En enero del 2018 Simone Biles explicó que había sido víctima de los abusos de Larry Nassar, el médico del equipo estadounidense de gimnasia condenado a décadas de cárcel por abusar de al menos 265 niñas. El año pasado la gimnasta cargó contra la Federación por intentar evitar una investigación independiente para castigar a los que conocían los abusos de ese depredador sexual. Una Federación a la que dio su última medalla olímpica en Tokio en barra de equilibrios, tras renunciar a las otras finales para priorizar su salud mental. Este miércoles ha roto a llorar al declarar ante el Senado sobre los abusos de los que fue víctima y cargar contra la inacción de la Federación y el Comité Olímpico de EEUU.

Larry Nassar, durante el juicio.

"Creo sin atisbo de duda que las circunstancias que llevaron a mi abusos y permitieron que siguiera son resultado directo del hecho que las organizaciones creadas por el Congreso para protegerme y cuidarme como atleta, la Federación y el Comité, fallaron a la hora de cumplir su trabajo", sentenció en su intervención que tuvo que interrumpir por las lágrimas. "No quiero que otra joven gimnasta, atleta olímpica o cualquier persona tenga que sufrir el horror que yo y cientos de otras hemos tenido que pasar antes, durante y hasta el día de hoy. Para ser clara culpo a Larry Nassar y también echo la culpa a todo el sistema que permitió y perpetró ese abuso. USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense sabían que estaba sufriendo abusos por parte del médico oficial del equipo mucho antes de que yo supiera que lo sabían".

Ese comité del Senado quiere aclarar por qué la oficina del FBI en Indianápolis -donde tiene la sede la Federación de Gimnasia- respondió de manera inadecuada y lenta a las primeras acusaciones de abuso sexual contra Nassar, lo que permitió al exmédico seguir cometiendo los abusos.

Además de Biles, este miércoles también han testificado otras atletas víctimas de Nassar: McKayla MaroneyMaggie Nichols y Aly Raisman. En mayo de 2015, Nichols confesó a su entrenadora que el doctor del equipo, Larry Nassar, la había agredido sexualmente. Entonces el presidente de la federación, Steve Penny, les aseguró a ella y a sus padres que iniciaría una investigación interna, y que reportaría la acusación al FBI; todo lo que obtuvieron de la USAG, sin embargo, fue el silencio y los abusos siguieron, como han asegurado Maroney, Nichols, Raisman y Biles. Esta última ha explicado que aunque Nichols le contó en 2015 a su entrenadora que sospechaba que Simone también había sido víctima de abusos, el FBI no se puso en contacto ni con ella ni con sus padres hasta después de los Juegos de Río-2016, donde Biles conquistó cinco medallas.

"Las cicatrices siguen con nosotras"

En una reciente entrevista con la revista Vogue, Biles reveló que, cuando se aplazaron durante un año los Juegos Olímpicos de Tokio, se sintió "destrozada" por la perspectiva de tener que pasar un año más con la federación estadounidense de gimnasia. Simone ha relatado que "las cicatrices siguen con nosotras", que "los impactos de estos abusos nunca se superan ni olvidan" y cómo afectaron a su preparación de los Juegos de Tokio. "El aplazamiento hizo que fuera al gimnasio y a terapia con el recuerdo diario de este hecho 365 días más. Una de las cosas que me ayudaba a seguir adelante cada día era no hacer que este caso fuera ignorado. Fue una carga muy pesada que llevar".

Biles es una de las 140 deportistas que han presentado una denuncia contra el Comité Olímpico Estadounidense y la Federación de gimnasia de su país. Tras su comparecencia Dick Durbin, en representación del comité judicial del Senado, ha agradecido el valor de las cuatro atletas. "Gracias por su testimonio, ha sido histórico, y marcará una diferencia en la vida de muchas personas que lo están viendo. No tienen que esperar para que los jueces pongan sus notas, han sacado todas medalla de oro en la causa de la justicia".