El miedo en Israel

Yuki Togawa, una futbolista en un país en guerra: "Cuando escuché las sirenas antiaéreas no entendía nada"

La deportista estaba tumbada en la cama el pasado sábado por la mañana cuando, de golpe, empezó a sonar una sirena, una que no había escuchado nunca

Yuki Togawa durante un partido con el Hapoel Petah-Tikvah

Yuki Togawa durante un partido con el Hapoel Petah-Tikvah / HAPOEL PETAH-TIKVAH

Laia Bonals

Barcelona

Ese estruendo. Ese sonido alarmante, repetitivo, que pone los pelos de punta. Yuki Togawa estaba tumbada en la cama el pasado sábado por la mañana cuando, de golpe, empezó a sonar una sirena, una que no había escuchado nunca. Le costó un poco conectar con la realidad. Sin entender nada salió del cuarto y se encontró son sus compañeras de piso, también jugadoras del Hapoel Petah-Tikvah. "¿Qué es eso?", preguntó. Antes de obtener respuesta ya estaba refugiándose bajo las escaleras del edificio. Había empezado la guerra.

"La primera vez que escuché la sirena no entendía. No sabía nada. Salí de mi habitación y pregunté. Era como una alarma muy fuerte. No sabía qué era porque era la primera vez que la oía. Vimos las noticias que salían en las redes sociales y lo comprendimos. La segunda vez ya lo sabía y cogimos rápido el móvil y las llaves y fuimos rápido a la escalera del edificio. Es el lugar más seguro por si cae una bomba, porque está justo en medio de los pisos. Estás más protegido", cuenta la centrocampista a El Periódico, de Prensa Ibérica, a través de videollamada desde Pétah Tiqvà, una ciudad del Distrito Central de Israel, en el nordeste de Tel Aviv.

"Gente muy abierta"

Se mudó allí hace poco más de un mes, cuando fichó por el equipo israelí en el mercado de verano. Tras un periplo de tres años en la Liga española, Togawa había decidido volver a Japón para jugar en su liga nacional. Cuando le llegó la oferta del Hapoel se lo pensó, habló con distintas personas que conocía que vivían en territorio israelí y decidió emprender la aventura tras las buenas palabras. 

"No hay tanta diferencia entre España e Israel", confiesa sobre el tiempo que ella lleva viviendo en el país antes de que estallara la guerra. "Hasta hora estaba disfrutando mucho del fútbol, de la vida, con las compañeras, todo... La gente es muy abierta, como los españoles", relata.

"Pasé mucho miedo, no entendía nada"

"Estoy viviendo con mis compañeras extranjeras del equipo, una de Ghana y una de Rusia. Agradezco mucho no estar sola en casa. Ya hace un mes que vivo aquí y también he empezado a conocer a algunos japoneses que viven aquí. Cuando estalló la guerra se preocuparon por mí y me explicaron un poco lo que estaba pasando, ya que ellos llevan mucho más tiempo aquí", relata bastante más serena ahora que han pasado unos días.

Yuki Togawa con sus compañeras de equipo

Yuki Togawa con sus compañeras de equipo / HAPOEL PETAH-TIKVAH

Su vida ha cambiado desde que las sirenas antiaéreas resuenan por la ciudad. La mayoría de comercios están cerrados y los entrenamientos, igual que los colegios, han parado su actividad. Su día a día es pasar tiempo con sus compañeras de piso mientras encuentra una manera para poder marcharse del país. "Podemos salir cerca de casa. Por ejemplo, los supermercados de primera necesidad están abiertos y podemos ir a comprar. No podemos salir a mucha distancia de casa e ir a otro sitio. Hay muchas tiendas cerradas. Hay que estar cerca de casa por si vuelven a sonar las alarmas y podernos refugiar", relata sobre una realidad que aún se le hace extraña. "Estoy entendiendo poco a poco que esto es real. No lo sentía como que esto estuviera pasando", reconoce la futbolista.

Familia preocupada

La gestión mental está siendo lo más complicado. El miedo se apoderó de ella en un primer instante, incapaz de encontrar respuestas a tantas preguntas. Ahora, con el paso de los días y tras ir recopilando información, la situación está más calmada. "Intento no pensar mucho las cosas, porque si no entras en bucle y es peor. La situación va a seguir cambiado cada día y tampoco podemos hacer nada", cuenta. Sin embargo, su familia, desde Osaka, sigue preocupada por ella. "Mi madre está preocupada, pero yo la llamo y hablo con ella para tranquilizarla".

"Ahora mismo estoy tranquila, porque sé que esto va a durar. O sea, que no va a terminar en una semana. Es complicado y nosotras no podemos hacer nada. La idea es volver a mi país y estar allí tranquila con mi familia a la espera que se solucione y nos llamen para volver", relata, a la espera de encontrar una via de escape del país y poder volver a casa. 

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