El Granca enamora en la rutina de ganarle al Valencia en su casa y se cita con el Real Madrid en semis (79-65)

Qué bonita es la vida cuando los deseos que se persiguen se cumplen. Con la intención de disfrutar en la rutina de ganarle al Valencia se plantó el Gran Canaria en la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey que está celebrando y cumplió su anhelo. Va a jugar la cuarta semifinal de su historia y cobrándose la mejor venganza contra su verdugo de la pasada edición al darle una lección defensiva y vencerle por 79-65.

Tiene que estar echando humo Pedro Martínez al ver cómo su equipo no pudo plantarle cara a un Dreamland que le maniató desde el segundo cuarto, cuando gozó de una ventaja de 11 puntos y con el que solo tuvo que sostener el volante por dentro de la carretera en la segunda parte del encuentro.

Mike Tobey volvió a jugar otro partidazo contra su ex equipo e igualó un récord histórico de la Copa al firmar 8 de 8 en tiros de dos como hizo Mike Davis en 1990 para llegar a los 19 puntos y 7 rebotes (3 ofensivos). El camino hacia la gloria estaba en sumar desde la pintura y no tanto desde el triples como pareció empeñarse en la primera parte el conjunto claretiano al lanzar 22 tiros y anotar solo cuatro.

Todas las dudas con las que llegó el equipo insular quedaron disipadas con la entrega física que dejaron en su pista de juego. Ahora le toca un reto aún mayor al medirse al Real Madrid en la semi de esta noche a las 20.30 horas.

Aun así, va a necesitar Lakovic enchufar a sus amenazas exteriores para intentar lucir una exposición de blanco roto. Brussino falló ocho triples (6 puntos), Shurna seis (3 puntos) y Homesley solo metió uno de cinco intentos (5 puntos.

Albicy, alma de equipo

Comenzó como un auténtico ciclón el equipo de casa. Subido a un oleaje de decibelios por parte de la grada, con unos 3.000 espectadores claretianos arropados por los neutrales, el dueño del Arena se vino arriba comandado por un mayúsculo Andrew Albicy autor de 9 puntos en los siete primeros minutos con el que Pedro Martínez empezó a ver los primeros fantasmas de la eliminatoria.

Entre el francés y Joe Thomasson se repartieron los cuatro primeros triples insulares. Costó que entrara el primero, pero sabía que tenía que jugar a meter más puntos que el Valencia dado que el mejor ataque de la Liga Endesa iba a llevar el partido a un tanteador elevado.

Tanto quisieron competir a meter más canastas que su rival que el primer cuarto se convirtió en un concurso de triples. Los amarillos lanzaron 14, mientras que los taronjas anotaron tres de sus diez intentos. Parecía que las pinturas apenas existían más allá de los cuatro puntos que firmó Tobey para repartirse los 19 puntos iniciales por los 15 del Valencia, que se sustentaba en Sestina con sus dos tiros exteriores (6 puntos) y Ojeleye (5 puntos).

A medmida que pasaban los minutos, el Dreamland iba aumentando su confianza. No es que el acierto de tiro fuese para tirar cohetes, con un triple más anotado en nueve intentos, pero la diferencia en el tanteador iba dilatándose poco a poco.

Entendió Lakovic que tenía que jugar el dentro-fuera y así Tobey alcanzó los 10 puntos antes del descanso, encontrando un desierto defensivo en la pintura. Además de sustentarse de la presencia de George Conditt en el aspecto defensivo.

Se cerró el segundo cuarto con 40-31 en el luminoso (la máxima fue de once puntos con el 40-29) y el equipo amarillo podía sentirse satisfecho de estar sacando del encuentro a un Jean Montero renqueante de su pierna derecha. Solo cinco puntos para el canterano claretiano, que como no podía ser de otra forma era el receptor de todos los silbidos del pabellón.

Aun así, necesitaba confirmar su dominio en la primera parte al regresar de los vestuarios y además enganchar a Nico Brussino a la eliminatoria, pues el argentino volvía a estar errático en el tiro exterior con cinco triples fallados y solo sumando dos puntos en los 20 primeros minutos.

Balones a la pintura

Entendido el cuerpo técnico insular que la mejor forma para seguir controlando el encuentro iba a ser mandar balones a la pintura para ir sumando poco a poco más dígitos a su casillero. Tobey continuó a lo suyo con siete puntos más para llegar a los 17 y martirizar a los pívots rivales, incapaces de poner cemento a su aro y permitiendo que Pelos sumara seis y Conditt cuatro para un total de nueve canastas de dos puntos convertidas en once intentos.

Disfrutó del mejor momento la afición local cuando su equipo puso la máxima del encuentro con el 61-44 a falta de dos minutos para la conclusión del tercer periodo. Mucha ventaja adquirida y las piernas del Valencia que parecían acusar la plaga de molestias físicas con la que llegó a la Isla.

Gastó los siguientes cinco minutos del partido controlando a su rival, que ya empezaba a palpar las prisas y la desesperación llevaba a Matt Costello a lanzar un par de tiros inverosímiles y producto de la frustración se ganó la cuarta falta y acto seguido una técnica que le mandó al fondo del banquillo.

Le echó el cerrojo a su aro en el último cuarto el Gran Canaria. Si el plan de partido al comienzo podía pasar por intentar ganarle por un marcador largo, como ocurrió en la primera vuelta liguera con el el 97-94, en estos cuartos ocurrió todo lo contrario y secó a su rival. De promediar 96 puntos en la Liga Endesa, le dejó en 29 menos. Un auténtico escándalo que le va a suponer a Lakovic dormir más que contento por la forma en la que va a jugar su primera semifinal copera en España.