EUROLIGA BALONCESTO

El Partizán de Obradovic rompe al Madrid desde el exterior

El equipo serbio se impone (87-89) con un triple a falta de menos de un segundo en el primer partido de la serie y complica el acceso de los blancos a la Final Four

Kevin Punter celebra el triple de la victoria de Partizan ante el Madrid.

Kevin Punter celebra el triple de la victoria de Partizan ante el Madrid. / EFE

Juanjo Talavante

Se vio desde un inicio este martes en el Wizink Center de Madrid. La apuesta del Partizán llegaba desde más allá de la línea de tres puntos. Este martes el equipo de Belgrado anotó 13 triples con un 50% de acierto. El último de ellos con la firma de Kevin Punter (26 puntos y 6 asistencias) en el último segundo del encuentro. Hezonja lo intentó a la desesperada en una acción posterior del partido con tan sólo cuatro décimas en el marcador, pero falló y el equipo de Belgrado se llevó la victoria (87-89) en el primer partido del playoff de la Euroliga.

El Madrid se quedó en un 31,8% de acierto en los tiros de tres. Su propuesta consistió mayoritariamente en buscar una y otra vez anotar cerca del aro, incluso cuando Tavares, que se marchó al vestuario cojeando antes del descanso, ya no estaba en la cancha. Y en ese pulso desde lo cercano y lo lejano, entre el juego interior y el exterior venció el que proponían los jugadores que entrena Obradovic, asestando un duro golpe a los jugadores de Chus Mateo, que pierden el factor cancha en la serie. Y conviene no olvidar que la cancha del Partizán es un auténtico infierno para los equipos que juegan allí como visitantes.

El partido ya arrancó con un movimiento magistral del técnico serbio. Sobre la cancha, piezas blancas y negras, como en el ajedrez. Las similitudes no eran sólo cromáticas. El serbio siempre determina lo que sucede en el tablero y obliga a sus oponentes a realizar variaciones sobre lo inicialmente previsto. Así, el entrenador del Partizán dejaba de inicio en el banquillo al francés Lessort, máximo reboteador de la fase regular de la Euroliga, y situaba en cancha a Smailagic, un peón ataviado de que torre que anotó tres triples sin fallo en los primeros instantes del partido, ante un Tavares que no llegaba a tiempo con su defensa más allá de los 6,75. Todo un presagio de lo que acabaría determinando el resultado del choque.

En el lado madridista, sólo Deck (24 puntos +8 rebotes) parecía haber arrancado el encuentro a la temperatura ambiente que marcaba la grada y que exigía la maniobra del técnico serbio. Tras un triple de Avramovic, el Partizan se puso 10-17 cuando se llevaban jugados 5:33 del primer cuarto. A partir de ese instante los blancos, apoyados en el argentino y en Tavares, siempre cerca del aro, cambiaron el rumbo del juego. Smailagic cometía su segunda falta, y la entrada de Yabusele certificaba el despertar de los blancos, que lograban acabar ese primer cuarto igualados a puntos con los de Belgrado (22-22).

Guerra sin cuartel

El segundo cuarto dibujó sobre la cancha una guerra sin cuartel. El Madrid planteaba su discurso desde el interior de la zona, intentando aprovechar los centímetros de Tavares y el poderío de Yabusele o Deck jugando de espaldas al aro. El equipo de Chus Mateo se colocó 30-22 tras un parcial de 8-0. Mientras, enfrente, la propuesta de los jugadores de Obradovic consistía en mover el balón hasta hallar a un francotirador desde el perímetro. Y allí estaba Punter, que hacía tres triples prácticamente consecutivos, a los que había que añadir otro de Dante. La ausencia anotadora de Musa y la línea de perímetro del Partizán marcaban la diferencia con la que se llegaba al descanso (44-48). Muchos puntos, lo previsible entre dos de los equipos con mejor ataque del torneo europeo.

El inicio del tercer cuarto mostraba una continuidad en los argumentos, pero pronto se vería que iba a ser el de las imprecisiones. Los dos equipos las cometían. Por momentos parecía que al Partizán parecía que se le acababa la pólvora desde el perímetro. Dos tiros libres de Deck dejaban el 64-63 al final del cuarto en el marcador e invitaban a la resolución de la partida en los últimos diez minutos de juego.

En esos minutos decisivos, las defensas apretaban cada vez más. Musa buscaba recuperar su protagonismo anotador de costumbre, pero con poca fortuna. Lessort (11 puntos) reclamó la atención y el balón, descuidando su principal faceta de reboteador. Pero lo que mantuvo con vida a los serbios fue su juego exterior. Punter convirtió una jugada de cuatro puntos (80-81) a dos minutos del final (triple más falta), evidenciando la noche aciaga de William Goss en la dirección blanca. El Madrid continúa arrastrando este déficit en el momento decisivo de la campaña. Tras un 2+1 de Deck a falta de 21 segundos de juego, el Madrid se ponía 87-86. Los serbios tenían 21 segundos. Y ahí, Punter se la jugó con Yabusele intentando pararlo infructuosamente. Fue una canasta abismal en el final de la partida que había planteado Obradovic. Jaque mate.