Comparece Nadal en rueda de prensa de forma muy diferente a todas las anteriores en que se ha clasificado para la final de Roland Garros. La lesión de Alexander Zverev, que le ha obligado a retirarse, le ha dejado aturdido y con semblante triste. Por eso, en el día de su 36 aniversario, no expresa ningún gesto de euforia ni de felicidad, al menos exteriormente. “No es fácil hablar de lo que ha ocurrido. Espero que no sea nada malo. Sascha luchaba por su primer Grand Slam y siento mucho lo que le ha pasado”, fueron sus primeras palabras inmediatamente después de pasar por el box del alemán, donde le estaban realizando radiografías para conocer el alcance de su lesión.

El finalista por decimocuarta vez en Roland Garros negó que hubiera tenido un bajón en el inicio del segundo set. “Empecé rompiendo el servicio de Sascha, pero ha sido una pena no lograr el 2-0 que me hubiera permitido gestionar mejor el partido y con el 1-0 y 40-15 se me ha ido una paralela y me ha hecho break. A partir de ahí he estado mal y uno tiene que asumir sus limitaciones actuales. Llevo tres meses que no he entrenado. Me he intentado mantener en el partido y estaba en mejor posición al final del set porque he tenido un poco más de energía. Después ha pasado lo que ha pasado”, señaló el mallorquín.

Sobre sus sentimientos por haberse clasificado para su decimocuarta final en París y qué tiene que mejorar para levantar de nuevo la Copa de los Mosqueteros, comentó: “No estaba sacando mal, pero las condiciones eran muy pesadas. Cuando he ido a calentar por la mañana ya ocurría y luego se ha agravado con la lluvia. La pelota no cogía los efectos que coge en esta pista y había que sufrir mucho más para hacer daño. Los golpes no creaban el efecto y la sensación de que el otro puede fallar la pelota. La gente se cree que las condiciones lentas para los especialistas de tierra son positivas, y no es verdad”. “Podría haber estado mejor, pero no puedo recriminarme nada. Tras los últimos meses, estar en la final es un éxito importante y significa muchísimo”, añadió.

¿Qué le ha sorprendido más, meterse en la final de Australia o en la de Roland Garros? “Me sorprende más la final de Australia. Estamos en Roland Garros y, pese a que la preparación ha sido escasa, es el torneo en el que he tenido más éxito de mi carrera. Sabes que si eres capaz de avanzar rondas, siempre tienes la esperanza de que en cualquier momento puede llegar la inspiración. No era un claro favorito este año por los resultados previos, pero el deporte cambia muy rápido y tenía que estar preparado por si llegaba la oportunidad”.

"Me sorprende más haberme metido en la final de Australia que en Roland Garros porque en este torneo es donde he conseguido los mayores éxitos de mi carrera"

No cree Nadal que el partido de este viernes haya sido el más complicado que ha disputado en Roland Garros. “Recuerdo una semifinal con mucho viento ante Federer. En la final de 2014 ante Novak (Djokovic) había mucha humedad, pero la bola era más viva que hoy. Las condiciones no eran ideales para mí, pero es una de las cosas bonitas de nuestro deporte, días de calor, de frío, de lluvia, y hay que intentar sacar el máximo rendimiento”, ha comentado.

Bebiendo agua continuamente de una botella, respondió a la última pregunta: ¿Si pudieras elegir entre un pie nuevo a cambio de perder la final del domingo con qué te quedarías? Nadal no ha dudado ni un momento: “Acepto porque un pie nuevo me permite ser feliz en el día a día. Ganar te llena de adrenalina, pero la vida es más importante que cualquier título. Tengo una vida por delante y en el futuro me gustaría poder jugar con mis amigos deporte amateur. Tener dolor a diario o no, te cambia la vida”, respondió tajante.

Por último, desconoce si ha vivido su semana más exigente en los 17 años que hace que acude al torneo. “Es verdad que el sorteo era difícil, pero has de hacer tu camino. Al final han llegado a las rondas finales los que tenían que llegar, Djokovic y yo nos enfrentamos en cuartos, como estaba previsto, y el número 3, Zverev, ha llegado a semifinales”, concluyó.