El partido de segunda juvenil que disputaban el pasado domingo en el municipio zaragozano de Utebo el equipo local y el Atlético Ranillas fue suspendido en el minuto 69 por insultos racistas. Así lo registró el colegiado del encuentro, Alejandro Esteban Gallego, en el acta del mismo y así lo denunció el club afectado, el visitante, que el mismo domingo por la tarde envió un escrito a la Real Federación Aragonesa de Fútbol solicitando una "sanción ejemplarizante" con el objetivo de que una situación así no se repita nunca más.

El árbitro reflejó así lo sucedido: "En el minuto 47 escuchó insultos racistas hacia un jugador visitante: “Puto chino, a ver cuándo abres el bazar” por parte de aficionados identificados con ropa del club local. Decido avisar al delegado del club local parando el juego para que dé aviso a la grada local. El delegado local avisa al presidente del club local, dando este las indicaciones a la grada, de animar al club y no meterse con nadie. En el minuto 69 con 49 segundos suspendo de manera definitiva el partido debido a que los insultos no cesan en esa zona de la grada, con indumentaria del club local, llegando a hacer “sonidos de mono” “oh oh oh oh”. El partido hasta la suspensión va con el resultado 4-1 a favor de local".

El Atlético Ranillas explica en su comunicado que el equipo afectado, su juvenil B, es un grupo del que se siente especialmente orgulloso por los valores que comparte y transmite con la entidad, al estar formado por jugadores y técnicos de ocho nacionalidades distintas. "Creemos que son situaciones lo suficientemente graves como para desde estas líneas emitir un comunicado de repulsa absoluta por los hechos acaecidos y ponernos de frente con toda la honestidad del mundo ante lo que consideramos un ataque injustificado e impropio de una sociedad como la que nos ocupa", señala el club.

El relato

"El árbitro ya refleja en la primera parte que hay insultos procedentes de un grupo que identifica como otro equipo del club local. Eran los que habían jugado el partido anterior. En la segunda parte tiene que suspender el partido porque se escuchan los sonidos simiescos que, por desgracia, tan de moda se pusieron en el fútbol español", relata Jorge Pérez, director deportivo del Atlético Ranillas. En primera instancia, el colegiado notificó la situación al delegado de campo y el presidente del Utebo se dirigió al grupo que profería los insultos para pedirles que acabaran con esa actitud.

Para Jorge Pérez se trata de una "situación inadmisible" que supone una oportunidad para que la RFAF tome cartas en el asunto. "El principal afectado, además de los chavales, es el buen nombre del deporte aragonés", indica el director deportivo del Atlético Ranillas, para quien lo más grave fue la reacción del rival. "El hecho en sí es gravísimo, porque estamos hablando de un equipo de chavales de 16 y 17 años, pero me pareció aún peor que los responsables del Utebo lo justificaran diciendo que nos interesaba suspender el partido por el resultado (4-1 a favor de los locales). Nuestros valores están muy por encima de los resultados. No solo no lo condenaron sino que llegaron a decirnos que eso no era racismo, que racismo hubiera sido no dejarles entrar al campo".

El juvenil B del Atlético Ranillas está integrado por jugadores de hasta ocho nacionalidades. "Por desgracia en el día a día sufren episodios racistas pero no en este extremo, esto no es habitual", indica Jorge Pérez, que pide una sanción ejemplar. "No tanto contra el club como a los propios jugadores que los profirieron. Si hubieran sido de nuestro club dejarían de pertenecer al mismo de manera inmediata".

El procedimiento

Por su parte, al Real Federación Aragonesa de Fútbol está pendiente de recibir el acta del partido y las alegaciones a la misma si las hubiera. El miércoles se reunirá el Comité de Competición del Fútbol Base para estudiar tanto el acta como las posibles alegaciones y el jueves se conocerá la resolución. A partir de ahí se abriría un periodo de alegaciones. "Si la decisión es reanudar el partido no nos presentaremos, no podemos hacer pasar a los chavales por ese trago, asumiendo todas las consecuencias que se deriven", concluye Jorge Pérez.