El Atlético se ha convertido un equipo irreconocible. Sin alma, con una defensa de papel y una delantera mediocre en la que Morata falla más ocasiones de las que marca. En Brujas fueron superados por un jugador en estado de gracia, Ferran Jutglà, y un campo caliente que recuerda al entrañable Calderón. Los de Simeone salieron esquilmados de Bélgica, pero al menos se vieron favorecidos por el triunfo del Oporto ante el Leverkusen.

Griezmann es al tiempo la bala de plata de Simeone y el termómetro que delata la temperatura de los partidos grandes. De los nueve encuentros que ha jugado en Atlético esta temporada, en todos saltó al campo pasada la hora salvo frente al Real Madrid. En el derbi fue titular. Y en el Jan Breydel de Brujas volvió a estar entre los once elegidos. Partido, por tanto, de tronío en el que los rojiblancos se jugaban su futuro en el grupo y mucho en lo económico porque estar en octavos es innegociable para las arcas rojiblancas. Las mismas que deben pagar el sueldo del francés o su traspaso. 

Sostiene Kasparov que "las piezas en el ajedrez valen lo que los ajedrecistas quieran que valgan". Y en el Atlético los centrales son para Simeone las torres sobre los que edifica toda su fortín. Desde que puede alinear a Savic con Giménez el equipo ha recobrado cierta naturalidad táctica con Reinildo blindado el carril, Witsel ordenando la medular y Marcos Llorente pisando área. Pero enfrente asomaba un equipo efervescente plagado de futbolistas 'modernos' de físico exuberante y pies de terciopelo. A lo que el exazulgrana Jutglà, quien le hace tilín a Luis Enrique.  

Perdona Morata, marca Sowah

La primera radiografía mostraba al entusiasmo local acorralando a los del Cholo, con Vanaken gobernando el centro del tablero ante Witsel. El Brujas se desplegaba con audacia al ataque dejando espacios atrás y Simeone se relamía. Sin destaparse atrás los rojiblancos comenzaron a contragolpear, suerte en la que agonizan placenteramente porque nadie disfruta tanto sufriendo como el Atlético... Incluso pudo adelantarse si Morata no hubiera fallado ante Mignolet un mano a mano de esos que desperdicia de forma ya casi recurrente. Eso espoleó a los belgas, que minutos después festejaban cómo Sowah remachaba a la red una gran jugada de Jutglà.  Malas sensaciones al descanso.

Arrancó con susto la segunda parte, tras una mano milagrosa de Oblak a una volea de Jutlà. Simeone cambiaba de rotweiller en la medular poniendo a Kondogbia y retrasando como central a Witsel, algo que el equipo agradeció porque el balón cambió de pies. Pero goteaban los minutos y el Atlético seguía exhibiendo un fútbol lánguido y perezoso que no generaba ocasiones. Y entonces volvió a aparecer Jutglá, que ante la pasividad de hasta seis defensores atléticos, tiró una pared a Buchanan al borde del área y clavó el latigazo en la red. Empujó con más empeño que talento y Cunha sacó un penalti infantil a Nielsen que Griezmann estrelló en el larguero. Nada salía bien, ni siquiera el gol que anotó segundos después y se anuló por fuera de juego irrebatible. El Atlético terminaba quemado en la hoguera del Brujas confirmando su estado depresivo esta temporada.

Ficha: Brujas 2-Atlético 0

Brujas: Mignolet; Odoi, Mechele, Sylla (Sandra 88'), Buchanan (Balanta 77); Nielsen, Onyedika, Vanaken; Meijer (Sobol 77'), Jutglà (nusa 85') y Sowah

Atlético: Oblak; Nahuel Molina, Savi, Giménez (Kondogbia 46'), Reinildo; Marcos Llorente (Correa 32'), Witsel, Koke, Carrasco (Joao Félix 80'); Griezmann y Morata (Cunha 64'). 

Goles: 1-0, Sowah (min.36), 2-0, Jutglá (min.62)

Árbitro: Istvan Kovacs, de Rumanía. Amonestó a Simeone, Odoi, Onyedika, Reinildo, Savic, Buchanan, Mignolet y Sylla

Estadio: Estadio Jan Breydel.