancelotti arrancó con el sobresalto de la espantada de Benzema a Arabia Saudí. Insistió el italiano en contratar un ariete de primer nivel, con Harry Kane en el mercado, pero el plan de Florentino Pérez era esperar un año más a Mbappé y, hasta entonces, tirar con lo que había.
Entre ‘lo que había’ estaba ya Bellingham, entonces un interior con hechuras de estrella. Ancelotti hizo de la necesidad virtud y, ante la falta de un delantero, transformó al inglés en un insaciable llegador. Con sus goles al principio y los de Vinicius en la segunda mitad de temporada volvió a construir un Madrid campeón de Liga por aplastamiento y de Champions con mayor suspense.
El cuarto curso arrancó también con una salida inesperada, la de un Toni Kroos que dejaba el fútbol tras la que seguramente fue la mejor temporada de su carrera. Llegaba al fin Kylian Mbappé, la guinda del pastel, sí, pero las plegarias de Ancelotti para que el club incorporara un perfil creativo en el centro del campo no fueron escuchadas.
Tampoco se inmutó Florentino ante las graves y numerosas lesiones que se fueron sucediendo en la parcela defensiva. Todo ello, unido a la superpoblación de cromos repetidos en ataque (Mbappé, Vinicius y Rodrygo) desequilibró el equipo. Y 'Carletto' ya no fue capaz de volver a cuadrar el círculo.
Por sorprendente que fuera, ya el pasado verano había voces en el madridismo que demandaban un cambio de ciclo en el banquillo. El doblete no terminaba de disimular ciertos síntomas de agotamiento del proyecto, tampoco la deseada llegada de Kylian Mbappé al equipo. Iba a ser más determinante la retirada de Toni Kroos y la catarata de lesiones, para las que no se quiso buscar soluciones en el mercado.
La noche que acabó sentenciando a Ancelotti fue la de la ida de cuartos de final de la Champions, contra el Arsenal en Londres. Ese día, el Madrid encajó un doloroso 0-3 en el que quizá lo más grave fue la incapacidad para reaccionar a los golpes del bloque de Arteta. Apelar al milagro en el Bernabéu no sirvió esta vez y Florentino Pérez se convenció de que tenía que levantar el teléfono para activar el preacuerdo verbal que había alcanzado con Xabi Alonso.
Nada ejemplifica mejor el desastre de temporada del Real Madrid como sus cuatro enfrentamientos con el Barça. No es solo que los haya perdido todos, es que el equipo de Hansi Flick le ha metido 16 goles, a una media de cuatro por partido. La ida liguera en el Bernabéu pareció un accidente, la final de la Supercopa confirmó que no era así y la final de Copa y la vuelta liguera en Montjuïc certificaron el cambio de ciclo.
Siempre vasos comunicantes, la eclosión del Barça de Flick ha agudizado la sensación de fracaso del Madrid de Ancelotti. Cuando el italiano regresó al Bernabéu, Messi se marchaba del Camp Nou. Ahora, su marcha coincide con la explosión definitiva de Lamine Yamal. Pero ya será Xabi Alonso quien tenga que lidiar con la renovada amenaza azulgrana. Hasta aquí llegó 'Carletto'.
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