El holandés Max Verstappen (Red Bull) se anotó este domingo el lluvioso y esperpéntico Gran Premio de Bélgica, el duodécimo del Mundial de Fórmula Uno, que, tras varias interrupciones y aplazamientos, se disputó a sólo dos vueltas -en lugar de a las 44 previstas-, por detrás del coche de seguridad, valorándose sólo la mitad de los puntos.

Spa sorprendió con cinco horas de incesante lluvia que truncó el inicio programado para las tres de la tarde. El retraso de tres horas trajo sin embargo un ensayo de a uno por la pista igual de mojada y con la misma poca visibilidad de horas antes.

Sin embargo, según el reglamento, el reparto de puntos, a la mitad en todos los casos, ya era factible dando la carrera como disputada. Así, Verstappen fue vencedor por sexta vez esta temporada y sumó 12.5 puntos, para quedarse a tres puntos del líder del Mundial, un Lewis Hamilton (Mercedes) que fue tercero.

El también británico George Russell fue segundo, dando el primer podio a Williams, además de nueve puntos. Las posiciones las marcó la parrilla de salida confeccionada el día anterior, clave este domingo en la carrera más corta de la historia de la Fórmula 1. El panorama no invitaba a un final feliz, aunque mucha afición congregada en Spa no perdió la esperanza bajo la lluvia.

Antes de las tres de la tarde, el choque de Sergio Pérez (Red Bull) en las vueltas de calentamiento fue el primer aviso. La bandera roja parecía cosa de minutos, pero media hora después trajo una suspensión de tres horas, durante las cuales la visibilidad siguió siendo nula, para un desenlace bastante artificial.

En cuanto a los españoles, Fernando Alonso (Alpine) no entró en la zona de los puntos, mientras que Carlos Sainz (Ferrari) sumó medio. Un botín del que no sacará pecho nunca, como seguramente el resto de compañeros de una carrera que no se disputó.