En una situación deportiva por debajo de las expectativas iniciales y con más cambios de los deseados y esperados en su plantilla, no corren buenos tiempos para el Salud Tenerife. Especialmente en lo que a su economía se refiere. Una mala planificación y posteriores errores en cierta documentación han llevado a la entidad capitalina a “una situación muy complicada”, tal y como admite su propia directiva.

“Es verdad que en diciembre se tuvo que hacer una serie de reajustes derivados de la situación económica. Entendimos que, por determinadas circunstancias, era preferible llegar a un acuerdo con varias jugadoras para la rescisión del contrato, mientras que otras solicitaron la baja voluntaria. Hubo bastantes cambios, más de lo que hubiésemos deseado”, comenta uno de los responsables del club.

Momento crítico acrecentado al no haber recibido la entidad chicharrera la subvención anual que el Cabildo de Tenerife otorga a los “clubes de categorías absolutas de competiciones oficiales no profesionales de ámbito nacional”. “Tuvimos un problema con la salida del ERTE de las antiguas jugadoras y eso provocó que los certificados de estar al corriente con la Seguridad Social figuraran como negativos”, explica la directiva, que admite como “error propio” el no haber cumplido con las bases de una convocatoria que expiró el pasado 31 de enero y que hubiera reportado a la entidad más de 200.000 euros. “Ya está todo solventado y el Cabildo, que siempre ha mostrado una gran predisposición, tiene fe de ello, pero...”, añaden sobre un trámite que, de haberse cumplido “habría solventado “con creces la deuda del club”.

Con algunas jugadoras denunciando públicamente su malestar con la entidad y un reciente artículo en una web nacional (DeporteCienporCien) en el que habla de problemas que se reproducen en el tiempo, en el Salud Tenerife no esconden que la mala fama puede convertirse en una etiqueta difícil de quitar. Más ahora cuando su presencia en la élite amplifica los problemas. “Es algo que nos acompaña desde hace varias temporadas, pero esa mala fama es a veces merecida y en otras ocasiones no. Como todo. Hay que tener una imagen real de lo que está pasando exactamente. Quedarse solo con las declaraciones de determinadas jugadoras con las que ha habido situaciones complicadas es muy fácil, aunque están en su derecho de reclamar públicamente. Lo que nos gustaría es que también se hicieran eco de las declaraciones de jugadoras que están en una situación totalmente contraria. “, argumentan los responsables de la entidad isleña.

Así, a la primera baja solicitada por Stephania Oliveira para irse a jugar a Italia, se han sumado varias más, “algunas con acuerdo bilateral, y otras porque pidieron la baja voluntaria”. Son los caso de Magda Cazanga -se ha pedido su tránsfer desde Francia-; Tamis Anselmo, que se ha vuelto a Brasil; la rusa Tatiana Khmyrova, también de regreso a su país; así como las gemelas Alma y Agustina Jaen, que se han marchado a tierras peninsulares. Mientras, el club espera que Joana Da Costa pueda “terminar de tramitar su visado y se abran las fronteras con Angola”. “La necesitamos”, apostillan.

Pese a la delicada situación, en el club son optimistas ya que aseguran todo se encuentra “en vías de solución”. “Es verdad que ha habido retrasos con algunas jugadoras con las que se ha llegado a un acuerdo, incluso con aquellas a las que se les rescindió el contrato, pero en cambio otras se fueron con todo cobrado”, comenta uno de los responsables del Salud. “Estimamos que en menos de un mes podamos tener resuelta la situación y podremos cumplir. Pero es verdad que el tiempo apremia y entendemos la situación de las jugadoras”, añade la misma fuente.

Tras la llegada de la lateral lituana Kniubaite Audinga, este curso “no habrá más movimientos” en el Salud “salvo que se den las circunstancias económicas y deportivas adecuadas”. Se aprietan el cinturón, pues, en el club del barrio alto capitalino para tratar de que “al proyecto sea sostenible” hasta final de temporada. “Hicimos un presupuesto sin tener en cuenta que esta pandemia se alargaría tanto en el tiempo, ni sabiendo que no íbamos en percibir ciertas cantidades públicas y privadas. El tiempo nos ha enseñado, hicimos autocrítica y en diciembre nos pusimos manos a la obra; quizá tarde, pero nos dimos cuentas de que había cosas que cambiar, y es lo que hemos hecho”, explican a modo de arrepentimiento. “Tenemos claro que la imagen del club no es buena, y trabajaremos para limpiarla. Hemos sido nosotros los que hemos errado, y trabajaremos para cambiarlo”, concluyen.

Gijón, última oportunidad

Visita esta tarde el Salud al Liberbank Gijón, actual cuarto clasificado y que marca la frontera para que el Salud pudiera soñar con meterse en el grupo que peleará por el título en la segunda fase. “Salvar el año en lo económico es la premisa de la directiva, pero en lo deportivo se mantiene la ilusión de competir partido a partido. Las chicas han dado un paso adelante, ahora son mucho más solidarias, hay mucho más conjunto. Tienen un nivel de intensidad altísimo en los entrenamientos y en los partidos y estamos bastante contento con ellas. Nuestra ilusión sería llegar a esa cuarta plaza pero sabemos que para ello debemos ganar todos los partidos que nos quedan”, comentan en el Salud con cierta dosis de realidad. Cuatro son los encuentros que le restan a las isleñas, con seis puntos menos que el Liberbank, al que solo le restan dos compromisos más. “Si no lo logramos queremos pensar que el equipo no correrá peligro, pero sabemos que no podemos relajarnos”, advierten desde el club.