El ciclista británico Mark Cavendish (Quick Step) logró la victoria en la tercera etapa del Giro de Italia, la últnto Mathieu Van der Poel.nico Simon Yates (BikeExchange) y el también neerlandés Tom Dumoulin, a 16. El primer español es Pello Bilbao, noveno, a 29 segundos.

Todos los deportes tienen mitos, leyendas que van engrandeciendo gracias a los triunfos. Mark Cavendish, sin duda, es uno de los mejores velocistas de todos los tiempos. Su nombre siempre quedará inscrito en las páginas de oro del ciclismo como un esprínter sensacional, en su juventud y ahora en su madurez, con una victoria en el Giro de Italia a solo 13 días de cumplir los 37 años, cuyo cumpleaños deberá celebrar subido a la bici y corriendo una ronda italiana que este domingo abandonó tierras húngaras para regresar a su lugar de origen.

Una suerte inmensa tuvo el Giro porque el triunfo de Cavendish fue la mejor respuesta a una tercera etapa de las que invitaban a la siesta, donde era difícil mantenerse despierto ya que no sucedía nada; una escapada permitida y los ciclistas hablando entre ellos y haciendo unas risas. Y así durante casi 200 kilómetros por carreteras húngaras buscando una de las orillas del lago Balatón, reclamo turístico del país y el mayor de los existentes en la Europa central.

El magnífico kilómetro final

La etapa se resumió en una magnífica recta final de un kilómetro con los padres y madres de los corredores cerrando los ojos porque al menor descuido, a 60 kilómetros por hora, si se producía una caída podía tener consecuencias funestas. Pero como equilibristas, los lanzadores se pusieron en acción por Cavendish, por Fernando GaviriaCabel EwanArnaud Démare y hasta el líder, Mathieu van der Poel, que cambió la 'maglia rosa' por el mono de trabajo en favor de Jakub Mareczko, al que perdió por el camino en la confusión provocada por la tremenda velocidad. Nadie se fue al suelo. Habría sido una injusticia. Aparte del dolor físico de los accidentados hubiese supuesto un crimen al quitar brillo al único instante de verdadera calidad del día.

Cavendish sumó su 16ª victoria en el Giro, aunque no mojaba desde 2013. Fue el triunfo 160 en su palmarés y sobre todo evidenció que los viejos guerreros nunca mueren. Ya se vio el año pasado en el Tour de su regreso, después de plantearse durante el año de la pandemia la retirada del ciclismo. Brilló como en sus mejores épocas en la ronda francesa hasta el punto de que igualó los triunfos de Eddy Merckx en la Grande Boucle. Y si no superó las 34 victorias de 'El Caníbal' por los territorios del Tour para mantener el empate fue porque Wout van Aert se empeñó en proteger al gran mito de su país al imponerse por sorpresa en la meta de los Campos Elíseos de París.

La hora del Etna

El miércoles volverá a tener una nueva oportunidad en Sicilia, adonde este lunes se traslada la carrera desde Hungría. Este lunes no hay competición, aunque la jornada haya sido considerada como de traslado más que de descanso puesto que la caravana de la prueba vuela hacia Italia. La mayoría de los auxiliares de los equipos se quedan en Hungría puesto que el miércoles comienza la ronda por etapas del país y una nueva estructura de mecánicos y masajistas ya aguardan a los corredores del Giro en hoteles de Catania.

El martes se verá si Van der Poel es capaz de retener el jersey rosa en sus espaldas porque tendrá una dura prueba entre los mares de lava que rodean la ascensión al volcán Etna. No está acostumbrado a los ascensos largos como los 22 kilómetros que le esperan en Sicilia, aunque la subida al Etna es más larga que complicada. El fenómeno neerlandés ha afirmado que quiere acabar el Giro, que no piensa por ahora en el Tour y sobre todo que desea conocer sensaciones a la hora de enfrentarse a un Mortirolo o una Marmolada.