El pasado mes de octubre se acumularon por doquier los titulares que aseguraban que el Newcastle United se acababa de convertir en el club más rico del mundo. Y en cierto modo era cierto, pues el fondo soberano de Arabia Saudí que adquirió el histórico club inglés cuenta con mayor capital que cualquier otro propietario del mundo, alrededor de 320.000 millones de euros. Con el respaldo de esa fortuna y la garantía de gozar de la cobertura de una monarquía absoluta, el mundo del fútbol en general y los aficionados del Newcastle en particular creyeron estar ante el comienzo de un megaproyecto que en poco tiempo pudiera competir de tú a tú con los grandes clubes de la Premier League y en última instancia de toda Europa.

De paso, y eso ayudó a hacer de tripas corazón ante la realidad de pasar a ser propiedad indirecta de una dictadura misógina, homófoba e integrista, los seguidores del Newcastle se quitaron de encima a Mike Ashley, propietario desde 2007, que hace años que estaba llevando al club a una deriva de mediocridad, incluyendo los dos primeros descensos (en 2008 y 2015) desde 1989.

Mbappé, Haaland...

Los primeros rumores, alentados por la prensa más amarillista de Reino Unido, dibujaban alineaciones faraónicas, especulando con la posibilidad de que Kylian Mbappé, Erling Haaland, Paul Pogba, Raheem Sterling o Jules Koundé recalaran a corto o medio plazo en St. James' Park e imaginando un banquillo en el que las órdenes las diera Zinedine Zidane, Antonio Conte o Diego Pablo Simeone.

La realidad, sin embargo, es muy distinta tres meses y un mercado de fichajes después. Pese a que el Newcastle ha sido el club que más dinero ha gastado en todo el mundo durante el mes de enero, ha sido incapaz de atraer talento de primer nivel. Ni siquiera de un segundo nivel, pues desde Inglaterra se informó de ofertas por jugadores como Diego Carlos, Álvaro Morata o Ousmane Dembélé que fueron rechazadas.

La inversión total realizada por las 'Urracas' en este mercado ha sido de 102,1 millones de euros, según los datos recopilados por el portal Transfermarkt. La operación más cara ha sido el fichaje de Bruno Guimaraes (42 kilos), un centrocampista brasileño con cierto caché internacional procedente del Olympique Lyonnais francés.

El nombre más destacado, no obstante, es el de Kieran Trippier, por el que han pagado alrededor de 15 millones de euros al Atlético. En este caso, el Newcastle se aprovechó de la voluntad del lateral de regresar cuanto antes a Inglaterra y del escaso interés de los principales clubes de la Premier para reforzar esa parcela del campo ahora mismo.

Perfil medio-bajo

Completan la lista de adquisiciones Chris Wood, delantero neozelandés de 30 años que suma tres goles con el Burnley este curso y por el que el Newcastle ha pagado 30 millones; Dan Burn, central de 29 años que lleva apenas dos y medio en la Premier en las filas del Brighton que les ha costado 15 kilos; y Matt Targett, lateral izquierdo de 26 años que llega cedido por el Aston Villa, tras el fichaje de Lucas Digne por el conjunto de Birmingham.

El choque entre expectativa y realidad es más que evidente, por mucho que estos cinco fichajes vayan a elevar con total seguridad el nivel de la plantilla del conjunto del norte de Inglaterra. Algo que necesitan de manera imperiosa, dado que continúan anclados en los puestos de descenso a Championship, de los que prácticamente no han salido en toda la temporada.

Esa incapacidad del Newcastle para acceder a contrataciones a la altura de su presupuesto real ya se visibilizó cuando despidieron a Steve Bruce, su anterior entrenador, a finales de octubre. Se barajaron varios nombres de técnicos de primer nivel y el elegido fue finalmente Unai Emery, con caché en la Premier tras su paso por el Arsenal y con la vitola de haber llevado meses atrás al Villarreal a ganar la Europa League.

La oferta económica que recibió el técnico donostiarra fue importante y tentadora, pero la acabó rechazando. Al fin y al cabo, suponía dejar a mitad de curso a un equipo de Champions para tomar los mandos de uno que penaba en las posiciones finales de la tabla en la Premier.

Peligro de descenso

El Newcastle acabó contratando entonces a Eddie Howe, que estaba en paro tras haber descendido con el Bournemouth la temporada anterior. Es un entrenador con solera en Inglaterra, dado que tomó los mandos del modesto equipo en 2012 en League One (la tercera categoría) y consiguió subirlo a Premier por primera vez en su historia y sumar cuatro permanencias seguidas, pero está lejos de ser un técnico de prestigio internacional.

El fútbol, en definitiva, le ha reportado un baño de realidad y humildad a Arabia Saudí. El proyecto megalómano llegará tarde o temprano, pero de momento el Newcastle es un club sin excesivo poder de atracción que está en zona de descenso con apenas 15 puntos (dos victorias y nueve empates) en 21 partidos.

Los jugadores contratados este mes deberían bastarle para salir del pozo y arrancar un nuevo proyecto en verano, pero la amenaza del descenso a Championship es más que real. Y ahí habría que ver cuál es la postura que adoptada una propiedad regentada por una dictadura, por definición poco acostumbrada a que las circunstancias externas decidan por ella.