El club tinerfeño de natación avanza con relativa normalidad hacia los Juegos Paralímpicos de Tokio, ya con una plaza segura para Michelle Alonso, el desafío pendiente de alcanzar la marca mínima por parte de Judit Rolo y la garantía de la zaragozana Teresa Perales, dispuesta a participar en sus sextos Juegos. Al frente del equipo está José Luis Guadalupe. “Todo está en función de la pandemia, pero por lo que sabemos, sí se celebrarán”, apunta. 


Hace un año por estas fechas, la tinerfeña Michelle Alonso, bicampeona paralímpica de natación en la prueba de 100 metros braza, contaba los meses para poder vivir sus terceros Juegos, los de Tokio. Poco después vino lo que vino. La pandemia lo cambió todo. Provocó interrupciones y aplazamientos de competiciones, incluyendo la cita deportiva más relevante. Aquella cuenta atrás dio paso a un nuevo escenario condicionado por una incertidumbre que, dadas las circunstancias, todavía se mantiene. Por delante, entrenamientos veraniegos casi de amanecida en la piscina del Real Club Náutico por la falta de instalaciones disponibles, el regreso a la Acidalio Lorenzo, un cambio de fecha para la obtención de la marca mínima de clasificación para Tokio y, al fin, una relativa normalidad.

Pero Michelle no será la única representante en los Juegos Paralímpicos por parte del equipo tinerfeño CN Midayu, fundado y dirigido por José Luis Guadalupe. La zaragozana Teresa Perales, referente del deporte nacional, no tendrá problemas para sellar su pasaporte parando el cronómetro en el tiempo necesario en alguna de las pruebas que le esperan en las próximas semanas. Y quedaría la plaza de Judit Rolo, paralímpica en Río y compañera de Michelle en cada entrenamiento. Al igual que Teresa, aún debe ganarse su participación con una marca mínima. Oportunidades no le faltarán, aunque el calendario está sujeto a las variaciones de la pandemia.

“Tendrán varias opciones, no será un todo o nada”, advierte Guadalupe. Judit y Teresa tienen previsto adelantar esa tarea en el Trofeo Diputación de Barcelona que se celebrará del 19 al 21 de febrero. Si no, insistirán en al campeonato de España de marzo, en el Europeo de Funchal programado para mayo, en el nacional de clubes... El límite lo marcará el Open de Berlín del 22 de junio. “Michelle ya alcanzó la mínima en noviembre en la Acidalio Lorenzo en una toma de tiempo oficial. Teresa tendrá que ratificar la que hizo en 2020 y lo tiene fácil. Se está preparando en Sierra Nevada e irá Barcelona para lograrla. Luego, Judit lo tiene más difícil, porque necesita hacer la misma marca de Río de hace 4 años y el paso del tiempo se nota, aunque ella entrena mucho para conseguirlo”, resume José Luis con la esperanza de que el aplazamiento de los Juegos sea de solo un año. “Todo estará en función de la pandemia, pero por lo que sabemos a día de hoy, sí se celebrarán en el verano de 2021. La inversión que se ha realizado es muy grande y existe una infraestructura preparada para este acontecimiento”, explica el entrenador imaginando una competición que, en cualquier caso, será “diferente” a las anteriores. “Habrá un control sanitario exhaustivo y, por ejemplo, quieren que los deportistas vayan dos o tres días antes de sus pruebas, casi sin aclimatación, sin presencia en la inauguración o la clausura para no llegar a masificar la Villa Olímpica”.

En el mejor de los supuestos, los Paralímpicos comenzarán el 26 de agosto y Michelle competirá el 29 en su prueba preferida, la de 100 metros braza, para intentar repetir los éxitos de Londres 2012 y Río 2016. “Serán sus terceros Juegos”, apunta Guadalupe. “Ella dice que ya se quiere retirar, pero le pido que aguante mientras pueda, sabiendo que también quiere disfrutar de su juventud y hacer otras cosas, porque se dedica en cuerpo y alma a la natación: se levanta, va a entrenar, hace físico, vuelve a entrenar, descansa... Así cada día”.

Alonso dirige sus brazadas a los Juegos “sin la necesidad de arriesgar” cargando el calendario con más pruebas prescindibles. Rolo se esfuerza por bajar su tiempo y poder viajar a Japón. Perales apunta a sus sextos Juegos. Son la esperanza olímpica del Midayu.