Paso adelante del CD Tenerife a la hora de respetar su historia y a aquellos que la han forjado dentro y fuera del terreno de juego. Ayer, en el día de su 78 cumpleaños, Alberto Molina recibió el reconocimiento Leyenda Blanquiazul, por su trayectoria en el club insular, de manos del presidente Miguel Concepción. En el acto estuvieron también presentes la vicepresidenta Milagros Luis Brito y el consejero Juan Manuel Quintero, que agasajaron al jugador que más veces ha vestido la camiseta del representativo en sus casi centenaria existencia.

Alberto Molina Navarro nació en Las Palmas de Gran Canaria un 7 de abril de 1943 “por error”. Eso sostiene él, que llegó “siendo un niño” a la Isla y desarrolló toda su carrera en el mismo equipo. Jugó un total de 413 encuentros en el CD Tenerife y siente al equipo “como si fuera mi partido político o mi religión”. En sus 13 temporadas como blanquiazul las vio “de todos los colores” porque vivió en sus carnes un injusto descenso a Tercera, la recuperación de la categoría en 1971 y hasta el éxito que supuso la eliminación del Real Madrid en la Copa 1975/1976.

Se retiró, precisamente, a la conclusión de esa campaña y recibió un partido de homenaje, ante la UD Las Palmas, su club de procedencia, en el que se había formado. En los prolegómenos de aquel encuentro amistoso, el entonces presidente Julio Santaella, Colo, le impuso la Insignia de Oro y Brillantes. Además, el presidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol, Vicente Álvarez Pedreira, le hizo entrega de la Medalla de Oro al Mérito Deportivo. La grave lesión que sufrió años antes le acompañó en el final de su carrera y fue, luego, fiel reflejo de la entrega a unos colores.

Han pasado 44 años desde su retirada y todavía conserva ese registro, al que se acercaron Toño Hernández y Felipe Miñambres durante sus etapas como jugadores del Tenerife. En activo, el más cercano es Suso Santana. El actual capitán necesitaría disputar 79 partidos más para alcanzar a Molina en la cima. “Es un orgullo para mí haber jugado tantos encuentros”, ha declarado un Molina visiblemente emocionado cuando recibió la distinción como leyenda blanquiazul, algo que “no esperaba” y que se toma “como un regalo” del club de su vida. “Tengo una muy buena relación con el presidente. Sé que Miguel Concepción es una persona cercana y le agradezco este detalle que ha tenido conmigo”, expuso dejando claro que prefiere “al Tenerife que a la selección mundial” porque lo siente “dentro, en el corazón”.

Mientras, el máximo mandatario del club insular recordó que Molina “lo ha dado todo como deportista” y que merece el reconocimiento por “el sentimiento de arraigo” que tiene con el Tenerife, llegando a pedir que las nuevas generaciones tomen “como ejemplo” esa trayectoria. “Con estos pequeños detalles nunca le recompensaremos lo suficiente todo lo que ha dado”, señaló Concepción que consideró “ de justicia” este premio.

Habrá otros reconocimiento

Alberto Molina no será el único que reciba la consideración de Leyenda Blanquiazul, una iniciativa que pone de relieve la nueva línea de respeto a la historia del club que se imponea las puertas del centenario. Pronto estará bien acompañado. Además, para este mes está previsto el inicio del foro Ángel Arocha, precisamente centrado en la figura de este mítico exjugador del Tenerife, en su primera cita. Con la presencia de un profesional como Juan Galarza, en el departamento de Proyectos Históricos, y el impulso de la vicepresidenta Milagros Luis Brito, se conocerán en próximas semanas otro tipo de apuestas llamativas en este sentido.