Era de nuevo el partido más esperado de la jornada matutina y el único duelo fratricida del día. Carlos Alcaraz se medía a su amigo Jaume Munar, 101 del mundo, sabiendo que en esta ocasión el ranking no era garantía de nada. El triunfo del murciano llegó en poco más de una hora por un doble 6-3.

Como de costumbre, el murciano saltó a la pista central Rafa Nadal muy concentrado y con la lección aprendida. Necesitaba superar los octavos de final lo más rápido posible para llegar al partido de cuartos de la tarde lo más entero físicamente posible.

No podía repetir el episodio de su debut ante el surcoreano Soonwoo Kwon, que le llevó al tercer set, así que intentó solucionar el duelo lo antes posible.

El primer set estuvo marcado por la igualdad hasta que en el sexto juego Alcaraz consiguió romper el servicio de su compatriota. Fue a partir de ahí cuando Munar bajó la intensidad afectado mentalmente tras haber resistido hasta ese momento.

Segundo set más exigido

Buena parte del trabajo estaba hecho, pero nada de confianzas esta vez. Arrancó el segundo set con un nuevo 'break', pese a que Munar oponía resistencia. Ya avisó Alcaraz que no sería un rival fácil y menos jugando en Barcelona.

Pese a que Munar exigió al murciano y nunca le dejó 'pasearse' en la pista, la rotura del primer juego fue suficiente para llevarse el duelo de octavos de final e irse a descansar para afrontar unas horas después nada menos que lo que se ha definido como la final adelantada del torneo con el duelo entre el murciano y el ganador del partido entre el griego Stefanos Tsitsipas y el búlgaro Grigor Dimitrov.