Javier Cienfuegos se convirtió este lunes en el primer español que se clasifica para una final olímpica de martillo gracias a un lanzamiento de 76,91 metros que le dio el séptimo puesto en el conjunto de los dos grupos de calificación.

Hace dos años, en Doha, Cienfuegos ya fue séptimo en su primera final mundialista con una marca de 76,57 metros, un resultado que él mismo se calificó con un 9,9 y, sacudido el complejo que pudiera tener en grandes campeonatos, ya se ve peleando con los mejores.

El extremeño, plusmarquista nacional con 79,38, hizo aquí un concurso en progresión: empezó con un tiro de 72,76, continuó con 75,56 y cerró con 76,91.

El campeón de España ha ganado en capacidad física y técnica para situarse muy estable en las cercanías de los 80 metros, la marca a partir de la cual se obtienen los éxitos internacionales.

Venía de conseguir en Getafe su undécimo título de campeón de España con 76,01, ligeramente por debajo de la marca que esperaba. Le costaba "que el martillo vuele", pero asegura que este año estaba entrenando mejor que en 2019.

El miércoles próximo Cienfuegos estará en la lucha por las medallas, a partir de las 20.15 locales (13.15 peninsular española).