Fútbol

El divorcio de Florentino y Laporta: del idilio por la Superliga al despecho por el el caso Negreira

El presidente del Barcelona suspende la comida de directivas y el madridista clausura su viaje al Camp Nou como respuesta

Joan Laporta y Florentino Perez, con Bernd Reichart, en Madrid el pasado 16 de diciembre.

Joan Laporta y Florentino Perez, con Bernd Reichart, en Madrid el pasado 16 de diciembre. / EP

Fermín de la Calle

Hace tres meses Joan Laporta y Florentino Pérez comparecían juntos y sonrientes en el Hotel Ritz Mandarin de Madrid en la presentación de Bernd Reichart, CEO de A22, empresa promotora de la Superliga, del proyecto en presencia de ambos presidentes, días después de la opinión emitida por el Abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

La Superliga, coartada perfecta

Llamaba la atención la complicidad de ambos en un acto que se miró con recelo por parte de ambas aficiones. La buena sintonía de los blancos y los azulgrana, con estos últimos activando todas las palancas posibles para reflotar el club, no era muy habitual. Pero el interés común por sacar adelante la Superliga parecía una coartada suficiente para explicar unos gestos de complicidad nunca vistos, como que el propio Barcelona delegase en el representante del Madrid en alguna reunión con LaLiga.

Pero en los últimos cien días Florentino Pérez ha visto cómo sus dos socios se veían envueltos en escándalos deportivos que terminaban en los Tribunales. En Italia la Juventus fue sancionada el pasado 20 de enero por el ‘caso Plusvalías’. La Federación Italiana de Fútbol declaró al club turinés culpable de fraude en la investigación que confirmó que los dirigentes de la Vecchia Signora habían manipulado transferencias de jugadores derivándolas para obtener un enriquecimiento ilícito. Sanción de la FIGC que ha castigado a la Juventus con la pérdida de 15 puntos y la inhabilitación de sus dirigentes, entre ellos Andrea Agnelli (2 años) y el ex jugador y secretario técnico Pavel Nedvev (8 meses).

Caso Negreira, punto de inflexión

Y en España el 15 de febrero saltaba una noticia que ha terminado por crear una fractura irreparable entre Florentino y Laporta. El Barça desembolsó, según fuentes oficiales, 7.3 millones de euros al entonces vicepresidente del Comité Técnico Arbitral, José María Enríquez Negreira, entre 2001 y 2018, para "asegurarse que no se tomaban decisiones en contra del club, que todo fuera neutral. El FC Barcelona consideraba que se perjudicaba al equipo y se favorecía a otros equipos". 

La jueza admitía la acusación formal realizada por la Fiscalía en la que atribuye al club azulgrana, como persona jurídica, un delito continuado de corrupción en los negocios en el ámbito deportivo y señala a dos expresidentes del club, Sandro Rosell (2010-2014) y Josep María Bartomeu (2014-2020). La denuncia se dirige contra el Barcelona y contra cinco personas físicas. Además de Bartomeu, Rosell y Negreira, aparecen dos directivos más de la etapa de Bartomeu: el exdirector ejecutivo Óscar Grau y el exdirector de deportes profesionales Albert Soler.

Laporta suspende la comida de directivas

Y ante estas graves acusaciones, el club blanco decidió entrar en escena y se personó como acusación particular en la causa para disponer de toda la documentación que genere la investigación. Un movimiento que ha terminado de romper ese amor interesado que existía entre el dirigente madridista y el prócer culé. Hasta el punto que Laporta ha decidido suspender la comida de directivas para este clásico en Barcelona este domingo.

Decisión que ha sido contestada por Florentino Pérez suspendiendo su viaje a la Ciudad Condal, según adelantaba el diario El Mundo. El presidente no estará en el palco del Camp Nou junto a su socio de la Superliga, ausencia que ni siquiera se produjo cuando fue elegido presidente blanco y arrebató al Barça a Luis Figo.

El incidente llega en el peor momento, con la sentencia del TJUE sobre el posible monopolio de la UEFA en la Champions a punto de conocerse. Un encontronazo, el del Caso Noriega, que termina de destruir los cimientos del proyecto de la Superliga, en el que Florentino ha quedado muy disminuido tras los escándalos protagonizados por sus dos socios fundacionales. Gane quien gane esta noche en el Camp Nou, pierde la Superliga. El despecho, el mismo al que le canta Rosalía, cuyo disco Motomami publicitarán hoy los azulgrana en sus camisetas, ha terminado de romper el idilio de Florentino y Laporta.