Novedad literaria
Streltsov, auge y caída del ‘Pelé Ruso’: fama, alcohol, maltrato y el gulag como condena
El periodista y escritor británico Jonathan Wilson explora en su novela la fama, la mitificación de los ídolos y el alcoholismo a partir de la vida de Streltsov, el talentoso futbolista ruso

El periodista y escritor británico Jonathan Wilson, autor de 'Streltsov'.
Jordi Grífol
A Vania, petaca en mano y aliento etílico, le bastó con un partido de juveniles para entregarse a Eduard Streltsov. Aquel chico corpulento de ojos azules y tupé rubio tenía un talento único y su irrupción fue meteórica en los años 50, máximo goleador de la Primera División soviética a los 17 años. Todos fantaseaban con lo que sería capaz de hacer en el Mundial de Suecia de 1958 que encumbró a Pelé. Nunca se sabrá. El ‘Pelé’ ruso, un tipo atormentado, bebedor y mujeriego, fue enviado al gulag.
A través de la voz y el recuerdo de Vania, un ficticio trabajador del Torpedo de Moscú algo torpe y melancólico, el prestigioso periodista deportivo y escritor británico Jonathan Wilson reconstruye la vida de Eduard Streltsov en una novela biográfica extremadamente documentada que explora temas como la fama, el auge y la caída, la sociedad soviética, la mitificación de los ídolos y el alcoholismo. Originalmente en inglés, ‘Streltsov’ es la primera traducción del catálogo literario de Panenka, a cargo de Arnau Villà i Martí y con prólogo del exfutbolista Aleksandr Mostovói.
En sus dos primeros encuentros con la selección, Streltsov marcó dos hat-tricks. Poco después, fue decisivo en el oro de la URSS en los Juegos Olímpicos de Melbourne de 1956, aunque no disputó la final. Empezaba a causar sensación. “Streltsov vuelve de los JJOO como una gran estrella y es muy joven, demasiado para poder afrontarlo. Nadie sabe cómo afrontar eso, y creo que era aún más complicado en la URSS, donde de repente tiene oportunidades que nadie más tiene”, explica Wilson a este diario sobre su primera novela tras una docena de libros sobre historia y táctica futbolística.

Streltsov. / .
'Streltsov'
Jonathan Wilson
Traducción: Arnau Villà i Martí
Panenka
240 páginas
20,90 euros
Streltsov, de carácter complejo y con la herida abierta de un padre ausente, empieza a tener acceso a alcohol y fiestas. Allí llegan sus primeros líos, que sortea en parte por su buen desempeño en el césped. Su comportamiento empieza a incomodar al régimen - “fuma, bebe y se mete en peleas; se ha vuelto un consentido”, publicó el periódico Pravda -, hasta que en 1958, en vísperas del Mundial, su carrera se ve truncada. En una fiesta particular en una dacha junto a dos compañeros acaba arrestado acusado de violar a una chica.
Lo que ocurrió aquella noche es difuso, aunque acabó reconociendo el delito - obligado, cuentan algunos -, y fue condenado a 12 años de trabajos forzados. “La idea de un agujero que no conocemos en la mitad de la historia me pareció una área muy fértil para investigar”, cuenta Wilson, que empezó a escribir el libro durante la cuarentena aunque ya había pensado en ello 15 años atrás.
El maltrato a las mujeres, vigente entre deportistas
“Lo hiciera o no, y con lo que he investigado me inclino a pensar que sí, lo que está claro es que trataba a las mujeres muy mal. Y creo que este es un tema muy común y vigente todavía hoy entre deportistas profesionales. En los Estados Unidos se están haciendo muchas investigaciones que muestran que los atletas universitarios tienen muchas más probabilidades de cometer delitos sexuales que los que no lo son. ¿Es porque tienen la idea de que algunas leyes no se aplican a ellos? ¿Porque los niveles de testosterona son más altos? ¿Por las oportunidades que se les presentan? Es muy difícil de decir, pero existe un patrón y es algo que creo que el deporte debe tomarse muy en serio y creo que, muy lentamente, se está empezando a hacer”.
Vania idolatraba a Edik. Cómo no hacerlo. El que creía que era el mejor futbolista del mundo jugaba en su equipo. “En una historia así el narrador no podía ser omnisciente, había que haber duda. Desde que tomé la decisión de escribir esta novela tenía claro que el narrador tenía que ser una figura como Vania, un empleado del club lo suficientemente cerca como para escuchar y tener una mínima relación con el jugador pero lo suficientemente lejos para no acabar de enterarse de todo. El club lo es todo para Vania. Y de alguna manera transfiere todo su afecto y toda su capacidad de amar a Streltsov”, comenta Wilson.
Edik sobrevivió al gulag y acabó regresando al fútbol de élite en 1965. Había perdido el tupé, tampoco era explosivo y veloz como en sus mejores años. Pero consiguió ganar la liga con su Torpedo de Moscú, volvió a la selección y fue nombrado jugador del año en 1967 y 1968. Vania estaba feliz, su equipo había conseguido ganar la liga con el jugador que más había amado. Pero algo dentro suyo había cambiado. «Streltsov. Eduard Anatólievich Streltsov, Edik, el chico que me fascinaría por el resto de mi vida. Me decepcionó y me rompió el corazón, pero yo siempre le amé. Era el mejor futbolista que vi jamás». La vida quizás sería más aburrida sin ídolos con los que vibrar.
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